Capítulo 1 alas

115 7 0
                                    

Estaba solo en una habitación negra, escuchaba a personas detrás de la puerta hablando de mí, debía salir ; pero... ¿qué iba a hacer un niño solo?.

Escucho la puerta abrirse, así que me alejo hacia una esquina de la habitación; la veo, veo su asquerosa bata blanca, sus asquerosas gafas de pasta negra y su asquerosa sonrisa. Veo a mi madre.

Me despierto de golpe, pongo las manos en mi frente para quitar su sudor frío; de nuevo ese sueño, ese maldito sueño; me incorporo lentamente y alzo la mano para quitar el despertador; miro el día qué es y veo que el día ha llegado: el instituto empezaría hoy y yo iba a llegar tarde. Así que me levanto de la cama rápidamente y me pongo unos vaqueros con las rodillas rotas y una sudadera negra. De mi pantalón colgaba una cadena y llevaba un gorro que tapaba mi pelo. Cojo la mochila colgándomela en un hombro salgo de mi apartamento. Al cabo de unos cinco minutos ya estaba enfrenté del Instituto; me coloco la capucha y una braga que me tapa medio rostro y entro, por los pasillos veo a más gente. Un chaval con una camisa de leñador y vaqueros hablaba con una chica también vestida con sus correspondientes vaqueros (parece que era la nueva moda) y una blusa rosa.

No me fijo mucho en ellos, así que paso de ellos y entro en la clase; una vez dentro, busco con la mirada la mesa más alejada de toda el aula y al cabo de unos segundos la localizo; me dirijo a una mesa al lado de la ventana, al fondo; tiro la mochila y me siento, miro a unos chavales que, más adelante, hablan sobre chicas, y, un poco más alejados, un grupillo de chicas hablando de chicos (temas que no me interesaban). Me limito a mirar por la ventana hasta que llegue el maestro. Al cabo de unos minutos, entra el profesor por la puerta y toma asiento; todo el mundo se sienta y da los buenos días; cuando me doy cuenta de que una chica se ha sentado a mi lado, la miro; lleva una camisa roja con un chaleco negro y unos vaqueros oscuros. La chica me mira y me dice:

- ¿Qué?

- ¿Por qué te sientas a aquí?

- Creo que primero... uno se presenta ¿no? Soy Natalia, ¡encantada!

- No te interesa mi nombre.

- ¡Uy, qué malote! ¿No?

- ¿Por qué te has sentado aquí?

- A ver, los del fondo. Ya que habláis tanto, presentaos los primeros -dice el profesor, enfurruñado.

Natalia se levanta y, mirando a todos, dice:

- Soy Natalia, encantada, espero llevarme bien con todo el mundo -dice con una sonrisa.

-¿Cuál es su raza? -dice el profesor asomando unas orejas de neko

-Mmm no pertenezco a ninguna raza, soy... una guardiana.

Toda la clase se le queda mirando; se sienta de nuevo y el profesor me mira

- Os da igual mi nombre y raza -digo mientras me pongo en pie

- Si seguro que eres un hada -dice el chico de la camisa de leñador

- No soy un hada subnormal -digo con tono cabreado

- Chicos parar - dice el profesor

- ¿Ha no? ¿Entonces que eres e?

-¿Quieres saberlo? Pues te lo diré.

Abro mis alas y las dejo ver a todo el mundo, mis alas eran diferentes entre sí, una era totalmente blanca como la nieve y la otra tan negra como la noche. El chico se me queda mirando, bueno más bien todos se me quedan mirando mis alas

- Soy un... Néfilim

Toda la clase empieza a provocar, el chico de camisa de leñador me mira

- ¿Quieres pelea subnormal?

NéfilimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora