Orgía

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Jack se retiró a un lado para descansar. Yo en cambio no me encontraba cansada en absoluto, seguramente fuera por la pastilla, cuyos efectos aún no identificaba totalmente.

El lugar de Jack fue rápidamente ocupado por otro chico igual de tremendo. Pero esta vez no quería sólo a uno.

Me puse de rodillas sobre la cama, los chicos hicieron un corro a mi alrededor. Me encantó ver todos sus miembros erectos y apuntando hacia mí. Cogí el que tenía justo enfrente y comencé a lamer la puntita ligeramente, mientras miraba fijamente los intensos ojos verdes del chico. Sabía que le estaba gustando porque en su mirada se veía la lujuria. En la mía también.

Deslicé mi lengua desde la base de su miembro hasta la punta, muy despacio, mientras veía cómo cerraba los ojos y abría ligeramente la boca por el placer. Hice pequeños círculos en su capullo con la punta de mi lengua, y luego me metí su miembro en la boca todo lo que pude. Noté como él posó su mano en mi cabeza gentilmente, animándome a seguir pero sin forzarme si no quería más.

Seguí mamando de él y elevé de nuevo la vista hacia su rostro, hermoso y contraído por el placer. Vi a su lado derecho a otro chico, mirándome ansioso por probar mi boca, y no le hice esperar. Cogí su miembro con mi mano derecha y abandoné el pene del chico anterior para comenzar a besar este. Pero no quise dejar al otro chico desatendido, así que seguí masturbándolo con mi mano libre.

Los demás chicos deseosos también, y cada vez más impacientes porque llegara su turno comenzaron a inclinarse para poder acariciar mi cuerpo. Quise atenderlos a todos pero me era físicamente imposible, así que solo me encargué de un tercer chico.

Mastrubaba a dos de ellos con las manos y al otro le dedicaba mi boca. Otro más se arrodilló a mi espalda y me rodeó con sus brazos para posar su mano en mi clítoris y comenzar a hacer círculos con sus dedos. Empecé a tener más dificultad para chupar seguido el miembro del chico, así que decidí ir pasando mi boca entre los tres penes que apuntaban directamente a mi boca.

Empecé a saborear el líquido preseminal de alguno de los chicos, y sus caras de placer, junto a sus manos firmes contra mi cabeza, me produjeron una oleada de placer. Los dedos que estaban en mi clítoris se deslizaron por mi vagina y se introdujeron en mi cuerpo, comenzando a moverse rítmicamente y alcanzando el punto de placer que me llevaba a las estrellas.

Uno de los chicos comenzó a correrse mientras le chupaba el miembro, así que todo su caliente semen entró en mi boca. Eso fue lo último que necesité para lanzarme a un nuevo orgasmo ante los incesantes movimientos de dedos en mis partes. El orgasmo creció en mi e hizo que tuviera que separar mi boca para conseguir algo de aire, pero en ese momento el chico de la derecha se corrió también y su semen se extendió por toda mi cara. Por último, el chico de la izquierda también alcanzó el orgasmo apuntando a mis pechos. Dejándome totalmente cubierta de semen, y con un maravilloso orgasmo.

Me apoyé cansada contra el chico que estaba a mi espalda, que retiraba sus dedos de mi interior para llevárselos a la boca. Ese gesto tan erótico me prendió de nuevo. Era obvio que la pastilla había hecho algo en mí, permitiéndome tener orgasmos más intensos y seguidos unos de otros. Pero nada más correrme ya estaba preparada para más.

Empujé al chico que me había masturbado hasta que quedó tumbado en la cama. Si quería probar mi vagina, lo iba a hacer. Me levanté para luego volver a arrodillarme, esta vez, justo encima de su cara, dejando mi vagina a su disposición y totalmente abierta para él. Sólo con estirar su lengua podía recorrer toda mi entrepierna, y con su boca podía sorber y apretar mi clítoris. Era una postura perfecta, lo sentía por todos lados de mi vagina

Otros tres chicos se posicionaron delante mía, y comencé el mismo trabajo que le había gustado tanto a los otros. Un quinto chico se puso a mi lado y después de besarme intensamente, tapando con su boca mis gemidos de placer, inclinó su cabeza para poder lamer y mordisquear mis pechos. El sexto chico se puso a mi espalda y comenzó a recorrer mi vientre, mis piernas y mi espalda. Se centró en mi culo y me inclinó un poco, de forma que mi clítoris quedó totalmente alineado con la boca del chico de debajo mía, y él pudo dedicar sus dedos a jugar con la entrada de mi vagina.

