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Jack corría por todos lados, buscando a la chica que minutos atrás lo había besado.
No había rastros de ella por ningún lado, y se estaba haciendo la idea de que ya para ella era una costumbre desaparecer.
Divisó a Tamy junto a Johnson.
— Disculpen la interrupción chicos, pero... ¿Han visto a ___? — preguntó.
Ambos negaron al mismo tiempo.
— Tenía entendido que ella estaba contigo Jack — respondió Tamy.
— Ha ocurrido un pequeño mal entendido, y ella ha salido corriendo — explicó el chico.
— ¡UNA CHICA COMO TÚ AQUÍ! —
El escándalo era muy fuerte.
— ¿Que está ocurriendo allí? ¿A caso esa no es ___? — habló Johnson.
Los tres llegaron hacia dónde las personas rodeaban a las dos chicas.
¿Quién era la rubia? Nadie más y nadie menos que Amanda Hoock.
La hija de Perla Hoock. Jefa de la madre de ____.
— Tenía entendido que aquí solo podían entrar las personas de alta clase, tú no eres una de ellas. Qué vergüenza —
_____ bajo la vista. Y sus hombros se movían de arriba hacia abajo, estaba llorando.
— Se ha terminado el baile, gracias a todos por venir — hablo JJ por el micrófono.
Las personas rápidamente empezaron a marcharse. Y Gilinsky solo podía observar a ____, ella le había mentido... Había derrumbado todo lo que alguna vez el llego a construir.
— Tú... Me mentiste ___ — susurró con los ojos llorosos.
—: No perteneces aquí.
— Siento que seamos de distintas clases Jack. Deberías de ser un poquito más comprensible, mientras que tú pasas los días rodeado de lujos, nosotros las personas de baja clase, debemos de trabajar duro para conseguir un poco de comida para nuestra mesa.
»» Mientras tú viajas cada que quieres, nosotros permanecemos en el mismo lugar, deseando poder algún día salir de aquí.
»» Las personas de tú clase dan asco. No merecen nada de lo que tienen porque les falta ser humildes, ustedes no tienden la mano a las personas que los necesitan.
— _____ — susurró Tamy.
Johnson no decía nada. Solo observaba sorprendido la escena.
Era increíble como ellas parecían encajar en aquel mundo.
Su educación, sus atuendos... Todo un papelón.
Pero algo si tenían ellas, y es que... Sus corazones eran tan puros, tan grandes. Cosa que a las personas de alta clase les faltaba.
