4.

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Sin importarme nada salí del salón de detención lo mas rápido posible.
En mi mente no podía dejar de hacerme preguntas. ¿Por qué Alex hacía esto? ¿Por qué justo a mí?

Salí de la escuela y caminé hasta mi casa. Cuando​ llegué me dirigí directo mi habitación.

(....)

No pude dormir en toda la noche, pensé que era lo qué iba a hacer. Tenía dos opciones, alejarme de él y evitarlo, o enfrentarlo. Evitarlo se escuchaba mucho más fácil, podía simplemente alejarme de él, pero eso me convertiría en una cobarde.
Así que decidí enfrentarlo y dejarle bien en claro que conmigo no iba a jugar.

***

Me desperté gracias a la maldita alarma, ya dije cuanto las odio. Pues las odio y mucho.
Odio que me despierten en las mañanas.
Desayuné junto a mi familia y me dirigí a la escuela. Mi padre se ofreció a llevarme pero necesitaba despejarme, preferí caminar.

Necesitaba pensar como iba a hablar con Alex, como iba a enfrentar la situación.
Pero ¿Que pasaría si Alex intenta besarme? Y quién sabe que más.

¿Que pasaría si  yo no lo detenía?

Ya había llegado a la escuela y comenzaba caminar hacia la clase correspondiente, cuando sentí como alguien tiraba de mi y mi cuerpo cedía ante la fuerza. Alguien me llevaba hacia algún lugar que claramente no era mi destino, un salón vacío, y luego cerró la puerta con llave. Aunque quise reprochar, porque sabía quién era, no tenía la suficiente fuerza como para hacerlo.

—Ahora vamos a hablar y no te vas a escapar.

Oh no, ya me arrepiento, soy una cobarde. ¡No quiero hablar con él!

No podía pronunciar palabras, solo tenía la cabeza agachada.
Alex tomo mi cara con sus manos y plantó un beso en mis labios.
¿Por qué lo seguía haciendo?
Me di cuenta que me había vuelto a besar hace segundos y lo aparté.

—¡¿Por que sigues haciendo eso?!

—Es que como no hablabas... pensé que no querías hablar —dijo y una sonrisa traviesa apareció en su rostro—, ahora... ¿Quieres hablar o quiere que sigamo-

—No, hablemos.—lo interrumpí—Yo hablaré primero, pero no me interrumpas.

Él solo se limitó a asentir.

—Primero, quiero saber por qué haces esto, por qué me besas sin ninguna explicación. 

—Bueno... La explicación es simple —se quedó en silencio, lo miré para que continuara— pero no te la voy a decir.

Lo miré sorprendida, quería una respuesta y él no estaba dispuesto a darme la.

—¡¿Por qué no?!

—Porque quiero que lo descubras.

—¿Pero que carajos? ¡No voy a hacer eso!
Solo responde las malditas preguntas. —dije enojada.

—Bueno, si no quieres eso... otra cosa.

—¿Que?

—Besame.
Abrí mis ojos de par en par. No podía creer lo que estaba escuchando.

—Pero ¡¿Qué?!

—Si me besas responderé tus preguntas, pero tiene que ser un muy buen beso. Pero luego me respondes una pregunta a mi.

Realmente estaba considerando besarlo. Era un beso, nada más, podía con eso, pero no me iba a rendir.

—Eso no se vale, yo te tengo que besar y responder una pregunta. ¿Y tú qué...?
No me dejo terminar, por que volvió a plantar un corto beso en mis labios. Se separó y me dijo al oído.
—Síguelo.

Y volvió a besarme. No me negué, seguí él beso, necesitaba que respondiera mis preguntas.

Alex

—Síguelo —susurré cerca de su oído y volví a besarla.

Para mi suerte siguió él beso.
Por fin estaba pasando, correspondió mi beso. De todas las veces que le robé un beso, era la primera vez que ella no me alejaba.

Ahora tenía que responder sus preguntas, solo espero que no le asombré la respuesta que tengo para darle.

|| No me voy a enamorar de Él || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora