Deathstroke se encontraba en las puertas de la vieja mansión Wayne, cuya reconstrucción aún no había comenzado. La noche era oscura, con densas nubes cubriendo el cielo y truenos rompiendo el silencio. Una fina lluvia caía y bañaba al mercenario, que escaló la reja de entrada para empezar a caminar hacia el viejo hogar de Bruce Wayne. Un relámpago iluminó el lugar, mostrando la demacrada mansión. La lluvia empezó a aumentar su violencia, como prediciendo el encuentro que se estaba por propiciar. La noche era tan oscura, que apenas se podían percibir figuras. Pero Slade, que era un asesino entrenado, había logrado desarrollar lo máximo posible la visión con su único ojo. Y, por no olvidarlo, también escuchaba muy bien.
—Sabía que te encontraría aquí —aseguró Slade.
El mercenario volteó, un relámpago cayó, y la figura del ninja se iluminó unos segundos.
—Vete de mi ciudad, Slade —ordenó Bruce—. No tienes nadie que te pague por matarme.
—¿Te creés que acepte matarte por dinero? Esto es una cuestión personal.
—La otra noche me preguntaste porque Ra's no te aceptaba como sucesor. Yo sé porque.
—Dime.
—Llevaste armas de fuego a un duelo de sables —afirmó Wayne—. Eres alguien falto de honor a la hora de pelear.
—No me hables de honor, Wayne —exclamó con molestia el mercenario—. No estamos en la época de los samuráis.
—No soy un samurái —afirmó Bruce—. Soy un ninja de la Liga de Asesinos —afirmó mientras sujetaba su arma con ambas manos—. Soy el legítimo heredero de Ra's Al Ghul. ¿Quieres su aprobación? Tira tus armas y ven por ella.
Slade fruncio el seño, pero decidió aceptar el reto. Se sacó las granadas, tiro sus armas, y el relámpago lo iluminó para mostrar el cumplimiento de su palabra. Deathstroke tomó con ambas manos su katana, y ambos combatientes se lanzaron hacia el otro. Sus aceros chocaron y los cielos rugieron en cada embestida. La danza mortal de ambos había comenzado, y ambos guerreros estaban entregados a ella en cuerpo y alma. Bruce retrocedía, cubriendo cada ataque en medio de la oscuridad. Slade lanzó un corte desde el arriba, el cual Wayne logró detener con la parte contraria al filo de su ninjato. Usando toda su fuerza, empujó hacia adelante, logrando desestabilizar un poco a su enemigo. Aquel pequeño segundo sirvió para que el ninja de Gótica tomará la delantera, atacando con precisión y ferocidad. Ahora, Deathstroke retrocedía ante los embates de su enemigo. El mercenario uso el filo invertido para bloquear un corte dirigido al área de sus costillas. Sin embargo, Bruce aprovechó aquella acción. Mientras su ataque era bloqueado, él se movía ligeramente hacia el costado. Allí aprovechó para soltar el agarre doble sobre su ninjato, usando su mano derecha para tener más alcance. Girando el cuerpo hacia adelante, deslizó rápidamente su sable hasta penetrar por debajo de las costillas de su enemigo. Tan rápido como lo hizo, retrocedió para evitar dejar su defensa expuesta. Slade retrocedió, con la espada en lateral frente a su cuerpo. Con la mano izquierda, tocó el área de la herida.
—Última oportunidad: Vete. De mi. Ciudad.
Deathstroke arremetió con gran furia contra su enemigo, lanzando ataques laterales con su filosa espada. Bruce, mientras bloqueaba, se aseguraba de que mover su cuerpo al lado contrario al que era atacado. De esa forma, el último de los Wayne iba de un extremo a otro durante toda la pelea. Slade realizó un ataque a la cabeza, el cual Bruce volvió a bloquear. Sin embargo, Deathstroke giro rápidamente para propinarle una patada en el pecho a su enemigo, logrando hacerlo trastabillar. Aprovechando ello, Slade se apresuró en propinarle un corte lateral en el pecho. La lluvia se enfureció. Un relámpago cayó, revelando la sangre tiñendo el uniforme de ambos combatientes.
