Capítulo 1: Regreso a Casa

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Un solo cambio en el pasado, por mas pequeño que sea, puede alterar por completo la historia de una persona y la gente a su alrededor.

La nieve cubría la oscura ciudad conocida como Gótica, una ciudad corrompida, podrida hasta lo mas profundo de esta. La mafia dominaba las calles, los policías y políticos eran corruptos casi en su totalidad. Nadie solía mirar al oscuro cielo nocturno de la ciudad, difícilmente alzaban la vista del suelo, cosa que era una ventaja para una figura que surcaba los cielos agarrando de los brazos a un acompañante. Su camino los llevo a una mansión a las afuera de Gótica, una enorme mansión que hace tiempo resplandecía de gloria. Ahora, estaba quedama, podrida, le faltaban partes del techo y las paredes tenían musgo, parecía que se caería en cualquier momento pero aun seguía en pie, esperando. Ambas figuras bajaron de los cielos, no había nadie alrededor que pudiera verlos. Caminaron hasta las enormes rejas metálicas, que hacia años no recibían atención. Muchos en Gótica pensaban que aquella mansión estaba embrujada por la tragedia que ocurrió en su pasado. El mayor de los varones se quedó mirando fijo a la mansión a través de las rejas, provocando un extraño silencio que fue interrumpido por el menor.

—¿Seguro que estaras bien? Puedo quedarme si quieres.

—Estoy bien. Ya es momento de que ambos tomemos caminos separados.

—¿Quieres que derribe la reja?

—No, Gabriel. No me sera difícil subirla. Esto es algo que debo hacer solo.

—Esta bien ¿Puedo venir a visitarte?

—No hasta que pase un año.

—Bueno...

Gabriel, un joven de cabellos oscuros y ojos claros, notaba como su amigo se comportaba de forma mas fría desde que entraron en la ciudad. No quería molestarlo más, así que empezó a flotar.

—Hasta pronto, Bruce.

El joven salió volando rápidamente, sin recibir respuesta del propietario de aquella mansión tan maltratada por el paso del tiempo. Bruce respiró hondo, llenando sus pulmones del frió aire del lugar. Sin dificultad escalo la reja y cayo de pie del otro lado. Observó un momento lo que una vez fue su hogar, y un recuerdo vino a su mente.

Flashback.

Las lágrimas caían sin control por las mejillas del niño. Su garganta dolía de tanto gritar desesperado, pero nadie lo escucharía. Su cabeza dolía y se sentía mareado. Por mas que las lágrimas lo hacían ver borroso, jamas podría olvidar la imagen de aquella mansión envuelta en llamas; y el olor a carne quemándose; carne humana.

Fin del Flashback.

Bruce sacudió su cabeza con fuerza, suspiro, apretó sus puños y camino hacia el lugar que tan malos recuerdos le traía. Cada parte de su cuerpo le decía que se alejara, que saliera corriendo y nunca volviera. Pero no podía hacerlo. Ya era tiempo de que se enfrentara a su pasado, por mas doloroso que sea. La puerta principal estaba abierta, por lo que no le fue difícil entrar. El olor del interior era terrible, pero había sentido peores olores. Caminó por el lugar encontrándose con sapos, ranas, cucarachas, alguna que otra rata; animales con los que estaba acostumbrado a convivir. Subió con cuidado las escaleras que rechinaban en cada paso, estaban en muy mal estado y parecían a punto de caerse en cualquier momento. Se acercó hacia una habitación donde la puerta estaba abierta, alguien la había roto hace muchos años. Ver de nuevo esa habitación fue un golpe muy duro para él. Otro recuerdo invadió su mente para atormentarlo.

Flashback.

El pequeño niño no entendía lo que sus ojos veían. Había manchas de sangre en la pared, la cama y el suelo. Dos bultos sobre la cama de sus padres, y un hombre con una escopeta en sus manos.

Fin del Flashback.

Se alejo de aquella habitación y trato de encontrar el cuarto que alguna vez fue suyo, lo cual no le fue muy difícil. Al llegar, dejo su bolso en el suelo. Cuando lo abrió, sacó un arco, dos estuches con 100 flechas cada uno, un ninjato, varios shurikens, varios kunais, dos sai, un kusarigama, dos tekagi-shuko, un kaginawa y dos ashikos.

Se quedo observando las armas en silencio durante un rato hasta que pronunció unas palabras casi en un susurro

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Se quedo observando las armas en silencio durante un rato hasta que pronunció unas palabras casi en un susurro.

—Donde sea que te hayas escondido, voy a encontrarte. Y cuando lo haga, te voy a devolver el infierno que me hiciste pasar.

Bruce pensó en quedarse en su cuarto, pero prefirió guardar sus armas nuevamente en el bolso, salvo por dos kunais que guardo en su pantalón. Se colgó su bolso y empezó a caminar por la mansión, buscando a cualquier intruso que pudiera haber. El hombre encontró manchas de sangre seca, animales muertos, jeringas tiradas por doquier. Bruce llegó hasta el viejo estudio de su padre, el cual también había sido consumido por las llamas. Sobre el escritorio, había un enorme búho que había visto mejores tiempos.

—"Recuerdo que esta basura era dorada" —pensó Bruce mientras tocaba la cabeza del búho, notando una pequeña ranura en este.

Bruce empujó la cabeza del búho, logrando moverla y que dejara al descubierto un botón en el espacio entre su cabeza y cuello. Presionó ese botón, y la estantería empezó a rechinar con gran fuerza. Poco a poco, la estantería empezó a girar hasta revelar una especie de elevador rústico. Se metió con cuidado en este y notó una palanca con bastante óxido y polvo debido a la falta de uso. Usando mucha de su fuerza, logró bajar la palanca y con eso accionar el mecanismo del lugar. Al terminar de bajar, notó frente a él una inmensa oscuridad junto a varios sonidos de animales que no tardo en reconocer como murciélagos. Bruce notó una pequeña palanca en la pared, la cual bajo y unas luces empezaron a parpadear. Los murciélagos salieron volando en todas direcciones con mucho enojo, pero lo que llamó la atención del varón fue una gran mesa redonda. Se acercó a ella, la cual estaba cubierta de polvo y excremento de murciélago, y la limpio rápidamente. Allí observó una inscripción en latín.

—Cave ab Court in illam onocrotalus, et custodiet omni tempore regnandi obumbratio de Gotham urbem, post omnes grano salis calcis si adiectum. Spectant in domum tuam, et custodiam te in lecto vel lobortis non dicere et facere tuam Talon geruntur —leyo Bruce—. La Corte de los Búhos...

Bruce Wayne: Ninja (Tierra 1B)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora