Dos gatos y un tejado

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Nena, tu sonrisa sin igual
y tu belleza exponencial,
provoca un ictus en mi lóbulo frontal.
Mi sonrisa me delata
ante tu intensa mirada
y si ahora la interrogaran,
me quedaría sin habla.
No tiraré de tópicos
ni de artificios inventados,
porque en este mundo insólito
los complejos están sobrevalorados.
Te daré versos en el cuello,
excitando los rincones de tu cerebro
esnifándome las líneas de Quevedo,
haciendo del instante, eterno.
Como poeta del mañana
levantaré textos en tu nombre,
inmortalizaré tu alma
te conocerán hasta los dioses.
Pero sin ir más lejos
de los caminos imaginados,
compartiré mi deseo
de quedarnos sentados,
hablando,
del mundo escatimando,
mientras cae la noche con su abrazo
convirtiéndonos en dos gatos en un tejado.

Noches De Verano. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora