—Siento haberte gritado. Ya sabes..., aquel día —dice finalmente el mayor, desviando ligeramente la mirada.
Sam, parpadea confuso, su mente aún abstraída en los dolorosos recuerdos que desearía, algún día, poder olvidar. Se encoge de hombros, restando importancia al hecho, y sonríe con timidez. Dean no tiene nada por lo que disculparse y él, no tiene nada que perdonarle y ambos lo saben. Es solo, que ha pasado mucho tiempo y ninguno de los dos sabe que decir, que hacer o como comportarse.
Allí de pie, uno frente a otro, sintiendo la necesidad crecer, hormigueando bajo la piel, acelerando su pulso y su respiración; un sentimiento que debería espolearlos y que a la vez los incapacita de una manera frustrante. Sam carraspea incómodo y es el primero en romper el contacto visual, moviéndose hacia la pequeña mesa donde había dejado sus cosas al entrar; perdiéndose al hacerlo, la mirada decepcionada del mayor.
Rebusca entre los pliegues de su maletín y finalmente, extrae un documento que lee con rapidez, antes de volverse de nuevo hacia su hermano, esta vez un poco más cerca. Extiende la mano y le ofrece el documento, tratando de ignorar el temblor de sus dedos. Dean mira el papel, escéptico, antes de buscar los ojos del castaño con curiosidad.
—Es la copia de la sentencia —informa con voz neutra. El mayor extiende su mano para tomar el documento, pero su hermano parece reacio a soltarlo, quedando ambos tirando de una parte del mismo.
—Eres libre, Dean —continua, sintiendo como las palabras se atoran en su garganta, como si aún no fuera capaz de pronunciarlas, porque aún no es capaz de creerlas, de creer que todo ha acabado. Su voz se quiebra, como siente que se quiebran los últimos resquicios de su fuerza.
—Gracias..., yo no... —el tono del mayor tiembla, mientras que el verde de sus ojos le escruta con un brillo cargado de anhelo. Un anhelo que él mismo siente. —Yo...
Sam avanza el paso que les separa, eliminando una distancia que sentía incorrecta, rodeando con sus brazos el cuerpo del mayor y acallando unas palabras que son innecesarias. Inspira profundo cuando siente las manos de este aferrándose a su espalda, apretándolo con una fuerza que le haría daño si no se sintiese tan bien. Se sorprende al darse cuenta de que ahora, él es el más alto, una prueba más del tiempo que ha pasado. Tiempo perdido que ya nunca podrán recuperar, pero ahora, disponen de uno nuevo, uno sin sombras, ni dolor, o al menos, eso es lo que espera.
Se mecen el uno en los brazos del otro, sin decir palabra; inspirando el aroma familiar, que ambos atesoran en la memoria, el que les habla de paz, calor, seguridad y confianza. Lazos fuertes que les unen a pesar del tiempo y la distancia, tejidos a conciencia a través de una época en la que solo eso podía mantenerlos a flote. Se abrazan, y parece que nunca van a tener suficiente; se muestran reacios a separarse, aunque es obvio que no pueden quedarse por siempre de pie, en medio de aquella sala.
—¿Y ahora qué? —carraspea el mayor, siendo el primero en dar el doloroso paso que los distancie. Los ojos del castaño se iluminan y una sonrisa se asoma a sus labios.
—Ahora, nos vamos a casa.
Su hermano conduce en silencio, aunque puede sentir como de vez en cuando, desvía la mirada nerviosamente, de la carretera hacia él. Tampoco él ha dicho nada, mirando a través de la ventanilla, viendo como los edificios y la gente se deslizan a su paso, sintiéndose abrumado. Demasiados cambios; demasiado espacio, demasiada luz...; la gente en su día a día, no es consciente de como evoluciona todo, para él, es como ir montado en el DeLorean, un salto al futuro en un instante, demasiado rápido, demasiado confuso.
"Nos vamos a casa". Esa frase tampoco le ayuda. Quisiera saber a donde se dirigen, pero no se atreve a preguntar. Las imágenes de esa casa de dos plantas, fachada blanca y pequeñas escaleras hasta el porche, le vienen a la cabeza, pero no son para nada reconfortantes, no se siente preparado para volver allí y enfrentar los recuerdos, en el caso de que ese sea el lugar donde viva su hermano.

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The brother keeper
FanfictionCuidarlo siempre ha sido su trabajo y lo llevó a cabo hasta el último extremo, aunque eso le haya costado perderlo todo, incluso a él. Wincest AU Esta historia participa en el SlashFest de la página de Facebook https://www.facebook.com/groups/Sl...