Ambos atacaron al mismo tiempo, chocando sus espadas de forma cruzada y aproximando sus rostros, observando con furia la oscuridad que cubría la identidad del otro. Slade atacó el flanco derecho, cosa que Bruce bloqueó inmediatamente. Deathstroke intentó hacer lo mismo que su enemigo le había hecho para provocar la primera herida, pero el ninja lo notó antes de tiempo. Cuando Slade avanzó, Bruce se separó y adelantó, provocando que el mercenario pasase un poco de largo. Wayne aprovechó y se giro rápidamente, conectándole un corte en la espalda a su enemigo. Wilson gruñó del dolor, siendo cubierto por el trueno, y se giro apenas el frío metal terminó de cortar su piel. Deathstroke sujetó con fuerza su espada, y atacó al flanco izquierdo de su enemigo. Cuando el ninja lo bloqueó, Slade aprovechó para conectarle un golpe sobre el ojo derecho. Bruce retrocedió varios pasos tras aquel golpe, y volvió a avanzar con la intención de apuñalar a su rival. Slade desvío la espada, y giró su cuerpo mientras le conectaba una patada giratoria en la cabeza. Wayne cayó de espaldas al suelo, cosa que su enemigo estaba dispuesto a aprovechar. Slade se abalanzó sobre Bruce e intentó apuñalar a este en el suelo. Sin embargo, Wayne giró a tiempo para que el filo de la espada chocara frontalmente contra el suelo. Aprovechando su posición, le conectó a su enemigo una patada en la parte trasera de la rodilla, obligándole a hincarse sobre esta. Slade alzó su espada y lanzó un corte descendente hacia Bruce, pero este se movió rápido para quedar detrás del mercenario. Sin dudarlo, le hundió su espada en el área del pulmón, y esta le salió por el pecho.
Un relámpago iluminó el lugar mientras Slade escupia sangre dentro de su máscara. El mercenario no pudo evitar apoyar sus manos en el suelo, tosiendo sangre por culpa del pulmón perforado. Había perdido.
—Peleaste con honor, Slade —afirmó Bruce, posicionándose a un lado de este—. Muere con él.
En un rápido movimiento, todo acabo. La cabeza de Slade Wilson, más conocido como Deathstroke, cayó al suelo. Y el cielo rugió con jolgorio mientras se iluminaba, como si los dioses festejaran por tan brava batalla. Bruce respiró profundamente, sintiéndose finalmente libre de uno de los fantasmas de su pasado. Uno, de muchos.
A la mañana siguiente, la lluvia golpeaba los techos y edificios con relativa calma. Bruce observaba el techo, con algunas manchas de humedad, mientras sentía el cálido cuerpo de Selina abrazarlo, y el rostro de esta sobre su pecho.
—Esto dejara cicatriz —afirmó la mujer mientras acariciaba el vendaje sobre la herida del pecho.
—Como toda batalla digna de recordar —afirmó Wayne—. ¿Acaso te disgustan mis cicatrices?
—No, pero a muchas mujeres sí —dijo en broma la mujer.
—No necesitó más mujeres si te tengo a ti —afirmó Bruce.
—Talía no dice lo mismo —exclamó mientras alzaba el rostro, observando con sus ojos azules al varón.
—Tú eres todo en mi, Selina —afirmó Bruce mientras la tomaba dulcemente del mentón—. Eres todo lo que tengo, y todo lo que me importa. Eres la única que realmente conoce todas mis cicatrices, y mi alma. Si es que aún tengo una.
Selina aproximó su rostro al de Bruce, subiéndose sobre el cuerpo de este. Las pieles de ambos se rozaron, sin nada que se los impidiera.
—Si sigues diciendo estas cosas, vas a hacer que me enamore —afirmó la mujer, apoyando su frente en la del contrario.
—Tal vez es uno de mis muchos planes, cariño —afirmó mientras acariciaba la mejilla de su contraria—. Te quiero, y mucho.
En otra parte, un grupo de personas con máscaras de búhos se encontraban reunidas. Ellos eran: La Corte de los Búhos.
—Es hora —afirmó uno de ellos.
—Entonces esta decidido. Las investigaciones de Bruce Wayne son peligrosas.
—Liberen al Talon.
Pronto, las calles de Gótica se teñirán con la sangre de búhos y ninjas. Pero eso, es otra historia.
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Bruce Wayne: Ninja (Tierra 1B)
FanfictionEn un universo alterno el pasado de Bruce Wayne sufrio un importante cambio que altero toda su vida. En este mundo Batman no existe pero Ninja si.