Cap.1

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Los anunciados tan inútiles como siempre.

No hay nada peor que tener que buscar empleo, menos a como están de solicitados estos tiempos, eso sumándole que no soy muy bueno en casi nada y muchos de mis conocidos, inclusive a las entrevistas que e ido, me lo han dicho con mucho placer. Lo único que pido es un trabajo donde solo tenga que sentarme a leer o escribir ya que es lo que realmente me apasiona.

Pasé a la tercera página de los anunciados dejando el teléfono y el lápiz a un lado con exasperación ya que a las empresas o compañías que llamaba no estaban interesadas en mí. Tache un aviso de conserje. Iba a darme por vencido hasta que me detuve en uno un poco curioso.

"Se busca empleado.
Requisitos:
Que no valore su vida, no se tenga respeto propio, no busque superarse, que se entregue en cuerpo y alma; además acepte menos del salario mínimo.
Si está interesado favor comunicarse al... "

Tomé el anuncio en mis manos un tanto ilusionado, esta de más que me pareció ridículo pero a la vez me interesó, era un trabajo fácil de conseguir y tal vez nadie intentaría adquirirlo por esa extraña nota humorística.

Llamé casi de inmediato, no fuera que otro se diera cuenta de aquello y me quitara esta estupenda oportunidad de mis manos.

-Oficinas de BlueSwirl, bla bla, ayudar, bla bla bla, hasta pronto...

-¡Me interesa el empleo! -Interrumpí antes de que cortara la llamada-. ¿A dónde puedo ir para la entrevista?

-A la sede principal, que de hecho es la única que tenemos.

-Y ¿dónde está eso? -Nadie me contesta-. ¿Hola?

-¿Ah?

-¿Dónde quedan las oficinas?

-¡Agh! ¿Recuerda el hospital infantil que se quemó hace seis meses de forma misteriosa, que para nada tiene que ver con nosotros?

-Sí... -Respondí un tanto nervioso-.

-Pues allí. ¡Ahora mueva el trasero! ¡Que quiero ir a almorzar!

-¡Claro!

Corté la llamada, tomé mis cosas y eché a correr pues el sitio no estaba lejos, cuando llegué entre de golpe. Iba a seguirles el juego del anuncio, me haría pasar por un tipo sin respeto y valor por si mismo.

-Vengo por la entrevista. -Le hablé a la recepcionista que se encontraba leyendo una revista.

Me miró por encima de la revista con una ceja enarcada y escupió en el basurero a su lado.

-¿Y viene con esas fachas?

Debo suponer que mi ropa se veía demasiado arreglada para alguien "sin autoestima", así que fui directo al baño, rompí un poco la camisa, desgarré el jean y me desarreglé el cabello.

-Salí-. ¿Así está bien?

-Muy decente aún pero pasable.

-Soy conformista. -Dije fingiendo aburrimiento en mi voz-.

-Perfecto. -Señaló las escaleras-. Segunda planta, doscientas escaleras y sí tenemos ascensor pero no es para gentuza como usted.

-Tiene toda la razón. -Respondí sin color en mi voz-.

Subí las escaleras tan rápido como pude pero después de un rato ya no aguantaba las piernas, entre casi arrastrándome en una oficina muy glamorosa.

-¿Usted viene por la entrevista? -Preguntó una mujer desde su escritorio con adornos dorados-.

Tenía el cabello castaño con mechas púrpuras y rubias, vestía ropa holgada, sus labios estaban pintados de rosa, su piel era blanca, sus ojos celestes y llevaba unos lentes enormes con una cadenita que simulaba a las que tenían los monóculos.

Bastante hermosa pero excéntrica.

-Sí.

-Me miró fría, examinándome unos segundos- Tome asiento. -Señalo a la silla-.

-No lo merezco, no valgo lo suficiente. -Continué con el juego-.

-Arrojó un papel y una pluma hacia mí con una sonrisa imperceptible-. Esta contratado.

-Lo único bueno que me a pasado. -Firmé-.

El empleo más fácil de conseguir en el mundo.

-Demasiado feliz, ¿no cree pedazo de ser miserable y sin derecho a ser llamado humano?

-Mis disculpas jefa...

-Ama y señora, nada de jefa. -Se levantó y caminó a mi alrededor- A partir de ahora soy tu dueña. -Dijo con autoridad-.

-De forma metafórica, ¿no? -Reí nervioso-.

-No. Literal. -Me quitó el papel de las manos-. ¿Acaso creyó qué lo del anuncio era una nota humorística?

-Eh, ¿Sí?

-¡Pues no lo es!

Abrí los ojos a más no poder y comencé a retroceder con intención de escapar.

-Ah no. -Ella presionó un botón y unas rejas sellaron la salida-. No te irás de aquí.

-No puede retenerme en contra de mi voluntad.

-Ya no tienes voluntad, renunciaste a ella idiota. -Cerró los ojos frustrada-. ¿Acaso nadie lee el contrato?

-No me obligue a ser violento, se lo...

Ella presionó otro botón y unas luces se encendieron mostrando un esqueleto encadenado en la pared.

-"Esto" fue el último que lo intentó.

-¡Que carajo...!

-Shhh, no tienes nada de que preocuparte, claro, si actúas como deberías.

-¡¿Acaso está demente?! -La miré aterrado-.

-Un poquito, sí. -Dijo de manera tierna-.

-¡AYUDA! -Grité acercandome a las rejas-. ¡AYUDA! ¡ESTOY ATRAPADO CON UNA PSICÓPATA SEXY! Se que no suena tan mal pero... ¡SAQUENME DE AQUÍ! -Sentí que algo impactó mi cabeza, caí al piso y a como pude me volteé entonces descubriéndola con un bate de hierro en las manos.

-¿Qué...? -Pregunté en un hilo de voz-.

-Sí, todo el tiempo tuve un bate listo. -Me contestó con indiferencia-.

Caí inconsciente.

Sangre Entre LíneasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora