¿Por qué a mí?

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Cuando mi madre salió me quedé en el sillón de la sala, pensando en lo que había "discutido" con mi padre, lo cual hizo que muchos recuerdos, antes felices, volvieran a mi mente. ¿Mencioné que sí estuve enamorada una vez?... Pues fue de una chica, su nombre es Abigail.

Era un frío día de invierno, era casi hora de entrar a clases, por algún motivo el despertador no sonó. Oí la voz de mi madre algo cercana a mí, y cada vez se hacía más fuerte.
+Nicky, despierta cariño, llegarás tarde a clases+ mi madre me sacudió el hombro suavemente.
-¡Demonios!- exclamé, y pegué un salto repentino saliendo rápidamente de la cama.
-¿Qué hora es?- pregunté, buscando mi uniforme como loca, y corriendo a prender la llave de la regadera, ni siquiera me importó que el agua estuviera helada.
+Las cinco y media, cariño, tranquila, tienes tiempo+ contestó mi mamá despreocupada, y justo en eso, sonó mi alarma...
-¿Por qué me levantaste tan temprano?- pregunté con cara de asustada.
+Porque siempre tardas en levantarte cuando te hablo, me sorprende que hoy te levantaras a la primera+ contestó mi madre con cara de desconcierto.
-Sí... Es queee, hoy es día de burritos y queso, y sabes queme encantan, no quería llegar tarde-
+Hmmm... Bueno, si tú lo dices, anda, arregla bien esa agua, no quiero que te me enfermes+
-Sí, ma-

Ajusté mi agua a una temperatura deliciosa, ni tan fría, ni tan caliente, simplemente perfecta.

Terminé de ducharme y bajé a desayunar un poco de cereal.
Cuando terminé, me despedí de mis padres y comencé a caminar a la escuela, no estaba tan lejos, a lo mucho unas cuatro o cinco cuadras.

Usualmente no me despierto tan temprano ya que ir a la escuela no es de mis actividades preferidas, pero el día de ayer llegó una chica nueva a la clase, su nombre es Abigail, pero no tuve tiempo te hablarle ya que mis amigos me tenían acaparado para un proyecto... Pero la observé, y pude notar que ella también lo hacía, y cada que nuestras miradas coincidían sonreíamos y bajábamos la mirada.

Llegué a la escuela y me dirigí a mi primer salón, tocaba lectura, y la maestra casi no nos pone trabajo, simplemente nos pide que no la molestemos en lo que habla con su novio, mientras tanto, podemos hacer lo que queramos, claro, mientras no sea muy ruidoso... Llegué a mi salón, esperando encontrar a la chica, y efectivamente, ahí estaba, con su hermoso cabello rizado y su piel medio aperlada, no había mucha gente ya que aún era temprano, así que había muchos lugares vacíos, pero yo sólo veía uno. Me senté junto a ella.
De pronto todos comenzaron a desaparecer, era como si de alguna forma nos hubiesen dejado solas por un instante, fue la mejor decisión que había tomado en mi vida.

De pronto todos comenzaron a desaparecer, era como si de alguna forma nos hubiesen dejado solas por un instante, fue la mejor decisión que había tomado en mi vida

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-¡Hola!- dije sonriente
+¡hola!+ contestó ella de igual forma, dejándome ver sus hermosos ojos azules, que se dilataron un poco al verme.
-eres nueva, ¿cierto?-
+sí+ afirmó soltando una risilla
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Y así la plática fue fluyendo, podría contarles cada palabra y acción de ella, pero no quiero volver este relato tan tedioso.

El caso es que los días pasaron volando, las semanas, los meses.
Nos volvimos tan cercanas, llegamos a conocer cada mínima cosa de la otra... Que si se calló de los columpiós a los dos años, la cicatriz que le va perfecta justo junto a un párpado, o incluso la marca de nacimiento en forma de arbol entre sus piernas.
Era tan obvio que nos deseabamos, pero ninguna se atrevía a decir nada. Cuando rozabamos las manos accidentalmente, era como un somnífero natural que invadía nuestros cuerpos en un instante, debilitándonos, casi por completo. Todo marchaba perfecto y yo era tan feliz.

Y así el tiempo pasó, volando, como cada minúto junto a ella.
Cuando cumplió un año de haber llegado a la escuela, me decidí a dar el paso...

-Abi, necesito hablar con tigo un momento-
+claro, nicky, dime+
-aquí no, vamos afuera- dije tomandola de la mano y guiándola tras de mi, llegamos al patio, era el escenario perfecto, la luna, las estrellas, el olor a pasto fresco, incluso los grillos se mesclaban perfectamente con el ambiente.

-Abi- dije aún sujetando sus manos
+dime, nick+
-sabes que mañana cumplimos un año de haber hablado por primera vez-
+ y todo gracias a tí, hermosa+ contestó tocando mi naríz con su dedo índice derecho y volviendo a tomar mi mano.

-sí, bueno, jaja- dije un poco nerviosa, esa chica tenía algo, que no me dejaba ser como con los demás, ella me amanzaba totalmente... Y de alguna forma, ese sentimiento me encantaba. ¿A caso así se siente estar enamorada? ¿Como una corriente de sentimientos encontrados, cada vez que se toman las manos? Es tan extrañamente adictivo...

-a lo que quiero llegar, es- hice una pequeña pausa, ya que no sabía cómo expresar lo que sentía, subí mi mano derecha hasta su rostro, acariciando su mejilla, repetí con la mano izquierda y ella hizo lo mismo, no hacían falta palabras, era como si nos comunicaramos con la mirada. Poco a poco nuestros rostros se acercaron, mis ojos se iban cerrando mientras alcanzaba a medio terminar palabras...
-¿te gustaría ser... Mi...-

Y nos besamos... Fue un beso como ningún otro, podía sentirla, su respiración sincronizada con la mía, sus manos entre mi cabello, había estado esperando este momento desde que la vi por primera vez, todas esas veces practicando con la almoada, resultaron con el beso perfecto.

Después de unos segundos así, nos separamos y logré terminar mi frace, casi inaudiblemente, pero se que ella me escuchó.

-...novia?- terminé en susurro.
Ella me abrazó con ternura, su hermos cabello rizado seguía entre mis dedos.
+sí+ contestó con voz muy baja en mi oído.
Sentí que mi corazón se derretía, y fue así como comenzaron los mejores meses de mi vida...


Perfecciones ImperfectasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora