•Capítulo 1

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Me presentaré. Soy Ariadne, tengo 19 años y les contaré como, poco a poco, me fui enamorando de mi vecino hace dos año atrás, todos los problemas que tuve y como los sobrellevé.

*Hacen dos año atrás (7/Marzo/2012):

Un día más, común y corriente como el ayer. Prendo la pantalla del celular por milésima vez, para asegurarme de que ha pasado 1 minutos más desde hace... un minuto. Suspiro. Salgo de éste infierno llamado escuela en dos horas más y hoy, apenas, es martes. Comienzo de semana. Bufo y rodeo los ojos para mi misma hasta que soy interrumpida por mi mejor amiga, Emma.

-¿En qué diablos estas pensando tanto, Ari? -. Susurra divertida por agarrarme pensando y haciendo gestos para mi misma.

-Que aún nos quedan dos horas metidas aquí, ¿te parece divertido? -. Contesto sarcásticamente, ella suelta una risita, que a mi me hace sonreír.

-¡Señorita Cevallos, señorita Lenson!, ¿quieren contar a la clase que es tan gracioso? -. Farfulla el profesor de álgebra con la mirada sobre sobre los lentes.

Ambas nos miramos y negamos con la cabeza, tratando de parecer lo más humildes posibles, sin que soltemos una risotada.

-En ese caso.. -. Murmura el profesor Tyree, para subirse los lentes exageradamente grandes por el puente de la nariz. -Si llego a interrumpir la clase por segunda vez por ustedes, las mando a detención. Están advertidas...

Yo bufo en silencio y Emma reprime una carcajada con todas sus fuerzas. Mr. Tyree sigue explicando sobre exponentes, la intercesión de la "Y" y la "X", y trazando puntos en la gráfica.

Yo no prestaba atención, en verano, por un reto de Emma tomé un curso de Álgebra y todo lo que, ahora mismo, estan aprendiendo mis compañeros yo lo aprendí el verano pasado.

Volví a mirar el celular desde mi regazo, porque si el profesor Tyree me ve, es seguro que lo tendrá que buscar mi abuela a la oficina del rector. ¿Por qué mi abuela y no mi madre?, bueno, vivo con ambas, pero mi mamá es una mujer de negocios y más se la pasa viajando que en casa y mi padre... ese es tema olvidado.

Doy golpeteos con el lápiz sobre el pequeño escritorio compartido con mi amiga deseando que la clase se vaya en un abrir y cerrar de ojos. Si, claro, Ariadne, apenas acabamos de entrar del almuerzo y quedán nada más y nada menos que 1 hora y 45 minutos. Niego con la cabeza haciendo un gesto de total desagrado.

Siento como Emma ríe a mi lado. -A veces pienso que a mi mejor amiga la dejaron caer cuando era bebé-. Ella la miro boquiabierta y luego de darle un suave golpe en el hombro, ambas soltamos tremendas carcajadas.

Oh no.. Mr. Tyree nos mira y.. -. ¡Ambas estarán 1 hora en detención después de clases, es suficiente ya!, si siguen las sacaré de la sala de clases. -Nos señaló con el dedo y luego a la puerta de salida, explicando con ademanes como si fuéramos dos crías pequeñas.

Iba a soltarle una maldición hasta que recordé que Emma no tomó las clases conmigo en verano, ella tomó unas de historia, no iba a perjudicarla en Álgebra. Porque seguro nos saca a ambas.

Respiro y miro a un punto perdido hundiendome en mis pensamientos. Y así pasan los malditos minutos, más lentos que de costumbre. Soy buena estudiante y si Mr. Tyree no fuera tan sangrigordo seguro y hasta participaría en la clase contestando y prestando atención, pero el viejo no se lo merece.

Luego de lo que parece una eternidad, suena la campana de salida. Yo me paro de la silla como por instinto, como todos mis demás compañeros. Comenzamos a guardar lo trabajado y nos disponemos a salir.

-¡Hey, hey!, no tan rápido señoritas -. Nos deteniene el señor Tyree, como suponía que iba hacer. Nos entrega una boleta verde menta con nuestros nombres, el número del salón a donde tenemos que ir y el tiempo de cumplimiento, una hora. Emma toma educadamente el papel. -Y de tarea tienen estos 50 ejercicios cada una -. Yo suelto un bufido y el me mira expectante. -¿Tiene algún problema con eso, señorita Lenson? -. Yo lo miro desafiante y nego con la cabeza, no quiero más problemas. Tomo los dos papeles que contienen 50 ejercicios cada uno y ambas salimos rumbo al salón.

-Em, dame un minuto... llamaré a Lela, para que no se preocupe. Obviamente no sabe que me quedaré una hora más-. Rodeo mis ojos y Emma ríe. Lela es mi abuela, pero Emma y yo le decimos así de cariño. Emma es como su otra nieta.

-Vale, Ari. Pero no tardes, y mandale un besote -. Sonríe y yo sonrío con ella asintiendole. Gira en sus talones y se va al salón asignado. Le doy una rápida llamada a Lela avisándole y me dirigo al salón.

Los minutos no pasan tan lentos como en la clase, el profesor substituto que nos atiende no nos pone a hacer nada y nos permite conversar en voz baja. Hay demás personas, pero solo son conocidos, así que me dispongo a conversar solo con Emma.

-Señorita Lenson y Cevallos, ya han completado su hora, pueden salir-. Dice el profesor, que aún no me he fijado en su apellido, h yo me levanto como un resorte. Emma suelta una carcajada por mi exagerada alegría de salir de ese infierno llamado escuela y se levanta igual.

Caminamos hasta mi casa, pues queda bastante cerca de la escuela. Acordamos hacer la tarea entre las dos para poder terminar más rápido y entrgarle la odiosa tarea al profesor Tyree. En el camino llama a su nana avisándole que llegaría mucho más tarde, sus padres están fuera de la ciudad por trabajo.

Llegamos a mi casa y me dirijo a la puerta. Abro y cierro luego de que Emma entre después de mi. Escucho murmuros en la sala, miro a Emma y ella se encoge de hombros.

-Ari, iré por algo de tomar a la cocina-. Yo le sonrío y asiento, ella se dirige al lugar prometido y yo a la sala. Bien dice mi madre que "La curiosidad mató al gato". Yo siempre he sido como un gato en ese sentido...

Entro a la sala y repaso las personas sentadas en ella. Lela se pone rápidamente de pié con una sonrisa tan grande, que me hace sonreír a mi también.

-¡Mi pequeña llegó! -. Exclamó mi abuela energéticamente mientras me envolvía en sus brazos y me daba un tierno beso en la frente. Yo solté una pequeña risa y la abracé igual. Pude notar como alguien detrás de ella las mismas risas divertidas que yo por el típico entusiasmo de Lela.

-Hola, Lela.. -. Murmuré sonriente, para besarle la mejilla. Amaba a esa mujer como a ninguna otra. Me ha criado cuando mi mamá tenía que ir a trabajar para sostenerme.

-¡Ven, Ari! -. Mi abuela me jaloneó de la mano y me puso en medio de la sala, a su lado. Ahí me di cuenta quienes eran los dueños de las pequeñas risas divertidas.

-Ari, ¿recuerdas a Kael? -. Mi abuela me miró expectante. ¡¿Cómo no recordar a quien ha sido mi amor platónico por años!?, me gritó mi subconsciente, y ahora me di cuenta que tenía uno. Que esa vocecita que me contradijo desde siempre, hoy me di cuenta de eso. Volviendo al tema...

-¡Si, claro! -. Sonreí ampliamente. No podía creer que él estuviera de vuelta, lo miré. Luego a su abuela, la mejor amiga de mi abuela y a su hermano menor, que es de mi edad, y aparte un buen amigo.

Kael nunca se llevó bien con su madre. Cuando cumplió 18, y luego de salir de la preparatoria, ingresó a la milicia, al ARMY para ser exactos. Luego de eso solo volvió unas vez, hace como 1 año y medio, para ver a su abuela, quien se enfermó gravemente. Por suerte, hoy ella ya está totalmente bien.

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Sé que es corto, pero casi no tengo tiempo ni siquiera para respirar. La escuela me tiene haciendo malabares en un patín. Escribo en cuanto tengo un tiempito libre.

Comenten si tienen alguna idea o quieran que algo pase en la novela; estoy dispuesta a recibir cualquier critica, sea buena o mala. :33

P.s.: Una foto de Ariadne en multimedia :3

Un abrazo psicológico \O/❤

Mi Amor por un MilitarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora