Aparecemos en todos los periódicos del país, tal como esperábamos. En el desayuno, Rindede nos da la amarga noticia:
-Poderosos, he de anunciaros que nos acaban de descubrir. En una hora o así vendrá gente de toda España a vernos. Para ello, debo pediros que por favor no salgais bajo ningún concepto. Y quiero que todos y absolutamente todos llevéis vuestras máscaras. Ahora mismo vuestra identidad es lo más valioso y preciado de vuestras vidas. No sé que más hacer, así que Rincroco, abandonarás el Instituto hasta que este problema se solucione. -Todos nos quedamos callados. Nos pusimos nuestras máscaras, las cuales eran cada una de un color distinto. La mía era plateada, mientras que las de los demás eran blancas, negras, grises o de colores oscuros y apagados para no llamar demasiado la atención. Hasta que se me ocurrió una idea descabellada y que probablemente acabaría mal, pero ¿qué podía salir peor que tener que quedarnos aquí encerrados de por vida, sin salir, y con los rostros cubiertos por unas máscaras que nos impedían mostrar nuestra cara?
-Pues yo sí sé que hacer. La gente, al ver que no salimos, empezará a intentar que salgamos. Hasta podrían demoler este sitio.
-Pues no podemos salir. Nos harían preguntas y pensarían que somos peligrosos, por lo que tratarán de destruirnos.- dice Ika.
-Pues claro que intentarán destruirnos. Así que debemos defendernos, demostrarles que no somos unos debiluchos. Debemos LUCHAR. -La palabra se queda en la sala de reunión y no parece irse. El primero en romper el silencio es mi novio.
-Yo estoy de acuerdo con ella. No porque sea mi novia, que conste. En mi opinión, los humanos necesitan a alguien que los guíe, son como un rebaño de ovejas. Y quien mejor para ejercer el poder que los poderosos, verdad?
-En eso tienes razón, Rincroco. Pero ¿cómo luchamos contra ellos?-pregunta Rindede.
-Bueno, hay una zona en el tercer sótano reservada para ocasiones como esta. Esta llena de armas tipo pistolas, rifles, cerbatanas y cosas por el estilo.-dice Denarius. Todos seguimos a Denarius hasta el sótano y abrimos la tan misteriosa y peligrosa puerta. Al entrar, me quedo tan alucinada como todos al ver una gran sala octogonal, cada pared cubierta por un arma distinta.
-Coged un arma que os llame la atención y seguidme a la sala de prácticas. -hacemos lo que nos manda Rindede y cada uno cogemos un arma. Rin coge la pistola; yo, el arco y las flechas (amo a Katniss Everdeen, pasa algo??); Formidite, el rifle; Caldora, la baĺlesta; Laetes, la escopeta; Denarius, la metralleta; Ikazara, los cuchillos; y Adelinetta, la daga. Todos seguimos a Rindede al pasillo y entramos a una habitación gigantesca llena de pequeñas zonas de entrenamiento, una para cada arma y para varias personas por zona.
-Dirigíos a vuestras respectivas zonas.
Hacemos lo que nos ordena y me siento en una silla que hay en mi zona. La de Rincroco está a cuatro zonas de distancia. Cuando todos estamos sentados, Rindede se dirige a unas pantallas en un extremo de la sala y empieza a murmurar cosas en un idioma extraño que no logro comprender muy bien. Rindede nos empieza a explicar lo que debemos hacer con nuestras armas, a los que tienen armas de fuego les enseña a quitarles y ponerles el seguro y a montarlas y desmontarlas, mientras que Adelinetta, Ikazara, Caldora, Dandetsu y yo practicamos con nuestras armas. Al cabo de un rato me siento en la silla porque estoy un poco cansada, normal, estando embarazada... Bajo la vista hacia mi arma y abro los ojos como platos al ver la zona en la que se han posado mis manos desenguantadas (hoy no he traído los guantes porque me ha parecido que no los iba a necesitar), cubierta por una gruesa capa de hielo. La verdad es que sí había sentido algo extraño al entrenar con el arco, pero no le he dado mucha importancia. Ahora veo que sí es importante llevar los guantes. Pruebo a tocar más cosas, como la silla donde estoy sentada, el suelo, mi carcaj... en efecto, acabo de descubrir que tengo otro nuevo poder, el del hielo. Y probablemente también tenga el del fuego, el del agua, el del calor... puede que sea una idiotez, pero decido decorar mi arco con hielo. Un poco por aquí, por allá... hecho. Y, sin darme cuenta, todos los poderosos me están mirando con los ojos como platos al verme decorar mi arco con hielo de mis manos.
-Te han salido los poderes del hielo y el fuego?-pregunta Rindede alarmada.
-De momento el del hielo sí.
-Y por qué no llevas los guantes?
-Porque me pareció que no los iba a necesitar.
-Bueno, pues los necesitas. En fin, dejémoslo. Enseñame lo que sabes hacer con el arco.-saco una flecha de mi carcaj, la coloco en el arco como he visto hacer a Katniss mil y una veces en los juegos del hambre, apunto como he aprendido en la peli a la diana y disparo. Ni siquiera me fijo en si he dado o no, de pronto me encuentro mareada y empiezo a vomitar, lleva pasándome desde que me quedé embarazada. Cuando termino y dejo de estar pálida como la nieve, todos me aplauden. No sé a qué viene eso, acabo de vomitar y no me encuentro muy bien, hasta que miro a la diana y veo que he dado en el clavo, literalmente. Lanzo otra flecha y vuelvo a acertar. Lanzo otra más, esta vez intentando hacerlo mal, y esta vez no acierto. Vamos probando las diferentes armas, y resulta que soy muy buena con todas, al parecer ver todas las pelis unas doscientas veces (sin exagerar) de los Juegos del Hambre y Divergente han dado sus frutos.
-Bueno, veo que esto se os da bien, a algunos mejor que a otros. Sinceramente, esta es la segunda vez que pruebo estas armas, aunque estoy comprobando que Abtmura las ha probado más veces.
-Pues no, es la primera vez que toco un arco.
-Pues se te da muy bien.
-Gracias. Es lo que tiene ser una fan total de Divergente y los Juegos del Hambre.
-Muy bien. De momento, es todo por hoy. Mañana, desayuno a las 8, entrenamiento con armas de 9 a 2, con dos paradas de 15 minutos, comida de 2 a 2 y media, y de 5 a 8 entrenamiento con poderes. Aquel que esté, aunque sea un solo minuto, tarde, recibirá su respectivo castigo. Ateneos a las consecuencias de vuestros actos. Hasta mañana.- Rincroco y yo volvimos a la habitación, era por la tarde y no sabíamos qué hacer, así que estuve tratando de practicar un poco con mi nuevo poder helador. Al caer el sol, ambos estamos agotados, así que nos vamos a dormir tratando de asimilar que vamos a participar en una guerra, y lo peor de todo, estando yo embarazada.
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Bueno, siento subir tan tarde, es que he tenido muchos exámenes y tenía que encargarme de unos asuntos personales. Bueno, como celebración por haber acabado el insti, aquí les traigo un nuevo cap. Que lo disfruten! Que sepan que les adoro! Los Poderosos al poder!!♾🖐
PD: La semana que viene estaré ausente a causa de un campamento, subiré cuando vuelva. Bs!
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Los poderosos
General FictionAinara, una chica supuestamente normal, tiene poderes. Un compañero suyo de clase, Raúl, descubre su secreto. Y Ainara acaba en un "club" de poderosos, donde descubrirá que no es la única con poderes, pero sí descubrirá también que, entre los podero...