10. Adolescentes

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Sentía como caía en la oscuridad, y está me abrazaba. Caí de pie en un lugar, todo estaba oscuro.
A lo lejos pude ver una puerta amarilla, y alado la vi a ella, La Muerte, ella estaba parada mirándome fijo a través de esa máscara de gas, ella estaba señalando la puerta con sus manos huesudas.

-esta es la primera puerta- dijo -debes entrar-.

Me acerqué a la puerta, y la abro lentamente.
De repente al abrir la puerta una mano me agarra del cuello de mi remera y me tira hacia adentro.

-heeey, estupido- dijo con una voz basilante.

Todavía no podía notar quien era el que me había agarrado.

Mire a mi alrededor e inmediatamente me di cuenta donde estaba, era el corredor de la escuela, en la zona de los casilleros.
De la nada la misma persona que me agarró me pegó una patada en la boca, el dolor era intenso y caí con la cara en el piso.
Pude distinguir tres pares de pies, miré hacia arriba y pude ver quien era esa persona.
Era ese maldito desgraciado y sus dos amigos.

Ese idiota me volvió a agarrar y me puso de pie, me empujó hasta que mi espalda chocó contra uno de los casilleros. Estaba acorralado no sabía qué hacer. Hasta que él llegó...

-HEEY IMBECILES, SUELTENLO- gritó, mientras venía corriendo.

Él le golpeó a ese desgraciado, este pego un alarido de dolor.
Cuando uno de los amigos del desgraciado intento golpearlo, pero el lo agarró y lo tiro contra su otro amigo.

-ven- dijo agarrándome de la mano.

Los dos salimos corriendo, giramos por el corredor hacia la derecha. Miré hacia atrás y vi que ellos nos perseguían.

Nosotros salimos por la puerta principal hacia el parque delantero de la escuela, los dos entramos en el auto y salimos rápidamente de allí.

-gracias, otra vez- dije.

-no pasa nada, eres como mi hermano, siempre voy a ayudarte-dijo sonriendo. -y dime ¿que hiciste esta vez para llevarte esa paliza?- pregunto.

-una entrega, ya sabes sobre el negocio, sólo fue una entrega tarde, los idiotas se desesperan cuando se les acaba la hierba- dije.

-si, malditos fumones- dijo mientras reía.

El era mi mejor amigo, de toda la vida. Los dos hemos pasado por muchísimas situaciónes, desde chicas, peleas y el negocio de vender Maria.
Y si el era mi socio en este negocio, el era el que le compraba al distribuidor y yo vendía.

Él conducía un mustang antiguo color rojo, mi mejor amigo le tenía un amor puro y verdadero a su auto, encerio hasta las mujeres tenían celos de su auto.

Mire hacia afuera del auto, y la vi a ella, La Muerte, cruzando la calle mientras me miraba. El auto estaba por atropellarla.

-DETENTE, PARA- grité.

Mi amigo detuvo el auto, clavando los frenos.

-¿que a pasado?- preguntó.

Mira hacia la calle nuevamente y vi que ella ya no estaba.

-nada... creí haber visto algo- dije.

-fue un largo día, mejor te llevo a tu casa- dijo.

Me dio mucha alegría ver a mi mejor amigo devuelta, después de que el...

Esperen, el seguía vivo, ¿estaba en el pasado? O ¿todo esto era sólo un sueño?

En ese momento me di cuenta de la época en la que estaba.

El Desfile NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora