El Desfile Negro

8. Mamá

Era una noche tormentosa. Las gotas de agua golpeaban fuertemente contra la ventana, las nubes oscuras cubrían todo el cielo y a lo lejos podía ver cómo se ramificaban relámpagos en el cielo, y luego los truenos hacían vibrar la ventana.

Y yo sabía que está noche no iba a ser pacífica.

Robe unos papeles y unas agujas, en la recepción había mucho movimiento y no podía robar una lapicera, las agujas las remplazarán y mi sangre será la tinta.

Le iba a contar a mi mamá lo buena que a sido mi vida hasta ahora.
Comenze a escribir.

Mamá todos iremos al infierno, estoy escribiendo está carta deseándote lo mejor.
Mamá todos vamos a morir, así que deja de hacerme preguntas, porque amaría verte llorar y no quiero verte, mamá todos vamos a morir.
Mamá estamos llenos de mentiras, y ahora mismo están construyendo un ataúd a tu medida y a mi medida, mamá estamos llenos de mentiras.
Madre ¿que le han hecho mis problemas a tus piernas y a tu lengua?

"Debí haber criado a una niña, debiste haber sido un mejor hijo y si puedes cuidarte sólo deberías irte de una vez, pudiste haber sido un mejor hijo".

Dijiste "no eres hijo mío"
Y por todo esto encontre un lugar para vos.
Así que portate bien con ellos.

Y cuando nos vayamos no nos culpes, dejaremos que el fuego te bañe y nunca te dejaremos ir, y cuando te vayas no vuelvas a mi.

Me pinché el dedo y empeze a escribir el lado de atrás de la hoja.

MAMÁ MAMÁ MAMÁ MAMÁ MAMÁ MAMÁ MAMÁ MAMÁ MAMÁ MAMÁ.
46474089

Envié la carta, unas horas más tarde recibí una llamada.
Yo tenía todo planeado, sabia exactamente lo que pasaría a continuación.

Atendí el teléfono.

–hijo, si me hubieras llamado antes habría tiempo para cantarte una canción– dijo ella con vos rota.

Yo rompí a reírme, eran carcajadas fuertes llenas de locura, desprecio y odio.

Por el teléfono se escucho otra voz

–estamos dañados después de todo a través de la fortuna y de las llamas caemos y si te puedes quedar te enseñaré el camino, para ir a las cenizas, hoy morirás– dijo una voz fría detrás de ella.

Claramente podía reconocer esa voz. Era esa mujer la del vestido negro y la máscara de gas, la muerte.

Mi madre empezó a gritar y a llorar. Hasta que su llanto paró.
La muerte se la había llevado.

Mamá te fuiste al infierno.