Capítulo 23

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ASUNTOS PENDIENTES

Los dos hombres que están al lado de Bernardo se miran confusos. Echeverría se agacha también.

―¿Qué pasa, Rolando, estás con ella? ―pregunta con sorna.

―Tú mismo me lo dijiste, ella no tiene nada que ver con esta mierda, su único error fue enamorarse de mí.

―Todos los errores se pagan.

―A ella no la tocas ―advierte Rolando, sin apartarse de la chica ni dejar de reanimarla.

Bernardo sonríe de un modo extraño.

―No estás en condiciones de exigir nada, ¿no te das cuenta?

El otro no contesta.

―Raúl, anda a buscar a los otros, se están demorando mucho ―manda Bernardo.

El aludido camina dos pasos y cuando va a subir la escalera, cae desplomado al suelo. Ahora solo queda el jefe del clan y un solo tipo. Los otros tres andan recorriendo la casa en busca de más pruebas.

Un silencio que parece caer como una pesada piedra, como si el frío de la muerte hubiese caído sobre esa casa, los deja perplejos.

Camilo y Kurt se miran. Rolando sigue intentando despertar a Beva, Markus está con el hombre caído. Es el momento. Camilo se lanza contra Bernardo y Kurt contra el tipo que está con él. Kurt le da un golpe al hombre y este cae al suelo, desmayado.

―Espinoza, suéltalo ―ordena Markus, con su arma apunta al ex policía.

―Suelta tú el arma ―responde.

―Pagarán muy caro esto ―amenaza Bernardo.

―Camilo, no compliques las cosas ―expresa Rolando, desde el suelo donde continúa con la chica.

―Esto se acabó, Rolando. Tú me engañaste una vez más, me hiciste creer que estabas con nosotros, que ya no querías seguir vendiéndote, y mírate ahora. Sigues siendo el perro de Bernardo Echeverría.

―¡Cállate!

―Ustedes saben que no saldrán vivos de esta, ¿cierto? ―interroga Bernardo.

―Quien no saldrá vivo, serás tú.

―Si ustedes me hacen algo, son hombres muertos.

Markus y Rolando, en un rápido movimiento, desarman a los otros dos y pelean con ellos a muerte.

―¡Salga de aquí! ―le gritan a Bernardo los dos hombres a la vez.

Echeverría no lo piensa dos veces, corre y desaparece. Al momento de subir al automóvil escucha un disparo, su primer impulso es volver, pero lo piensa mejor y se va apresurado en su coche. Ya podrá acabar con ellos, ya tendrá noticias de esos dos hombres que, al parecer, no lo estaban traicionando.

Decide que debe ir por sus hijos al campamento, las cosas se están poniendo demasiado peligrosas y lo mejor será sacarlos del país.

Pero eso tendrá que esperar, mañana irá por ellos. Esta noche se irá a su casa, se dará un baño y analizará todo lo que sucede. También llamará al diputado. O no. No lo sabe todavía. Es algo que debe considerar con calma después de un buen baño en el jacuzzi y de un trago muy, muy fuerte.

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Beva se despierta confundida, mareada y con la boca seca. Los ojos parecen bailarle y no logra enfocar bien a la figura masculina que está a su lado.

Por ti, por mí, por ellos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora