Finalmente, el encuentro más esperado estaba por ocurrir. 2-D escuchaba los pasos que cada vez se sentían más cerca. Cerró sus ojos, ya se había preparado físico y mentalmente para ser golpeado e insultado por Murdoc. Pero aquello nunca llegó, con u...
No pude evitar el que mi voz salga algo nerviosa por el sólo pensar la opinión de los demás. Ella aún se encontraba con la máscara, vi de reojo el como levantaba su máscara y observaba con una mirada monótona. Ella asintió, suspiré de alivio ya que tenía una aprobación de tres.
—¡Es una pena que yo no pueda entrar! Pero se ve bien, de afuera.— Russel se sentó en el techo y luego se recostó, lo miré algo preocupado. —¡No se sientan mal por mi! Es cómodo. —
Bien, dos de tres. Miré a Murdoc con algo de miedo, el simplemente soltó un gruñido y desvió su mirada.
—¿Que miras cara de simio? ¿Esperas mi aprobación? Bueno, da igual.— Él subió las escaleras y trató de entrar. —¿Que mierda? Esta basura no se abre ¡Para esto también eres completamente inútil!— Se dio la vuelta y me miró furioso, di unos pasos hacia atrás asustado.
—La-Las llaves...—
Me acerqué y se las entregué, el rápidamente me las arrebató de las manos. Abrió la puerta y entró observando todo el interior. Me giré y vi a Noodle, ella se encontraba en completo silencio, le hice una seña para que pase.
—Da-Damas primero.—
La pequeña Noodzs siempre solía reírse con tal frase,pero ¿Por qué? Simplemente se inclinó como agradecimiento y entró. Cuándo pasó junto a mi sentí aquel olor a mar, el cual quedaba muy bien en ella, será un largo mes.
Dos semanas después.
En tal sólo dos semanas nuestro intento de casa ya se encontraba hecho un basural, mi habitación se encontraba en el mismo estado. Me levanté hace unos minutos, abrí una puerta y me asomé por ésta, una sonrisa apareció en mi rostro al verla dormir, ella me devolvió la sonrisa dormida. Hoy era mi primer día de descanso, luego de comenzar a trabajar. Todo se sentía muy solitario sin Russel, prepararme el desayuno sólo sin que el lo haga es extraño, ya se me hizo una costumbre pero ¡Nunca es tarde para aprender! Creo.
El golpe de Murdoc hizo que yo me despertara. El tiró la zapatilla por ahí y se fue a encerrar a su habitación, yo me quedé sosteniendo mi cabeza, levanté mi mirada y vi a Noodle apoyada en la pared, cruzada de brazos y mirándome desde allí, ella llevaba puesto un piyama.
—Parece que aún siguen con eso.— Ella caminó y se sentó en una de las sillas frente a mi. —¿Me harás el desayuno o yo misma lo hago?—
Me paré algo nervioso ¿Le tendría que hacer el desayuno? Jamás lo hice ¡Russel por favor aparece!
—¡S-Si! En-Enseguida Noodz.—
Le respondí algo nervioso, me comencé a sentir bastante tonto. Saqué un tazón y puse leche allí, luego le mandé cereales y busqué una cuchara para luego entregarle todo a Noodle.
—Gracias.— Su tono era más frío y cortante de lo normal, ella comenzó a comer sin decir ninguna palabra más.
Es incómodo, volver a verla después de pensar que estaba muerta. "–Hahaha ¡No sabía quién estaba más muerto! Tú o mis ganas de vivir–" ¡No, no , no! ¡No puedo decirle eso! Piensa, piensa.…
—¿Qui-Quieres ir de compras conmigo? Po-Podría comprarte un helado..ya sabes...como los viejos tiempos...hahaha.—
Ella no contestó, o más bien se estaba tomando demasiado tiempo para pensar. Trague saliva, comencé a jugar con mis dedos de manera nerviosa. Todo este tiempo ella se la había pasado con su mirada en el tazón, pero luego aquellos ojos color esmeralda se fijaron en mí.
—Está bien, iré a cambiarme.— Dio un último bocado y se levantó, en un total de segundos ella se retiró de la habitación.
Me dejó en completo silencio, estaba nervioso ¿Por qué? Saldría con ella luego de tanto tiempo. En parte estaba congelado, aquellas palabras frías me habían llegado hasta el corazón, decidí tomar aire y esperar hasta que ella regrese.
Estaba a punto de dormirme , ella estaba tardando mucho. Escuché una tos que buscaba atención, me paré y fijé mi mirada en ella, sentí mis mejillas arder ¡No ahora!
—¡T-Te ves bien!—
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Desvió su mirada, Dios ¡Eso la hizo ver más tierna! Puse mi mano en mi nuca y reí.
—¿Vamos?— Ella dijo con cierta tranquilidad esas palabras, aun que parecía algo inquieta.
[……]
Ambos estábamos caminando por lo que parecía ser un parque. Ya habíamos ido a la tienda, aún que trajimos más ramen que lo demás. Le compré un helado, ella se veía algo ¿Feliz?
—Gracias 2-D. — Noodle dijo eso mientras miraba hacia otro lado. —Te recomiendo no mirar hacia delante.—
¡Maldito impulso idiotez! Miré hacia esa dirección, había un hombre vestido de payaso con globos de ballenas. Espera ¿¡Ballenas?! Me moví con torpeza, ella giró su cuerpo mirando hacia mi, al igual que su mirada. Choqué mi espalda contra Noodle, el helado quedó aplastado entre los dos. Me giré rápidamente, apenado.
—¡Pe-Perdón! Y-Yo..puedes golpearme si quieres...[…]—
Cerré mis ojos, esperando el golpe. Esto se me es familiar, abrí un ojo y luego el otro, algo sorprendido. Ella se encontraba riendo, tenía una sonrisa que no era para nada falsa.
—Haha¿Que clase de reacción es esa?— Entre risas, ella decidió hablar, yo me encontraba algo sorprendido.
La parte de la espalda de mi remera se había arruinado y la parte de adelante de su remera también, o lo que sea que tiene puesto. Saqué un pañuelo de mi bolsillo ¡Siempre hay que estar preparado para todo! Limpie un poco su remera, pude sentir sus pechos, rápidamente retiré el pañuelo. Me di la vuelta y le estire el pañuelo para que lo tome.
—¿Podrías, por favor?—
Ella lo agarró sin quejarse y me limpió como pudo. Me di vuelta y lo guardé en mi bolsillo, da igual si se ensucia la ropa ¡Ya es tarde!
—Al menos quedó el cono.…—
Lo que dije sonó tan estupido ¡Ojalá pudiera golpearme! Escuché una pequeña risa, sentí algo de alivio. Comenzamos a caminar, nuevamente el silencio, se volvería nuestro mejor amigo con el paso que vamos. Ella se sentó en una banca tuve que ir junto a ella, su mirada quedó marcada en la fuente que se encontraba a pocos pasos de nosotros pero en cambio, la mía estaba en el rostro de ella. Aquel moretón o quemadura, lo que sea, no hacía que la lindura de ella se vaya, aquella expresión calmada que extrañaba ver se encontraba junto a mí. Luego, toda su atención se centró en mi rostro, ¿El impulso idiotez apareció de nuevo? Estire mis brazos y la rodee con éstos, extrañaba esto. Ni yo ni ella dijimos algo, el abrazo hablaba por nosotros.
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Escribir en primera persona hace que me duela respirar [?]
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