Me las arreglé para volver a casa y descubrir que mis padres no estaban. Eso era poco común... en el interior del ordenado departamento había un silencio del cual no me fiaba mucho. ¿Qué día era? Mi estómago rugió y al acercarme a la mesa del comedor en la cocina vi la nota que me recordó todo.
12 de marzo.
"Cielo, fuimos al cementerio... intenté contactarte pero no respondías el móvil, sé que no quieres acompañarnos nunca, y lo entiendo. Pero por si acaso, estaremos ahí y luego iremos a la casa de tu abuela un rato. Volveremos a eso de las seis, te dejé comida en el microondas.
Mamá."
Fabuloso. Dejé la comida intacta y me fui directo a mi habitación. En el baño, mi rostro demacrado por los atentados realizados sobre mi cuerpo se veían más que en otros días. Las ojeras, las mejillas hundidas, el ardor en el estómago al no tener nada más que el resto del alcohol, el aliento ácido... Los ojos se miraban más rojos de lo usual. Bien, Doyoung, muy bien.
Me quité todo y me metí en la bañera. El agua caliente me hizo soltar un suspiro lento... relajado. La verdad era que no quería pensar, no quería sentir... especialmente sentir. Por unos momentos me quedé contemplando el techo del baño... había gente que se suicidaba así, ¿No? Cortándose las venas en la tina y dejando que su propia sangre tiñera su lugar de muerte. Había algo poético en ello. ¿Si fuese a matarme dejaría o no dejaría una nota suicida? Sería divertido ver como las personas especulan sobre por qué me habría matado, claro, de ser posible que lo viera. ¿Iría al infierno o me quedaría en la tierra a vagar toda la eternidad? Me gusta más la segunda opción, quizá podría incluso ver a las personas hacer cosas malas... eso sería divertido.... La privacidad donde puedes ser quien quieras ser... tan monstruoso como te gustaría... en secreto... en la intimidad...
"¿Qué haces?" aquella voz me hizo levantarme de un susto, fue como sentir de pronto que te caes, y sentir la urgencia de sostenerte de algo.
"¡¿Qué haces aquí?!" exclamé enfadado. Nuevamente esa chica "¡Vete de mi casa! ¡¿No sabes que entrar a las casas de otros está prohibido?!"
"¿De qué hablas? Esta no es tu casa." Me miró confundida, y yo la miré a ella. Cuando me fijé, ya no estaba desnudo en la bañera, estaba desnudo en un... ¿Jardín? Entre las flores que hacían de una censura demasiado encantadora como para admirarla en esos instantes. "Estamos en mi jardín, y tú estás muy desnudo... ¿Eres un loquito?" se rió y yo me enfadé.
"No soy ningún loco. Estaba en mi casa. No sé como he acabado aquí." Le respondí cruzándome de brazos y ella volvió a reír.
Llevaba un bonito vestido blanco y el cabello anaranjado, largo y apenas atado en la parte de atrás con un listón de encaje blanco. Iba descalza y detrás de ella se alzaba una mansión inglesa gigante e inmaculadamente blanca. El jardín donde estábamos brillaba de manera casi irreal, fantástica. Podía sentir el aroma de las flores y escuchar el canto de los pájaros. ¿Qué mierda? Uno ya no puede estar sumido en su depresión sin que lo teletransporten al bosque de Blanca Nieves.
"Supongo que estás aquí porque sentiste que necesitabas venir a un lugar más lindo. ¿No te parece lindo mi jardín? Suelo observarlo todos los días desde mi ventana" continuó hablando, señalando hacia la mansión, supongo yo que a la ventana que había mencionado.
"¿No te regañarán si te ven con un extraño desnudo en el jardín?" pregunté, sacudiéndome las hojas del cabello y poniéndome de pie sin importar mi desnudez porque la verdad, me valía tres hectáreas de...
"No, no hay nadie más aquí. Bueno, además de ti... pero no esperaba tu visita, aunque me da gusto" y entonces sonrió, lo hizo de una manera tan adorable, tan encantadora, tan sutil... que me derretí. Bueno, un poco, como dos fragmentos del hielo que cubrían mi muerto corazón deprimido. Sí, solo eso.
"¿Y por qué te da gusto? ¿A quién le daría gusto verme?" No tenía un poco de pena al hablar de esa manera, menos con una chica que me hablaba tan feliz de su jardín en su enorme mansión. ¿Y qué sabía ella de la vida o del sufrimiento?
Ella no dijo nada, simplemente me observó con tristeza. ¿Acaso me tenía lástima? No me sorprende, yo también me la tendría. Entonces, sus delicados labios se abrieron para pronunciar algo, pero entonces, algo cambió. El sol que alumbraba perfectamente se desvaneció, dando paso a las nubes y un viento helado azotó, despeinando sus cabellos y haciendo su vestido volar salvajemente entre las hojas que eran víctimas de aquel ventarrón.
"¡Tienes que irte! ¡Ahora!" exclamó con fuerza y su voz y su imagen se fueron alejando hasta volverse manchas borrosas y finalmente todo se tornó oscuro.
NA:
Sería interesante saber que piensan respecto a lo que sucede, la verdad no es tan complicado, así que tampoco hay que darle mil vueltas, o eso pienso yo. Solo hay que fijarse bien en los detalles, poco a poco ahí se podría ir armando la respuesta.
Quizá es momento de advertir que el siguiente capítulo no es muy bonito, pero es clave para entender un poco más la situación de Doyoung actualmente. Incluso, podría ayudar a que sepan que sucede con la chica que cree ver en sus sueños.
Recuerden que los comentarios ayudan con la motivación, jeje.
- Miya
ESTÁS LEYENDO
Inside an empty room; Dream in a dream
FanfictionLa culpa puede perseguir a una persona toda la vida. Pero, ¿Cómo expiarla? ¿No es acaso parte de todo? Las pérdidas, el sufrimiento, el arrepentimiento... todo se acumula y al final sigue siendo tan solo parte de nuestras vidas. Estamos solos desde...