10 Octubre 2014

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Ella era la única familia que me quedaba, la mujer de mi vida, la razón por la cual quería seguir viva, mi madre.
Andrea siempre dio todo de ella con tal de que yo estuviera bien, era la mujer perfecta, la mejor madre.
Ese día me dejo en la casa, dijo que iría a comprar unas cosas, pero nunca regreso. Llamaron al teléfono de la casa, era al rededor de las 5 de la tarde, tenía 3 horas de que mi madre había salido de la casa; yo conteste y una persona dijo que si se estaba comunicando a casa de la señora Andrea, yo le dije que si, y pregunte si todo estaba en orden, el me dijo que la señorita Andrea había tenido un accidente que estaba en el Hospital y que tenía que ir urgentemente, en ese momento sentí como mi corazón se paralizó, no podía ni respirar, no sabía que hacer, pedí la dirección y salí de mi casa en menos de 3 minutos después de haber colgado el teléfono; tome un taxi y le dije, -no me importa lo que haga, quiero llegar a ese Hospital lo más pronto posible, me pidió la dirección y se la di. Llegamos en media hora, pregunté por mi madre y una enfermera me llevo hasta ella, cuando la vi no lo podía creer, mi madre estaba sufriendo, no sabía como todo esto había pasado, le hable, le dije todo lo que sentía por ella, le conté nuestras aventuras y finalmente se apagó su corazón.
Nuevamente volví a sentir ese tipo de dolor, ese que me destroza el alma pero ahora a su máxima potencia, ahora mi única razón de vida se había marchado, mis ganas de vivir se apagaron al igual que el corazón de mi mamá, en ese momento no supe que hacer, pensé en ir directamente a la parte más alta del hospital y dejarme caer, pero algo me detuvo. Recordé la voz de mi madre diciéndome -Por más que tu vida no tenga sentido debes continuar, ser fuerte, debes abrazar tus metas y no soltarlas hasta que las logres, recuerda que uno viene al mundo porque tiene un propósito y al fin se va cuando ha concluido.
Eso me detuvo, y me hizo seguir adelante.
La amo, la extraño y aún nadie sabe cuanta falta me hace.
No comprendía la maldición, por qué se estaban llevando al amor de mi vida, por qué mi mamá, yo la necesitaba, aún era pequeña y me iba a quedar sola; mamá decía que las personas no se mueren, solo se iban a otra dimensión. Yo quería ir con ella porque nunca imaginé mi vida sin mamá, sin lo más valioso que tenía. Me morí con ella, mi alma se apagó y mis ganas de vivir también.
Es que quién se imagina perder a los amores de su vida en menos de 4 años.
Nadie, absolutamente nadie. Me quede sola, totalmente sola, ya no tengo familia. Y solo tengo 17 años.

SAMANTHA OCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora