Dos no se pelean si uno no desea

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Los dos no se conocían,
los dos se peleaban,
los dos discutían,
pero ambos se deseaban.

Entre pelea y discusiones
a besos terminaban,
la ropa arrancandose
como dos bestias en llamas.

Ninguno cedía,
la tensión se palpaba,
amor no había,
pero la atracción los delataba.

La lencería por el suelo,
la cena en la mesa se enfriaba,
los besos por el cuello,
gemidos producidos por la cama.

Tirones del cabello,
arañazos por la espalda,
marcas de sus besos,
el éxtasis de sus almas.

Tras el acto conyugal,
como si un teatro fuese,
se cierra el telón copular,
se van como si no se conociesen.

Ninguno lo admite,
ni mirarse quieren,
pero ambos sonríen,
aun que no lo deseen.

Noches De Verano. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora