(mary)
En los suburbios de Londres, un chaval corre de algo desesperado. Se mete en un callejón; detrás; un hombre alto con gabardina y sombrero entra tranquilamente. El callejón no tiene salida, el chico mira a su perseguidor y pide clemencia sabiendo que sera en vano, el hombre de sombrero sonríe dejando ver unos colmillos grandes en su boca, se acerca lentamente al chaval cuando escucha un ruido detrás de él se gira y me ve.
- Quiero hablar contigo
- Mmm voy a cenar ¿me dejas?
- No, es importante- digo rudamente
El chaval aprovecha esta distracción y huye del callejón.
-maldita neko, por tu culpa se me fue la cena
-bueno ahora estás libre para hablar-digo seria
-aaah maldita -dice el hombre mientras saca una pistola y me dispara, yo alzó la mano y un muro de luz aparece parando la bala, miro al hombre que saca otra pistola y dispara dos balas más, creo en mis manos dos esferas pequeñas de luz que uso para parar una bala que me iba al costado y otra a la cabeza, la bala cae tintineando en el suelo y la observo
- ¿Enserio?
- No voy a seguir malgastando balas ¿qué quieres? tienes tres minutos antes de que te use como remplazo de mi cena.
- Necesito que me ayudes a matar a alguien
- Mmm vale ¿quién es?
- Es un néfilim, llamado Nero
- ¿Un néfilim? Nunca he matado uno, son difíciles de encontrar, su sangre debe saber excelente.
- Eso es que aceptas
- Claro...si me pagas
- Y... ¿cuánto es?
- Unos 10.000€
-¡¡Tanto!! ¿No puedo pagar de otra forma?
- Mmm pues dame tu sangre dos veces por semana hasta matar a ese néfilim y estamos en paz
- Mmm vale....-acepto con desconfianza.
- Bien, tomare algo ahora.
Se me acerca a mi cuello, abre bien la boca y saca los colmillos, siento su aliento helado en mi cuello seguido de un leve pinchazo al cabo de unos segundos se aparta dejando ver los colmillos manchados de sangre.
- Oh, riquísima-dice mientras ríe como un maniático
- Bien pues ahora trabaja Akan.
-si si, claro ya empiezo.
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Néfilim
Ação¿Una raza extinguida?¿Un chaval con mil preguntas y ninguna respuesta?¿Amigos o enemigos? es lo que se plantea a todas horas nuestro prota Nero