Me empezaba a costar seguir el ritmo de tanto hombres, atenderlos a todos, chuparlos bien, y sentir todo lo que hacían por mi cuerpo. Y de repente me tensé, porque los dedos que jugaban con mi entrada, se habían movido y ahora jugaban con mi ano. Pero unos brazos rodearon mi cuerpo, dándome estabilidad y transmitiéndome confianza, y una vez más, me dejé llevar.

Los dedos comenzaron a abrirse paso en mi culo gentilmente, abriéndolo a lo que vendría después. Primero introdujo un dedo, tan al fondo como pudo, empujándome y haciendo que me tuviera que apoyar en los miembros de los chicos de enfrente para no caer en la cama a cuatro patas. Luego metió el segundo dedo y dedicó un rato a hacerme sentir cómoda. Mientras la lengua del otro hombre seguía torturando mi clítoris.

Cuando tuve suficiente los separé de mi, y me moví sobre el cuerpo tumbado, desde su boca a su pene, y lo introduje en mi. Alcé las manos para agarrar los miembros de los chicos delante mía y volver a acercarlos a mi boca, uno a uno. Dejé que el hombre a mi espalda siguiera con su labor, preparándome para más.

Cuando consideré que estaba lista, saqué el enorme pene que había estado un rato en mi vagina y me lo introduje con cuidado y ayuda de los chicos por el culo. Esperaba sentir dolor, pero no fue así, sólo sentí más excitación. Él me agarró de las caderas para facilitarme el movimiento, y mientras sentía cómo me expandía a su alrededor, continué dándoles placer a todos.

Mientras el miembro del chico de debajo seguía taladrando mi culo, el de detrás se mantuvo entretenido jugando con mi clítoris y penetrándome la vagina con sus dedos. Esa sensación me gustó tanto que quise más.

Retiré el pene de mi interior, sólo para estirar la mano hacia atrás y agarrar del pene del chico de detrás y hacer que me lo introdujera en la vagina un par de veces, muy lento. Cuando estuvo húmedo lo dirigí a la entrada de mi culo y el presionó hasta introducirse en mi. Solté un gemido de placer, pero aún quedaba lo mejor.

Con un miembro dentro de mi culo me estiré para poder introducirme la polla del chico de debajo mía por la vagina. Tuve que hacerlo despacio, sintiendo cada milímetro de su envergadura, porque tener dos miembros tan grandes en mi interior era una experiencia totalmente nueva.

Cuando por fin estuve ensartada hasta el fondo entre los dos, me dejaron un rato para acostumbrarme, lo que les agradecí, porque podía sentir mi vagina latir de placer y plenitud. Y mientras retomé con dedicación mi trabajo oral en los tres chicos.

Pronto los dos hombres que me ensartaban comenzaron a moverse acompasadamente, entrando y saliendo a la vez de mi interior. Fueron acelerando el ritmo cada vez más, y yo no podría imaginarme una sensación más intensa.

Luego cambiaron el ritmo. Uno entraba y el otro salía. Uno entraba y otro salía. Con un ritmo y una fuerza devastadora que me llevaron una vez más al límite. Y mientras yo me corría, mi entrepierna apretaba los dos miembros más fuertes, haciéndome sentir más. Saboreé el semen de los chicos en mi boca de nuevo, en mi cara, en mis pechos, por todo mi cuerpo; y eso hizo que mi orgasmo se alargara aún más. Hasta que sentí como los dos chicos que estaban en mi interior también se corrían a la vez y explotaban su semen por todo mi cuerpo, mientras mordían mi cuello desde atrás y desde delante, impulsándome a otro nivel de placer.

Me separé totalmente derrotada y ya satisfecha, con sentimiento de júbilo. Me tumbé en la cama boca arriba esperando descansar un poco. Pero en ese momento se acercó un último chico que había permanecido tocándose mientras miraba. Estaba apunto de correrse, y bastó un simple contacto con mi cuerpo para que disparara todo su semen contra mí.

Y así me quedé. No podía mover un solo músculo. Tendida sobre una enorme cama, como muchos hombres mirándome satisfechos, totalmente cubierta por sus fluidos. Con su semen resbalando por mis piernas desde mi vagina y mi culo.

Se me escapó una sonrisa. Había sido la mejor experiencia de mi vida.

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