Moments.

617 30 4
                                    

Un tímido rayo de sol entró por mi ventana y me iluminó la cara haciendo que despertase. Abrí los ojos, aún doloridos de todo lo que había llorado, y me quedé mirando hacia un punto fijo, sin moverme. Seguía abrazada a mi peluche, y así pensaba quedarme toda la mañana, toda la tarde, y toda la semana. Al cabo de un rato sonó el timbre. Menos mal que mi hermana estaba en casa, sino el que estaba llamando tendría que volver más tarde, porque yo no pensaba levantarme.

Sentí la puerta abrirse, un murmullo, y a mi hermana subir las escaleras corriendo. Tocó a mi puerta insistentemente hasta que, al no obtener respuesta, optó por pasar igualmente.

-¡BEEEECS! ¡DESPIERTA BECS!-dijo moviéndome, ya que yo me estaba haciendo la dormida.

-¿Qué pasa? ¿Por qué tanta energía tan pronto?-dije desperezándome.

-Becca, dios, ¡no me lo puedo creer! ¡Es Harry! ¡HARRY STYLES ESTÁ ABAJO Y HA PREGUNTADO POR TI! ¡ME HA DICHO QUE BAJES QUE TIENE QUE HABLAR CONTIGO!-empezó a dar saltos y a corretear por mi habitación.

-Bueno, dile que ahora mismo no puedo, que si eso otro día.

-¿QUÉ? Becca,¿cómo que "que si eso otro día"? ¿Qué te pasa? ¿Estás loca? Baja ahora mismo, vete con el al fin del mundo y cuando vuelvas quiero que me cuentes desde cuando lo conoces, como fue, qué hicisteis hoy... TODO.

-Mel, de verdad, no me apetece salir de cama hoy, déjame sola por favor.

-No voy a dejar que te quedes en cama teniendo abajo a Harry Styles esperándote. Asi que o bajas o me aguantas aqui todo el día tocándote las narices. Tía, ¡ES HARRY STYLES! Venga, dúchate y vístete que voy a decirle que pase al salón a esperarte.-dijo saliendo a toda prisa de mi habitación.

Acepté a regañadientes. En realidad no me quedaba otra, mi hermana ya había bajado a decirle que pasara a esperarme. Bueno, en realidad haría cualquier cosa con tal de que me dejase en paz. Además, quizás me vendría bien salir de cama y dejar de pensar. Sobre todo dejar de pensar. 

Me duché y me vestí lo más rápido posible. No quería dejar a Harry demasiado tiempo a solas con mi hermana. No era mala niña, pero a veces podía ser muy pesada, y más teniendo a su ídolo en el salón de su casa. Bajé y allí estaba, sentado en el sofá, hablando con mi hermana. A ella se la notaba rara, se veía a leguas que estaba muy nerviosa, se reía por todo como una boba y no paraba de frotarse las manos. Él en cambio trataba de que se tranquilizase, le cogía de la mano y le sonreía, pero eso a ella sólo la ponía más nerviosa. Al ver esa escena no pude evitar sonreír yo también. Me quedé contemplándolos en silencio hasta que mi hermana se percató de mi presencia.

-¿Qué haces ahí parada? Vamos, muévete.-vino a buscarme y me empujó hacia el sofá en el que estaba Harry.-Yo me voy y os dejo solos, que tengo muchas cosas que hacer.-Se fue guiñándome un ojo. Me quedé totalmente atónita, sin saber que hacer.

-Tu hermana es muy graciosa,-dijo sonriendo.-Bueno, veo que ya estas preparada, ¿nos vamos?

-¿Qué? ¿Irnos a dónde?

-Pues por ahí. Tú déjame a mi... Te gustará, estoy seguro. Es un sitio precioso que te ayudará a despejarte. Después de lo de ayer supongo que te hará falta.

-Pero... ¿qué sitio es ese? ¿Voy bien vestida asi?

-Perfecta. Vamos, venga.-ladeó su cabeza y sonrió. Siempre sonreía.

Cogí mis cosas y nos montamos en su coche. Podíamos ver unos rallos de sol, pero hacía frío y un poco de viento. Encendió el coche. Estaba sonando 'Wrecking ball', y así me sentía yo, destrozada. Hundí mi cabeza en mi foulard, y pude notar que él me miró.

-¿Estás bien?

-Si, claro. ¿Vamos?-intenté sonreir, él me devolvió la sonrisa y puso el coche en marcha.

Apenas hablamos. Iba demasiado centrada en la música, y me quedé dormida a los pocos minutos de arrancar. Siempre me pasaba eso, nunca acababa un viaje en coche despierta porque siempre me dormía al rato de que el coche comenzara a andar. Me despertó con un suave balanceo de mi mano mientras me decia en voz muy bajita 'vamos, arriba Becca, que ya hemos llegado'. Todo esto me sonaba demasiado familiar, pero sin la brusquedad con la que me trataba Sam. Abrí mis ojos y allí estaba, no era un sueño. Bajamos del coche, cogió del maletero dos cazadoras más, y me llevó por un sendero que daba a lo alto de un pequeño monte. Arriba de todo había una piedra enorme y al llegar se sentó ahí, y me hizo un gesto para que yo lo imitase. Aún no habíamos hablado casi nada en todo el rato que llevábamos juntos, pero yo estaba bien así. Lo que necesitaba realmente era eso, naturaleza, paz, aire fresco, tranquilidad... Y quizás perdida en un sitio del que ni siquiera conocía el nombre podría encontrarme a mi misma.

-¿Te gusta?- dijo sin apartar la mirada del paisaje. Me quedé observándolo fijamente. Sus ojos estaban clavados en el horizonte y el aire movía sus rizos a su antojo. Realmente me fascinaba lo que estaba haciendo por mi sin conocerme de nada.

-Si, es precioso.-me miró.

-¿Lo que necesitabas?

-Lo que necesitaba.- ambos sonreimos y volvimos a admirar el paisaje. Era realmente increíble. No sabía que en Londres había un sitio así.

Se podían observar los árboles de ese verde oscuro que me encantaba, y un poco más lejos el campo cultivado. Desde esa altura se diferenciaban distintos colores en el suelo, se podía ver claramente donde empezaba y donde acababa cada terreno, cada parcela, y en alguna incluso se podía divisar a los campesinos trabajar en ellas. No era algo increíble, pero en su conjunto formaban un paisaje sencillamente precioso.

Harry me puso una de las cazadoras que había cogido en el maletero de su coche, distrayéndome de mis pensamientos. No me esperaba eso. Sonrió mientras dejaba que yo acabase de colocármela bien.

-Hace un poco de frio, ¿no?

-Harry, ¿por qué haces todo esto?

-¿Hacer el qué?-me miró confundido.

-Ayer pudiste meterte en un lío, y ni siquiera me conocías.

-No podía dejar que te hiciese daño. Lo haría por cualquiera, créeme.

-¿Y por qué estas hoy aquí conmigo?-creo que eso le descolocó, porque frunció el ceño como respuesta.- Osea, no quiero que pienses que no quiero verte o algo, sí que quiero, por supuesto que quiero. Es simplemente que me choca todo esto.

-Te diré la verdad. Cuando vi a aquel energúmeno tratarte de esa manera no pude contenerme y por eso me metí en medio. Luego te vi allí, tirada en el suelo, y se me partió el alma. No entiendo como un hombre, por llamarlo de alguna manera, puede tratar así a una mujer.

-Osea que todo esto es porque te doy pena, ¿no?

-Becca, no. Déjame seguir.-cogió mi mano con sus dos manos- Te vi tan frágil, tan rota, que todo se me vino abajo. Nunca había vivido esa sensación. Y sentí la necesidad de cuidarte, de no dejar que nadie te hiciese daño nunca más,- me subió un poco la manga del jersey dejando a la vista uno de los moratones que Sam me había hecho.- de que esto no se repitiese jamás.- dijo señalando mi brazo.- Fue como una extraña conexión que me unía a ti... Y contra la que no puedo luchar. Contra la que ni puedo, ni quiero luchar.

Me quedé callada, no sabía como reaccionar ante eso. Bajé la manga volviendo a tapar mi brazo, y dirigí mi mirada otra vez al horizonte. Notaba como él seguía mirándome.

-¿Sabes? Nunca podré pagarte todo esto. Mis planes para hoy eran quedarme en cama y llorar hasta volver a quedarme dormida, pero estoy aqui, más relajada de lo que creía que estaría en mucho tiempo, contigo. Gracias, de verdad.

-No hay nada que pagar. Sólo déjame que te ayude en todo lo que pueda y tendremos la deuda resuelta. ¿Trato hecho?

No pude evitar sonreir.

-Trato hecho.

Through the dark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora