El Desfile Negro

4. Bienvenido al Desfile Negro

Ya no me queda mucho tiempo, el final está pronto y tengo una pregunta en mi cabeza ¿hay algo después de la muerte?

Esta noche tuve otro de estos recuerdos, sólo que este fue algo más interesante, vi algo que no recordaba haber visto.

20 años antes de la noticia

Vivía afuera de la ciudad.
Estaba viendo la televisión mientras comía cereales.
Vi un comercial sobre un desfile que transcurriría la semana que viene.
Estaba muy emocionado por ver los grandes carruajes y los globos gigantes.

Espere a que mi padre llegara del trabajo. –papá¿ puedes llevarme a ver el desfile? Es el sábado de la semana que viene–
–mmmh, no lo sé, talvez... si–dijo
–vamooos papá me voy a portar bien y voy a ayudarte con tu trabajo lo juro– dije, poniendo mis manos juntas haciendo gesto de suplica.
–bueno, tu ganas te voy a ver ese desfile–.

Llegado el día. Subí rápidamente al auto, casi no había dormido nada por la emoción y me esperaba un largo viaje hacia la ciudad.

Pasado cuarenta minutos de viaje, mi padre me miró fijamente y dijo –hey, campeón tengo algo que decirte–agarrandome suavemente del hombro.
–si, papá ¿que pasa?–dije
–estoy metido en unos problemas, y talvez en un par de años ya no esté aquí para verte– su rostro tomo un aire depresivo. –asi que quiero que me prometas algo, cuando crezcas ¿el Salvador de los rotos,los vencidos y los maldecidos?– sonrió su rostro demostraba orgullo. Pero yo no entendía a que se refería y me quedé callado.

Al llegar a la ciudad, mi papá me compro un algodón de azúcar y juntos disfrutamos de los grandes carruajes.
El me llevaba sobre sus hombros así yo podía ver entre la multitud.

De pronto sentí que alguien me observaba, voltee a ver, una mujer muy flaca con el pelo alborotado, rubia me estaba observando.
Ella llevaba una máscara de gas de la segunda guerra mundial y un vestido negro cubierto de polvo.

En ese momento volví a la realidad.

En la actualidad

Era de noche, y sentía que alguien me observaba, no quería abrir los ojos tenía miedo, pero lo hice de todos modos.
La encontré a ella esa mujer con la máscara de gas, pelo rubio alborotado y un vestido negro lleno de polvo.
Quise gritar pero no pude.

–hola– dijo ella con una voz amigable

–¿quien eres?– dije tartamudeando

–soy la muerte, supongo que tienes muchas preguntas –dijo

–¿como se si creerte?–dije desafiándola
Ella me extendió su mano tan flaca que se notaban sus huesos.–tocala– dijo.
Cuando la toque sentí un frío terrible, un frío que me recorrió todo el cuerpo, desde mi cabeza, hasta la punta de mis pies.

–no es suficiente –dije

Ella dio un paso hacia atrás y se sacó la máscara de gas. Detrás estaba su cara, una cara con cortes y cicatrices.

–este es el momento de preguntar, no te voy a dar otra oportunidad – dijo

–bien, bien –tenia que preguntarlo, esa pregunta que rondaba en mi cabeza y me atormentaba. de todos modos esa era la única pregunta que tenía –¿hay algo después de la muerte?–

–a pesar de tus subidas y tus caídas, queríamos que lo supieras todo... continuarás, continuáremos, aunque te hallas ido y estés muerto, creeme que tu recuerdo continuará y sabemos que lucharás hasta el final, para seguir adelante– dijo fríamente.

–y ¿que hay de mi amada?– pregunté

–tu viuda seguirá marchando y también continuará– dijo

–cuentame más sobre ustedes–dije

–el mundo nunca tomará nuestros corazones, pueden intentarlo, pero nunca nos destruirán, no somos de explicar y no perdonamos, no tenemos vergüenza, mostramos nuestras cicatrices y dedicamos ovación a los destruidos y nosotros somos los destruidos y te unirás al desfile negro–

–escucha, yo soy solo un hombre, no soy un héroe, soy solo un chico al que le quedan dos semanas– dije

–esta no será la última vez que nos veamos, te esperamos en el desfile negro–dijo

Vi una luz blanca, todo se volvió blanco. Podía escuchar una voces
–carguen a 200, despejen–
En ese momento sentí como si cayera, desperté en la cama del hospital, con todo un equipo de resurrección alrededor.
–sufriste un paro cardíaco, por suerte logramos reanimarte– me dijo mi doctor.

¿todo lo que vi fue real?¿esa mujer?

¿de verdad me uniría al desfile negro?