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- Alex - dije jugando con el waffle quemado, la verdad me daba demasiado roche preguntarle si podía quedarme a dormir en su casa, y para colmo no sé cuánto tiempo iba a ser

- ¿uhm? - dijo volteando con un perfecto waffle dorado, que ironía : Yo, un waffle quemado. Él, un perfecto waffle dorado.

- ¿me puedo quedar aquí por hoy? Digamos que mi hermana esta con su novio - dije tratando de sonar de lo más normal, tratando que mi voz no se quebrara. Alex me miró y me sonrió, besó mi naríz y me puso el waffle perfecto y él se comió el quemado.

- claro, haremos maratón de películas de terror - dijo sacando un plato poniendo todos los waffles que había hecho

- hay que ver - dije mirando en netflix las posibles opciones - esta - dije poniendo una comedia, pusimos un montón de colchas en su sala y almohadas. Me recosté mientras trataba de no vomitar el waffle, no porque eran feos, si no porque estaba preocupada y todo eso me daban nauceas. Alex pasó su mano a mi hombro y besó mi cabeza, trate de sonreir, pero sentía algo en el estómago que me lo impedía.

Alex se quedó dormido medio apoyado en mi, yo seguía viendo la película sin saber por qué la veía. El protagonista daba risa, pero se me salían las lagrimas. Miré de reojo a Alex, sus largas pestañas contra su blanca piel era lo mejor, su pelo platinado estaba largo, y me gusta más de esa forma, sus labios entre abiertos que me daban unas ganas de besarlo. Pero no paraba de pensar en Sam y en Tom. Cuando terminó la película traté de dormir, pero no podía. En total de esa noche vi 3 películas y un documental de ballenas. Claro que al final me quedé dormida contra Alex, pero dormí con un sentimiento de preocupación.

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F.M.LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora