¿Y tú? ¿Quién eres?

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En un principio, todo era tan blanco como una hoja de papel. Puro, limpio y vacío. No sabía si era arriba, no sabía si era abajo. No había aromas ni sensaciones. El único sonido quizá era el de un zumbido provocado irónicamente por el mismo silencio... flotaba o eso parecía, no estaba seguro de estar sumergido o estar en las alturas. Pero se sentía bien. Había más paz ahí que en casa. Así que estaba bien, podría quedarme ahí el tiempo necesario.

De pronto, el sonido de algo o alguien llamando a la puerta hizo que con la mirada buscase el origen del perturbador destructor de silencio. Giré sin gravedad por el espacio blanco sin principio ni fin hasta que justo debajo de mi vi una puerta acostada. Nadé o floté hasta ella. Tenía que ir a decirle a quien sea que estuviese tocando que tenía que detenerse, que estaba interrumpiendo mi paz.

El cuarto giró y las esquinas aparecieron, dando cabida a una habitación cuadrada sin ventanas, sin muebles, sin nada. Solo la puerta que era apenas distinguible y la perilla dorada que sobresalía al ser lo único que variaba en color. Por fin, mis pies tocaron la superficie y avancé hasta la mencionada donde pude finalmente abrir y reclamar como era debido.

"¡Oye! ¿Crees que es gracioso venir y perturbar la paz de otros?" reclamé, sin importar de quien podría tratarse.

"¡Oh! ¡En verdad había alguien ahí!" exclamó una chica, más de una cabeza debajo de mi, pero parecía rondar la edad misma "¿Hubieras preferido que entrara sin más? Eso hubiese sido un poco grosero y me han enseñado que..."

"¡No! No hubiera preferido nada más que te quedaras lejos" quizá estaba siendo grosero, tal vez incluso violento. No me traía nada contra esa muchacha. "Lo siento, es solo que me gusta el silencio." Aquella guardó precisamente aquello, pensativa, cruzándose de brazos mientras miraba mi rostro y luego se asomaba un poco para ver detrás de mi algo de la habitación.

"Pero..." habló finalmente. La observé con intriga "en silencio, contigo mismo... no tiene sentido."

"¿Qué? ¿Cómo que no tiene sentido? Es eso lo que estaba haciendo" le respondí.

"Yo escuchaba mucho ruido, por eso vine hasta aquí a ver, por si necesitabas ayuda." Su respuesta me confundió. ¿Ayuda? Yo no necesitaba ayuda, quería que me dejaran en paz, eso era lo que quería.

"¿Qué clase de ruido escuchaste que te hizo venir?"

"A ti, pidiendo ayuda."

Cuando desperté, me sentía especialmente mareado. Poco a poco las memorias iban volviendo. Fruncí el ceño, me dolía todo. TODO. Llevé las manos a mi rostro, cubriendo aquel mientras presionaba mis irritados ojos. No lo volvería hacer... ¿Qué fue? ¿El alcohol? ¿La cocaína? Quizá... eso debió ser, nunca había consumido tanta. Pero es que esa noche me sentía especialmente necesitado de mandar todo a la mierda.

Luego de unos minutos de consciencia y de aguantar el deseo de correr al baño a vomitar, acepté que con el dolor de cabeza y de cuerpo no había mucho que hacer. Me di cuenta de que ni siquiera estaba en mi habitación. De hecho, no tenía una jodida idea de en donde estaba... O con quién.

"Solo una mañana más en la vida de Doyoung." Me dije mientras tomaba las fuerzas para sentarme. Todo me daba vueltas, ¿Qué diablos me había metido? Si tan solo pudiese recordarlo.

Mientras buscaba por la revuelta habitación extraña las prendas que reconociera como mías, recordé lo que estaba soñando, ¡Vaya sueño! Nunca había experimentado uno tan real, es decir, la imagen de aquella chica que había llamado a la puerta era tan nítida, su voz, sus expresiones. Pero bueno, era un sueño, ¿No? Información basura almacenada en tu cabeza. Olvidaría esto y ya. No tenía por qué dedicarle más tiempo. Aún cuando esa joven se me hacía familiar... como alguien a quien no veía hace mucho, mucho tiempo.

"¿A dónde vas?" preguntó una voz masculina "¿Ni una despedida luego de la noche que pasamos, desalmado?"

"Ugh... mira, lo siento" dije mientras terminaba de vestirme y me giraba hacia el desconocido cuyo rostro de verdad no reconocía "Ni siquiera recuerdo tu nombre, así que creo que es mejor así."

"No lo recuerdas porque jamás te lo dije, ni tú me dijiste el tuyo así que..."

"Así que estamos bien. Adiós." Dije sin más y cerré la puerta tras de mí.

Al parecer estaba en una casa. Y conforme esquivaba los cuerpos inconscientes de quienes habían disfrutado de una fiesta algo salvaje, poco a poco iba recobrando algo de razón. Era la fiesta de Johnny, sí... él me había invitado. Y esta era su casa. Sus papás nunca estaban, por lo que estas cosas eran usuales, también era normal que la policía llegara, pero por lo que veía no fue el caso en esta muy especial ocasión.

Estaba ya por alcanzar la puerta cuando la voz de mi amigo se escuchó. Me detuve con los dedos en la perilla y con la imagen de Johnny asomándose por el sofá de la sala, despeinado y más muerto que vivo. Desnudo, por supuesto.

"Hey, bro... ¿Ya te vas tan temprano?"

"Son las 2 de la tarde, tonto. Vístete y dúchate, saca a toda esta gente de aquí o tus padres harán un escándalo, de nuevo." El adormilado asintió y yo salí de la casa, seguro de que mi amigo de años se había vuelto a dormir.

Íbamos a la misma preparatoria, aunque ya estábamos por terminar, bueno... eso si no nos expulsaban primero, pero resultaban detalles fáciles de solucionar.


NA:

No tengo idea de como va a resultar esto.  Tampoco sé si lograré meter todas las cosas que quiero manejar, pero haré lo mejor que pueda. Igual y es real que escribo esto porque me ayuda a relajarme. En realidad escribí bastante, pero lo divido en capítulos cortos y así puedo ir subiendo de a dos en dos.

Tampoco es obligación, pero sería lindo si comentan que opinan, solo para mantenerme motivada.

Con respecto a este capítulo... solo es una pequeña introducción, en general, esta es la vida que ha llevado Doyoung los últimos 3 años de preparatoria. Como él mismo dice "Solo un día  más en la vida de Doyoung."


PD: ¡La música es importante para entrar en el mood!

- Miya

Inside an empty room; Dream in a dreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora