Capitulo 7

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 Son las ocho, y junto con Matt y Sarah, quedamos de encontrarnos en el lobby para ir a cenar y luego ver qué plan cae. Cuando estábamos los tres reunidos, alguien me toma de la cintura y el agradable perfume de mi rubio, invade mis fosas nasales. Nos saludamos con un beso, y luego se lo presento a los chicos.


Cenamos todos juntos y después decidimos ir a otro lugar, fuera del hotel.

~*~

1:00 am

Después de durar una hora siendo perseguidos por la cámara de Matt, Sarah y yo bailamos hasta que el rubio me dijo que quería salir afuera. Empezamos a hablar de dejarnos un recuerdo en el otro, pero no sabíamos que, y así nos llegó la madrugada.

Yo moría de hambre, así que fui y pedí unos snaks en la barra y el rubio y yo decidimos hacernos un tatuaje.

Lo más sencillo que encontráramos. Era solo por el capricho del momento, pero sé que ambos jamás nos arrepentiríamos, a pesar de la gran cantidad de alcohol que habíamos ingerido.

5:45 am.

Él y yo nos habíamos tatuado una pequeña media luna en nuestro dedo anular, cuestión de que si se unen, forman un corazoncillo. Nos encontrábamos recostados en un banco ya en el hotel y recibí un mensaje de Sarah diciendo que todo estaba bien, y que estaba con Matt.

Después de que hablamos de películas, colores favoritos, música y demás temas triviales, hablamos de lo lindo que serían unas vacaciones en el caribe y sin notarlo nos agregamos en los planes del otro.

Decidimos ir a su habitación, pero antes el pidió el número de la mía, hicimos unos cuantos chistes sobre eso, el ambiente se puso divertido y así llegamos a su cuarto.

-¿Quieres algo de tomar? Tengo cervezas, vino, vodka...

-Vino está bien, que sea tinto por favor.

-Buena elección, este es exquisito. Pruébalo.

- Gracias, rubio.

Me paso una copa grande y un poco de vino en ella. Me quite los zapatos y me recosté en su cama y me quede mirándolo mientras él se quitaba su camisa y se quedaba solo en pantalón.

Mirarlo es muy agradable, demasiado diría yo, y su aroma es embriagante.

Luego de un momento, él se tumbó a mi lado y nos quedamos viendo las luces que entraban por el balcón mientras tomábamos el vino.

-Hunt. Puedes decirme Hunt. No es mi nombre es solo un apodo, no es que me moleste que me digas rubio pero, quería que supieras algo más de mí y que me recuerdes no solo como ''el rubio''.

-Hunt, será especial recordarte de cualquier manera. Créeme.

Aproveche que él se paró de la cama y camino hasta el balcón a apagar las luces, para colocar un pequeño regalo que compre para el por su cumpleaños en la tarde, y para que me recuerde.

Es una pequeña pulsera que tiene grabada la fecha de su cumpleaños y una K, es de oro y bastante masculina, bastante él.

Además le escribí una pequeña nota en la que le agradezco por haber compartido un pedacito de su vida conmigo y un feliz cumpleaños.

Todo estaba dentro de un sobre sencillo que coloque en el bolsillo de una maleta que estaba cerca de mí.

Cuando termine decidí salir al balcón con dos almohadas y cuando él iba a entrar le pedí que nos quedáramos fuera.

Nos tumbamos sobre las almohadas y empezaron los besos sabor a vino. Sus manos varoniles me subieron a horcajadas de él y procuré que mis manos hicieran que se olvidara de aquello que lo detenía a ser completamente mío.

~*~

Sin abrir los ojos sentí que me encontraba enroscada a unos fuertes brazos, aspiré su aroma y volví a dormir con una sonrisa recordando todo lo que sucedió anteriormente.

Sentí que me removían y abrí los ojos. Ahí de pie se encontraba Hunt, mirándome con una toalla en su torso y sonriendo.

-Hola Candy, no quiero sonar egoísta pero te quería ver despierta antes de marcharme.

-No hay ningún problema en sentirme observada por ti. ¿Qué hora es?

-Son casi las diez.

-Debo irme entonces, si mal no recuerdo debes estar a las una de la tarde en el aeropuerto. ¿Cierto?

-Así es pequeña.

Me pare de la cama y me besó.

Luego de que me puse el vestido, sentí unas ganas enormes de quedarme.

Antes de marcharme, con la cámara que le quite ayer a Matt, me tome una foto con las manos entrelazadas del rubio y así no olvidar lo maravilloso que se ve nuestro sencillo tatuaje.

Me paso su chaqueta para que no me fuera solo con el vestido a mi habitación. Lo disfrute tanto como pude antes de marcharme y sin poder evitarlo lo abrace muy fuerte, sintiéndome a gusto en sus brazos. Lo besé, hasta que tiernamente el me separo.

-Candy... quiero que sepas que si este sentimiento nunca para, te pensaré siempre y... te encontraré.

Anonadada, tras sus palabras, lo único que pude hacer, fue besarlo otra vez. 

Sin duda estas fueron mis mejores vacaciones.

Te Encontraré. *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora