Capítulo 2: Caminando en una Ciudad Podrida

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La noche en Gótica era fría. Al caer el sol, la ciudad mostraba su cara mas salvaje. Bruce caminaba lentamente por las calles, veía pasar a las prostitutas bañadas en perfume barato con sus ropas llamativas y gastadas. Había varios sujetos tirados en la veredas con botellas de alcohol a medio consumir. La mezcla de aromas en aquel lugar era repugnante, pero no era nada que no pueda tolerar.

Observó su entorno detenidamente sin llamar la atención. Algunas mujeres apestaban a sudor y suciedad, tenían manchas de fluidos en sus vestimentas. Ciertamente parecía no importarles su higiene. Observó hacia un callejón mientras un hombre se alejaba algo apurado. Poco después vio salir a una mujer de unos treinta años. La ropa de aquellas féminas seguía un mismo patrón: parte de los senos, abdomen, piernas y brazos al descubierto. Unas llevaban minishorts ajustados, otras faldas, algunas medias de red, otras nada. Bruce escucho unos pasos detrás suyo y apenas volteó la cabeza para ver por encima de su hombro. Ahí estaba una joven de entre trece a  quince años, su cabello rubio y con rulos le llegaba hasta los hombros, traía un minishort rojo no muy ajustado, una camisa rosa claro con estampados rojos. La camisa estaba atada por lo que se podía ver su abdomen y un leve escote aunque ella no tenia mucho busto ni glúteos. También tenía un ojo morado.

—¿Estas buscando diversión?

—¿Qué edad tienes? —respondió de forma cortante.

—Soy tan joven como se te antoje —respondió coqueta con un guiño.

Bruce entraba con la joven a un apestoso callejón, con la menor dispuesta a entregar su cuerpo.

—¿Por qué no puedo ver tu rostro? ¿Acaso eres deforme o es algun morbo?

—Nada que necesites saber —exclamó de mala gana.

Bruce observaba que al otro lado de la calle había un sujeto vestido como proxeneta. El caminaba por el lugar mientras algunas de las mujeres le entregaban dinero.
—¿Por qué miras tanto a Sdog?

—Por tu apariencia debes estar entre los trece o quince años ¿Hace cuanto trabajas para él?

—¿Por qué crees que trabajo para él?

—Es el unico chulo que apareció hasta el momento, todas le están dando dinero y lo nombraste por su nombre. Cuéntame sobre él y te pagare más. No se enterará.

—Hace aproximadamente cinco años. Es un imbécil drogadicto que se queda con casi todo nuestro dinero. Si tenemos pocos clientes nos golpea y a veces mata a algunas chicas. Debe necesitar mucho el dinero para venir hasta aquí a buscarla.

En ese momento, el proxeneta golpeó a una de las mujeres.

—Esa no debe haber tenido clientes... Hablando de eso ¿Vamos a hacerlo o qué? Estas preguntando muchas cosas y deberas pagarme mucho.

—¿Lo de tu ojo es su culpa?

—¿De quién más crees? Ya hagámoslo de una vez —dijo con cierto fastidio.

Bruce solo se alejó en dirección al chulo, ignorando las quejas de la chica a sus espaldas. El proxeneta se le quedo viendo extrañado al notar que se le acercaba. Bruce busco algo en su campera, lo cual alerto al chulo. Este trato de sacar el arma que guardaba en su pantalón, pero el pelinegro fue mas rápido y le lanzo un kunai que se le clavo en la mano, imposibilitándole cualquier movimiento. El sujeto gritó de dolor y Wayne se le lanzo encima con gran velocidad, haciéndolo chocar contra una pared para luego darle un fuerte rodillazo en la boca del estomago, seguido de un izquierdazo que lo derribo.

—¡¿Qué hacen, estúpidas?! ¡Ayudenme! —grito Sdog pero las prostitutas y sus clientes no hicieron nada por miedo—. Hermano, dejame tranquilo. Yo no te hice nada —exclamó con miedo pero Bruce le lanzo otro kunai en el hombro, haciéndolo gritar más—. ¡¿Tienes idea de a quien le pagó protección?! ¡Ellos te mataran! —gritó con miedo y desesperación.

—Me importa un carajo.

Bruce se paro al lado de su aterrada víctima y, sin dudarlo, le piso el cráneo hasta aplastarlo. La gente que estaba cerca salió corriendo aterrada ante aquella escena. Solo una se quedo, y era la joven prostituta con la que Bruce había estado. Le saco el dinero y las joyas al proxeneta antes de encaminarse hacia la joven, que estaba inmóvil del miedo. Al reaccionar se metió al callejón, olvidando que este no tenía salida por lo que quedo a la merced de aquel asesino.

—Por favor, no me lastimes —dijo con voz temblorosa y al borde del llanto.

—No lo haré.

Bruce arrojo el dinero y las joyas al suelo. La chica dudaba sobre si acercarse o no.

—¿Por qué lo mataste?

—Por lo que me contaste lo merecía. Tu pregunta es estúpida.

Eso último enojo un poco a la chica pero no dijo nada por miedo.

—No necesitas a un jefe que te saque el dinero y no te respete. No necesitas a alguien que te ordene que hacer. Debes ser libre con tus elecciones.

A lo lejos se comenzaba a escuchar sirenas de policía. Bruce comenzó a trepar y saltar de una pared a otra hasta subir al techo donde desapareció.

Las horas pasaron y Bruce volvio a la arruinada mansión Wayne. Se movió con cuidado hasta llegar a su cuarto y allí se sentó frente a su bolso.

—"Ya comprobé que esta ciudad esta podrida —pensaba el hombre mientras miraba el techo—. El crimen domina cada una de sus calles sin temor a las represalias. Pero esto se va a acabar. Madre, sé que no aprobarías lo que haré pero ya no hay marcha atrás. Hace años que no hay marcha atrás".

Bruce Wayne: Ninja (Tierra 1B)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora