Un océano de posibilidad

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Había un océano por delante,
a veces solo nadaba sin fijarme
y otras veía un océano de posibilidades
e iba donde la corriente me llevase.

Los peligros me acechaban
el abismo marino me asustaba
temía dejar mi casa por nada,
pero quien no arriesga no gana.

Salí de mi arrecife de coral,
dejando atrás mi hogar,
dispuesto a nadar
para encontrar
algo que ni yo sabía que buscar.

Había tiburones
bosques de medusas
infinidad de depredadores,
pero no veía ninguna escusa.

Me refugié en un banco de peces,
por un tiempo, los seguí como fuese,
pero más tarde me di cuenta
que no podía, porque me atraparían
en barcos pesqueros con sus redes.

Seguí nadando,
nadando sin mirar atrás,
me crucé con varios tipos raros,
que se escondían para cazar.
Unos usaban tinta,
aunque no tenían plumero,
otros eran pegajosos
que no la dejaban marchar.
Los más fuertes lo conseguían
casi sin esmero,
mientras otros se comían
las sobras del resto.

Abarqué un océano,
presencié infinidad de especies,
encontré algunas perlas decentes,
pero también hallé peces
que no son lo que parecen.

Soy un pez corriente
que se atrevió a nadar,
más allá del arrecife de coral
en busca de algo inherente,
algo más transcendental
en ese océano de posibilidad
para encontrar lo que se merece.

Noches De Verano. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora