Cindy era conocida por no tener ni una pizca de suerte, algo que para ella era un privilegio, después de todo, detestaba a esas personas a las que todo le iba bien en la vida. Lo perfecto es aburrido y ella amaba la diversión. Pero allí estaba teniendo suerte por primera vez en su vida y no estaba nada contenta con ello, casi que podía arrodillarse a llorar por la maldición que había caído sobre ella.
Todos esperaban conocer al nuevo jefe y ella solo esperaba que el hecho de no haber sido despedida por el jefe anterior ese día, al menos se viera recompensado en un nuevo jefe que fuera un deleite para sus ojos.
Vivía rodeada de personas que eran asquerosamente lindos, ella solo quería un Howard Wolowitz en su vida, de verdad amaba y veneraba a ese personaje de The Big Bang Theory. Tanto que era la presidenta de su club de fans, un club bastante reducido, era difícil, por no decir imposible, encontrar personas con sus mismos gustos.
Estaba allí esperando al nuevo jefe y cruzando los dedos para que este cumpliera los estándares de su ya reciente remodelada lista de: "Chicos para mí".
—Ni cante victoria Cindy Love, aunque yo me vaya estoy seguro que la primera orden del nuevo jefe será ponerla de patitas en la calle, lo que hizo, lo que hizo, usted...
—¿Por qué las sardinas no pueden servirse con leche condensada y un poco de cacao? Su sabor era...
—¡Cállese! —gritó su ahora antiguo jefe. La vena de su garganta estaba que explotaba. —Creo que este despido fue una bendición de Dios porque un día más lidiando con sus extrañas ideas y me muero.
—Y un día más lidiando con su belleza y me arranco los ojos.—Ya no era su jefe, ya podía romper la pequeña línea de respeto que mantenía.
Fue imposible para el resto de sus compañeros de trabajo no carcajearse.
—Ay Cindy Love si no fuera porque sé que lo dice sarcásticamente desde hace tiempo la habría denunciado por acoso laboral, pero le pasaré el dato al nuevo jefe.
—¡¿Acoso laboral?! —Ese hombre de verdad estaba loco para pensar así—. Pero si usted no me gusta. Usted es muy, muy, extremadamente lindo. Mire sus pestañas, y su trasero, es tan, tan... redondo.
Aunque la expresión de su rostro no demostraba que estuviera disfrutando de la exploración al cuerpo de su antiguo jefe, sus palabras ante todos sonaban a que lo que veía era de su agrado.
Todos reían ante el descaro de Cindy, su ex jefe ya estaba preparado para gritar de nuevo y de ser posible taparse el trasero, pero las puertas de aquella cocina se abrieron dando entrada al nuevo jefe y un grupo más de hombres que lo acompañaban.
Cindy maldijo por dentro, este nuevo jefe era más muñequito de torta que el anterior, así que se permitió transportarse en su imaginación a un mundo en dónde trabajaba de Cheff personal de Howard Wolowitz o de Mr. Bean, de verdad amaba a ese hombre.
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La acosadora de feos
ChickLitCindy Love siente aversión hacia todo lo lindo. Sonrisas blancas y dientes ordenados; ojos grandes con largas pestañas y cejas pobladas; brazos musculosos; abdomen fuerte y macizo ¡No! Todo eso es asqueroso para Cindy Love. Ella rige su vida, desd...