10 Octubre 2017

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Son las 9 de la mañana, no se que hago despierta, me acuesto y miro hacia el techo, me pongo a pensar en infinidad de cosas, y me cuestiono sobre mi existencia.
Me meto a bañar para poder alistarme y ver a la persona que comprará la casa, me vestí con un pantalón de mezclilla, un saco azul marino y unas tacones negros, me peine, me perfumé y salí de la casa sin haber comido nada.

Me dirigí al punto indicado y vi a un señor de unos 38 años, vestido con traje y me preguntó si yo era la señorita de la casa, asentí con la cabeza y le extendí la mano, le pregunté su nombre y me dijo que se llamaba Josafat, yo solo sonreí y le dije que era un gusto, -mi nombre es Sam, el me miró y me dijo que era muy joven, le sonreí y le dije que me siguiera para pedir un taxi y poder mostrarle la casa. Debo de admitir que sentía miedo de lo que pudiera pasar porque francamente era un hombre por completo desconocido y ahora lo llevaría a casa.
Caminé y el seguía mi paso, cuando llegamos a la casa, le mostré la fachada, y abrí la puerta para entrar, le mostré la parte de adentro y al final le dije que tomara asiento para hablar del precio, me dijo que le había gustado y que estaba dispuesto a pagar lo que fuera; el se veía aún intrigado por mi aspecto, me preguntó mi edad y le dije que tenía 18, se sorprendió e intentó evadir que hacía tratos con una persona veinte años menor, y contestó -Está bien señorita, ¿qué precio tiene su casa? Y si no le incomoda ¿por qué la quiere vender? Lo fulminé con la mirada y le respondí -No me gusta esta casa tan grande, prefiero algo más pequeño, y el costo es de 2 millones y medio de pesos, un buen precio por cierto.
Me miró y bajo la mirada, me dijo que compraría la casa y que quería cerrar el contrato, yo solo le pedí unas firmas y le di un papel en donde tenía la cuenta a la que tenía que depositar para apartar la casa, me dio las gracias y lo acompañé a la salida, como no tenía que hacer decidí salir de igual modo, Josafat tomó un taxi y yo seguí mi camino para dirigirme al palacio de Bellas Artes.
Me senté enfrente de el palacio, mi celular sonó y contesté, me percaté de que era el señor Josafat y me preguntó que si la casa se la podía vender con los muebles, yo le dije que serían 250 mil más y me dijo que estaba perfecto, pero le especifique que muebles eran y cerro el trato, se despidió y colgué.

Empecé a caminar y encontré un lugar donde pude comer; al finalizar me retiré del lugar y fui directo a casa, llegue cerca de las 6 de la tarde y empecé a empacar cosas de la cocina, luego de mi habitación y finalmente de la sala. No tenía mucho que llevarme, solo cosas un tanto útiles y no estorbosas para mi próximo destino.

Terminé cerca de las 11:50, me puse mi camisón, fui a dormir y en menos de 5 minutos empecé a sentir la adrenalina de mis sueños y escuchar las canciones de alguna feria de los años 90's como Just can't get enough y como normalmente sucedía caí rendida en el quinto sueño.

SAMANTHA OCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora