Cap.3

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¿Cómo cree ella que voy a trabajar en este lugar?

Aquí apenas y hay luz.

La ventana está muy arriba como para que las luces de la calle lleguen a la habitación.

Bueno, debo buscar algo con lo que pueda escribir o esta tipa me colgará por la ventana con una corbata o una cosa similar.

Ahora que lo pienso, no sé su nombre...

¡Ah! Da igual. No es como que me importe.

A menos que ella quiera que ponga su nombre en los escritos, con los que ya valí madres.

Demonios, hay tantas "razones" para no dejarme con vida.

Mi mente divaga mientras mis ojos se pasean por este cuadrado gris hasta que se posan en una esquina de la habitación notando como de entre las sombras sale lo que parece sangre.

Momento...

La sangre mancha, justo como la tinta. Eso podría servirme para escribir.

No, no.

Eso sería asqueroso, ciertamente insano y nada ético o moral.

...

¡Al demonio!

¡Voy a sobrevivir aún si eso significa tocar la sangre llena de enfermedades de algún infeliz!

Me arrastro hasta la sangre, está fresca, así que probablemente murió durante el tiempo que estuve inconsciente.

El sujeto esta hecho pedazos, seguro lo utilizó como piñata o simplemente le dio un ataque de rabia/riza y bueno ahora es puré.

Por suerte hay un palito de dientes aquí y...

¡¿Es caníbal?!

¡Oh diablos, ahora si que todo se fue al carajo!

¿Qué seré?

¿Un aperitivo, el almuerzo, la cena?

¡¿Una maldita pizza?!

Ahora que lo pienso el basurero no suena tan mal, digo las ratas me comerian y tal vez...

Mejor que me coma una mujer jodidamente bella.

Es un buen final, además, no sé, podría terminar servido en un plato y no siendo un catalizador para plagas.

O...

Solo estaba aquí porque lo tiró, o el tipo lo tenía. No tiene que ser una caníbal, además él no estaría aquí pudriéndose sino que estaría en un plato o en la cocina.

Sí, eso sí que es tranquilizante.

Tomo el palito y luego uso el suelo para darle algo de forma. No es exactamente un lápiz pero haré lo que pueda.

Leo, leo y leo. Aquí hay historias geniales, otras demasiado tristes y algunas graciosas...

Iniciare por las graciosas, porque sí que más da.

Chiste por aquí, chiste por allá y un tu mamá por acá. Listo eso debe servir por ahora.

Vamos con el resto...

¡Yay!

*Unas doce horas después, porque vamos, si eres tu propio jefe llegas a la hora que te dé la gana.*

-¡Hora de morir pedazo de basura! -Dije entrando con mi hacha en manos-. Esto le pasa a los incompeten... -Abrí los ojos a más no poder-.

-¡Oh hola! -Dijo entusiasmado mientras escribía con sangre en la pared-. Disculpe que manche la pared ama y señora, pero ya no tenía más espacio en los papeles ni en la piel de él -Señaló a una cosa de la esquina-. Así que hice lo que pensé mejor.

Tomé el hacha con fuerza.

¿A qué clase de demente acabo de contratar?

¡Porque me encanta!

A lo mejor y solo lo cuelgo por las vísceras en lugar de lo que tenía planeado.

Claro, si me gusta lo que escribió...

-Entonces... ¿Ya acabaste con todo lo que te pedí? -Le pregunté mientras colocaba a mi preciosa en mi cinturón-.

-Sí mi ama y señora. -Dijo alegre extendiéndome los papeles y manuscritos-.

-Déjame ver. -Se los arrebaté y los leí fastidiada-.

Bla bla bla, comedia, bla bla bla, final trágico, bla bla bla, Rebeca, yo te doy la hora.

Vaya.

Las notas no están nada mal y mejoran bastante las historias. Este inepto ha hecho un buen trabajo pero no se lo pienso decir, luego se va a creer mucho y comenzará a rebelarse.

-No están mal. -Dije indiferente- Pero para las horas que estuviste aquí trabajando esperaría algo mejor. -Suspiré- Creo que las terminaré de editar yo, ahora sigue con estas otras. -Le entregué otras obras más-.

-¿Más? -Preguntó asombrado y algo desilusionado-.

-Sí, más. Por eso te contraté, para trabajar obviamente, joven Emerald. -Sonreí-.

-¿Có-cómo sabe mi apellido? -Se asombró-.

-Pues fuera del hecho de que soy tu dueña, debo saber todo sobre mis empleados -Dije obvia- no vaya a ser que alguno sea un asesino o un psicópata, o mucho peor... un espía... -Susurré-.

-...

-¿Qué? ¿Por qué me miras así? ¿Acaso no tienes trabajo por hacer?

-Sí-í ama, ahora mismo empiezo. -Tomó los nuevos escritos y comenzó a trabajar-.

-Bien. -Sonreí tierna- Volveré en un par de horas para revisar tu progreso. -Caminé hacia la puerta-.

-¿A dónde irá, ama? -Preguntó antes de irme-.

-Me volví algo sorprendida- Pues, iré a atar unos cabos sueltos -Linda- y cobrar unas cuentas. -Cínica acaricié a mi preciosa-.

Me miró con mucho miedo y horror, yo me limité a reír, su expresión realmente me encantó.

-Secándome una lágrima- Te veré pronto y espero un nuevo avance. -Salí de la habitación pero antes de cerrar por completo la puerta me despedí- Adiós, Jay Emerald.

Sangre Entre LíneasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora