Hoy no

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Faltan cinco horas para llegar y ya me estoy volviendo loco, esto es la vida real, no pueden aparecer mounstros ni nada de eso.
Ya que estoy en el costado del auto, para refrescarme y tranquilizarme un poco abro la ventana.
-¿Que haces?—pregunta Peruso.
-Tomando aire fresco—respondí.
-¿Y si esa cosa nos ataca?—preguntó paranóico Gian.
-Nos puede cortar en pedazos sin problema, ¿no viste esas afiladas garras que tiene?— respondió Mauro.
-Es verdad Tomi, tenés razon—dijo Mati.
-Bueno chicos, ya fuee vamos a dormir y tranquilizarnos un poco—dijo mi mamá.
-¿Tranquilizarnos? ¿No viste lo que mide? ¿O el tamaño de sus garras? No se vos pero a eso yo le tengo miedo.
-Tenés razón—concluyó mi mamá—nos puede atacar en cualquier momento.
-Bueno me voy a dormir, despiertenme cuando lleguemos al parador—dijo Mati.
-Dale yo también voy a dormir—concluí
-Dale,duerman yo los despierto—dijo mi mamá.
Cuando ya nos calmamos y terminamos de debatir y discutir, nos dió sueño y nos dormimos todos. Son las 11:30 y vamos a buscar otro parador para comer, mientras vamos yendo se escucha un ¡PUM! justo encima de nosotros se escucha un golpe muy seco y acompañado de un chillido identico al de hace unas horas.
-¡¿QUE?!-grité.
-No puede ser- dijo Agustina.
¡Está otra vez encima del techo del auto!
-¡Otra vez vos!—dijo Mati
El bicho enorme se asomó por la ventana que tenía abierta yo, y sacó una especie de tentáculos.
Intentando llevarme con el.
-¡AYUDA!—grité.
Mi papá conducía moviendo para todos lados y cambiando de carril con muchas probabilidades de estrellarse con los árboles de los costados o con los demás autos
-¡BASTA! —gritó enfurecido—¡NO MOLESTES MÁS A MI FAMILIA!
Bajó su ventanilla mientras mis amigos, mi hermana y mi mamá gritaban, y le pegó un puñetazo al enorme bicho. Su caída de cabeza fué tal que no pudo seguir más, aturdido, se fue entreverando entre los arboles para escapar.
Todos gritamos y enloquecimos con la hazaña de mi papá.
-¡Me acabás de salvar la vida! —exclamé emocionado.
-¡Muy bien papi!—dijo mi hermanita. Yo lo creía muy valiente a mi papá y me sentía muy seguro con él...

La Ruta FantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora