-¿Es neta lo que estás contando?- preguntó Ally sorprendida.
-Les juro- Camila afirmó.
-¿Quién lo diría? Jauregui con la Veronica- dijo Dinah.
-¿La Veronica? Eso suena tan naco- dijo Normani entre risas.
-Sí, es que no me sé el apellido y pues... la Veronica no suena naco, suena bien.
-Seguro, como digas- la morena negó con la cabeza, sonriendo.
-Mi mamá literalmente se enojó conmigo ayer y nada más me dio una mitad de un taco- contó Camila, saliéndose del tema y enseñando que efectivamente sólo tenía la mitad de un taco.
-¿Por qué se enojó contigo? ¿Qué hiciste?- Ally volvió a hacer preguntas.
-Nada. Por eso se enojó, porque no estaba haciendo nada.
Normani y Dinah se rieron.
-Te lo merecías, pinche huevona- dijo la chica alta.
Camila rodó los ojos y se cruzó de brazos.
-Camilita, me das mucha risa, no tienes idea- Normani la abrazó por los hombros.
-Pues a mí no me da risa que me castigara por estar descansando- dijo alejándose de su amiga.
-Ay, ¿descansando de qué fregados? No haces nada nunca, ni lavar tu ropa haces. Muy apenas y abres los ojos- respondió Dinah.
-¿Y luego a ti qué, wey? Deja de chingar.
-¡Ya!- gritó Ally- les voy a dar un zape si alguien vuelve a decir palabrotas.
-Pinche Allyson, relaja la raja- habló Normani para burlarse.
La mayor cumplió su palabra y le dio un zape.
-Golpeada por jugarle al vergas con Ally- Dinah también se burló y de igual manera que la chica morena, recibió un zape.
-Me voy de aquí. Luego las veo, comadres- Camila tomó su mochila y se fue, procuró no decir ninguna palabrota porque no quería que Ally le pegara.
-¡Voy contigo, espera!- Dinah se levantó corriendo y fue a pereguirla.
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-¿Quieres hacer algo?- preguntó la menor.
-Nel, qué flojera- la chica de ojos color chocolate no dejaba de quejarse, lo único que quería hacer era irse de la escuela y llegar a su casa para encerrarse en su cuarto y no salir hasta el día siguiente.
-Debí suponer que esa sería tu respuesta. No sé ni para qué pregunto, la verdad.
-Hey- saludó Austin, ex novio de Camila.
-Ay, ¿qué quieres?- preguntó de mala gana, lo último que quería era hablar con aquel muchacho.
-Pues nada, sólo pasaba a saludar- se encogió de hombros- ¿hay algún pedo con eso?
-Aparte del que te echaste en geografía cuando estábamos en primero de secundaria... no, no hay ningún pedo.
-Já, qué graciosa- dijo irritado. Tenía vergüenza también.
-Sí, también sentiría pena si fuera tú. Descuida, no eres el único pedorro en la vida, Dinah también lo es.
-¡La pedorra eres tú, Cabello!- contradijo la menor.
-¡Pero no podemos negar que Austin es un pedorro!
-¡Pues sí, pero la que se tira pedos en exceso eres tú!- hizo una pausa- yo eructo mucho, pero hasta ahí.
Austin frunció el ceño.
-Ustedes son raras, mejor me largo de aquí- seguía con su ceño fruncido.
-Se la mamó diciéndonos raras- dijo Camila mientras miraba hacia la dirección en la que el chico caminaba.
-Te la mamaste tú diciéndole pedorro- ambas rieron.