Atrapado.

Capítulo IV

Todos los derechos están reservados al autor DJ Manly, yo sólo me dedico a adaptar la historia.
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Media hora más tarde, SeungHyun estaba en la ventana del dormitorio, mirando hacia afuera. Prácticamente había llevado arriba a JiYong y lo había arrojado en su cama. Había pensado en desnudarse él, pero se lo pensó mejor. HyunSuk había puesto un guardia en la habitación de JiYong y le dijo a SeungHyun que podía dormir un poco. Pero SeungHyun no podía dormir. Vio a SoonHo y a otro tipo hablando en el camino de entrada, y luego lentamente abrió la ventana. Una pequeña grieta y el aire frío se precipitó dentro. Se puso de pie a un lado, esperando por si ellos miraban hacia arriba. No lo hicieron. Escuchó la conversación. Hubo risas. SoonHo hablaba en voz alta, pero las palabras del otro tipo eran sordas y bajas. SoonHo le contaba un chiste a su compañero acerca de vulvas. SeungHyun pensó, sí el derecho. Hubo más risas y algo sobre el precio que va en aumento. SoonHo golpeó al chico en el bíceps y el otro hombre se rio de nuevo y se marchó, dejando a SoonHo atrás. Una pérdida de tiempo.

Esperó un momento, luego abrió la puerta. El guardia frente a la puerta de JiYong lo miró. SeungHyun iba sin camisa, llevaba desabrochado el broche de presión de sus pantalones vaqueros, el pelo despeinado y se veía como si hubiera estado en la cama.

Bostezó y se desperezó. —Hey,— dijo él, frotándose los ojos. El guardia asintió con la mirada. —Voy abajo para tomar un aperitivo. Tengo este mal hábito de comer en medio de la noche. ¿Puedo ofrecerte algo?

—Papas fritas si ves alguna.

—Lo haré— siguió por el pasillo, y luego se deslizó en silencio bajando los escalones. Todo estaba en silencio cuando llegó a la parte inferior, pero una luz provenía de debajo de la puerta del estudio de HyunSuk. Al parecer, no podía dormir. Maldita sea. Había estado esperando conseguir una mirada interior del estudio.

Caminó por la sala a la cocina. Abrió la puerta de la nevera, miró dentro un momento y volvió a cerrarla. —Las papas fritas— murmuró, mirando a su alrededor. —¿Las papas fritas?

—Aquí tienes— dijo una voz detrás de él. SeungHyun se giró buscando la voz, su corazón perdió el ritmo. Se dio la vuelta para ver a JiYong allí de pie, una bolsa de patatas con sal y vinagre en la mano.

—¿Estás tratando de que me dé un ataque al corazón?

—No— se rio, dando unos pasos hacia atrás. Se apoyó en el mostrador y pasó la mirada perezosamente sobre SeungHyun. SeungHyun pronto se sintió completamente desnudo. Alargó la mano hacia el broche de presión en sus pantalones vaqueros y lo cerró.

—No te molestes. Estabas simplemente perfecto— JiYong sonrió, abriendo la bolsa con los dientes y cogiendo algunas. Él se las metió en la boca y empezó a masticar. —¿Quieres?— le ofreció, sosteniendo la bolsa. SeungHyun negó con la cabeza. —Las estabas buscando.

—Para el guardia de arriba.

—Oh, él es hetero— JiYong sonrió, comiendo un poco más.

—¿Y?

—Bueno, no vas a conseguir nada a cambio.

—¿Crees que estoy tratando de sobornar al guardia para tener sexo conmigo a cambio de unas patatas fritas?

—Por lo menos una mamada— se rio JiYong.

—¡Dámelas!— SeungHyun estiró la mano.

—Entonces, ¿qué estás haciendo aquí?— JiYong dobló sus brazos sobre el pecho. Aún estaba vestido.

—¿Qué eres, la Gestapo?

—No, sólo preguntaba— él se encogió de hombros. —Vaya— suspiró. —Tienes un pecho grande.