Capitulo 8

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Al instante que cerré la puerta y escogí bajar por las escaleras en vez del ascensor, supe que al llegar al tercer escalón me arrepentiría y al sexto ya estaba devuelta a la realidad de querer tenerlo en mis brazos nuevamente, así que antes de pisar el noveno me di vuelta a toda prisa y me detuve en su puerta.

La toque dos veces con mis nudillos y espere.

Unos segundos después abrió la puerta mientras se anudaba la corbata, y cuando lo vi me encargue de desanudarsela, quitarle la camisa, subirme a su cintura y besarle, saboreando cada sensación y capturando ese hermoso momento en el que mis deseos son los que dominan mi momento.

Me sentí en perfecto éxtasis cuando sentí sus manos recorrer todo mi cuerpo y comprobar que el sentía la misma ansiedad que yo.

Aquella ola de calor con una ligera brisa de adiós, nos hizo separar y mirarnos a los ojos. Sus ojos estaban cristalizados al igual que los míos y para controlar mis ganas de echarme a llorar lo hale hacia mí y mientras nos besábamos nos dirigimos como pudimos, hacia la ducha.

~*~

Ya recostados en la ducha, me sentía increíblemente dichosa mirándolo a los ojos, mientras el me susurraba pequeñas partes de canciones, mientras yo lo seguía, y le besaba el pecho.

Seguimos ensimismados en nuestro "pequeño adiós" hasta que la puerta del rubio, sonaba como si la fueran a destrozar y ambos nos sobresaltamos.

Él se vistió camino a la puerta y yo busque mi vestido y me lo coloque. Escuche unos murmullos y salí del baño ya lista, para encontrarme con Alex mirando a Hunt con cara de reproche, hasta que me vio y su gesto paso de serio, a divertido.

Alex estaba perfectamente vestido de traje, mientras que Hunt tenía la camisa desabrochada y su pelo rubio goteando al igual que el mío.

-No quería arruinar nada, pero si no quieres perder tu vuelo, sería ideal que estés en lobby en 20 minutos. - dijo Alex. Y con eso se retiró y cerró la puerta.

Me sentía sonrosada y un poco nerviosa por lo que acababa de pasar y su mirada intensa sobre mí, no aminoró el sentimiento.

-Lamento haberte retrasado, pero tenía que compartir otro momento contigo, sino créeme me estuviera arrepintiendo.

-Si no lo hubieras hecho no estuviese tan feliz como estoy ahora. De todos modos ir a casa ahora mismo es lo que menos quisiera. Estoy contigo y suena cliché pero, me siento feliz contigo.

En eso se acercó a mí y me beso la frente.

-No me importaría compartir esos 20 minutos contigo.

Y me beso la mejilla.

-¿Qué me dices?

Y me beso el cuello.

-Por favor...

Y antes de que pudiese decir otra palabra más, le volví a quitar la camisa y deje que mis manos recorrieran toda su espalda, llegando al borde de su pantalón.

Lo miré y me dirigió una media sonrisa, deje de jugar con el borde de su pantalón para quitárselo completamente, luego el me detuvo con sus grandes manos para quitarme el vestido - por última vez- y sentir sus labios recorriendo las mismas partes que mis manos y otra vez envueltos en nuestra ola de calor le di rienda suelta a mi cuerpo y me entregue a el otra vez.

~*~

Me dediqué a observarlo mientras buscaba otra camisa que no estuviese arrugada y lo ayude a arreglar su desastre sexy de risos rubios que yo le había creado en el pelo anteriormente.

  -Si no dejo de pensarte, aunque sea en mis sueños, también te encontraré, rubio.   

Me dije a misma que ya tenía que despedirme y lo detuve, lo abrace y me permití besarle por última vez.

Me senté en su cama y en un momento que el salió al balcón a cerrar las cortinas me obligue a salir.

Tome el ascensor y como no quería ir devuelta a la realidad fui al comedor y pedí un capuchino y un croassant.

No sé cuánto tarde sentada ahí, pero recordé que yo también me iba en unas horas y tenía que empacar.

Saliendo del ascensor que conduce a mi habitación vi a una señora saliendo de esta y me dijo que me había mandado dos paquetes en el transcurso de la mañana. Entre a mi habitación y efectivamente arriba de mi cama había una pequeña bolsita marrón y al lado una caja de madera. Inmediatamente supe que eso fue obra del Rubio.

Abrí la bolsita marrón y encontré la cámara de Matt y una nota. Hasta ese momento no había notado que no tenía la cámara conmigo.

"Kendy, no recuerdo en que momento tu cámara llego a estar debajo de la cama, no me culpes de que si recuerde cuando hiciste que me perdiera en tu cuerpo. Espero que hayas disfrutado tanto como yo y espero que te guste recordar tu cumpleaños, porque en mi caso amaré y extrañaré este cumpleaños por siempre, hasta que te vuelva a tener en mis brazos. Alex me hará pedazos. xoxo - H. H."

Sigo sin creer la familiaridad con la que me sentí con él, ni las emociones que me causo leer que me quiere volver a tener en sus brazos.

La ternura de este hombre va a volverme loca.

Me sentí sonrosada nuevamente y decidí ir a darme un baño de agua fría.

Antes de abrir la caja del rubio, decidí vestirme y empacar, tenía bastante hambre.

Casi a las dos de la tarde Sarah llega a mi habitación, con el semblante bastante serio y sus ojos llorosos.

-Nena, ¿qué pasa?

-Kendall...

-¡Vamos Sarah! Me tienes con el corazón estrujado. ¿Dónde esta Matt?

-Matt se fue a las 11 a Canadá. Pasó algo con la bebé. No te avisé porque no tenía formas de contactarte. Vine aquí, y tampoco te encontré.

-¿Qué? De que hablas. ¿Qué le paso a la bebé?

-El recibió varios mensajes de tu padre y de Nathan. Cambió el vuelo y se fue al instante. Kendall, intentaron secuestrar a Chloe.

Me quede estática, la realidad me golpeó demasiado duro. Lo único que pude hacer fue recostarme en la cama.

-¿Qué? No... entiendo. ¿Qué pasó? ¡Cuéntamelo todo!

-Fue la mamá de Paula. Yenna, la abuela de la niña.

-¡No lo puedo creer! Se perfectamente quien es. ¿Cómo se atrevió a intentar secuestrarla después de que la abandonaron? puedo asegurarte que todo esto es por dinero. Por favor dime que está detenida y que pagara. ¿Qué sucedió?

-No tengo mucha información, Matt solo me dijo que ella y la bebé están en la clínica, yo tampoco entiendo mucho.

-¿¡COMO QUE CHLOE ESTA EN EL HOSPITAL!?

-Es lo poco que se, Kend. Lo siento.

-¿Qué hay de Paula?

-No lo sé. Nadie la mencionó.

-Debemos irnos ¡Ya!

-Tengo todo listo, veo que aún no has terminado, ven, te ayudaré.

-No lo puedo creer, Sarah. No puedo.

-Cariño, no te pediré que dejes de llorar, pero es realmente necesario agilizar, debemos estar allá.

-Tienes razón, me lavare la cara.

Imaginarme lo que pudo haber pasado la bebé, me tiene con los nervios de punta. Siento que me arrancaron el corazón y nada puede calmarlo, solo verla y saber que estará bien.

Te Encontraré. *Editando*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora