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Me quedé allí, perpleja. Mientras que por mi mente pasaba la aterradora idea de que alguien supiera quién era yo realmente.
Todos se conocían aquí, y tal vez si decía otro dato más de mi podía irse todo por la borda.
Decidí en disfrutar lo que quedaba de la noche, ya que no era muy común venir a fiestas de tal magnitud.
— ¿Bailas? — preguntó un chico de ojos azules.
A simple vista parecía una persona tierna.
— Con gusto —
Tomo mi mano, y con pasos llenos de seguridad el me llevó hacia la pista improvisada de baile.
No sabía con exactitud qué canción tocaban, pero era una lenta.
Sentí mis mejillas arder cuando el posó sus manos en mi cintura. Con timidez hice lo mismo, pase mis manos por su cuello, justo como había aprendido en las clases de baile que tuve a los 13.
— Siento ser tan mal educado. ¿Como te llamas? —
— ____, ¿y usted? — pregunté.
El hizo una mueca.
— No me tutees por favor, es incómoda tanta formalidad en este lugar — dijo riendo.
— Entiendo —
— Me llamo Jack, Jack Johnson —
— ¿Como el hijo del presidente? —
— ¿Como mi mejor amigo? Si —
Dábamos vueltas en la pista, se sentía bien vivir esto... Ellos debían sentirse de maravillas con tantos lujos.
«Dato importante, ahora bailas con el mejor amigo del hijo del presidente »
Sonreí ante mis pensamientos.
— Gracias por el baile — dije cuando la música llegó a su final.
Jack, o JJ como me permitió llamarle, tomó mi mano.
— Al menos... Dime tu apellido. Debe existir otra chica con tu nombre en el mundo —
— Ya debo irme, lo siento —
— Me gustaría verte de nuevo, por favor —
— Algún día será, hasta luego —
Dicho esto me marché. No podía más quedarme allí sabiendo que podrían descubrir que no era de su misma clase.
