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Sombras: Destrucción 4

Karol sacudió la cabeza y le contestó a su hija dulcemente.

—No cariño, seguro no se le olvidó, solo se le pasó porque seguramente tenía una junta importante. Hasta tal vez te hizo una fiesta sorpresa. —la pequeña sonrió emocionada pero la castaña dudaba de sus palabras.
—¡Si! ¡Una fiesta! ¿Puedo invitar a mis amigas? ¡Porfis, Porfis, porfis! —la castaña largó una carcajada y le sonrió a su pequeña rubia.
—Pero por supuesto que si, tu ve a jugar un rato y yo llamo a sus madres ¿De acuerdo, Martina? —la pequeña asintió con emoción— Okey ve mi amor.

La pequeña subió a toda prisa las escaleras, con unos tropezones que daban un buen susto a Karol. La pequeña silueta desapareció por las escaleras y Karol no dudo ni un segundo en llamar a su marido ¿Cómo había pasado por alto los seis años de su hija?.

Un tono

Dos tonos

Tres tonos

—¡Contesta! —gritó en un susurro para que su hija no oyera, y contestó.

(......)

Ruggero atendió el teléfono de su oficina lo más normal posible.

—Ruggero Pasquarelli a la or.... —se vio interrumpido por un grito proveniente del otro lado de la línea.
—¿¡Como es posible que te hayas olvidado del cumpleaños de tu propia hija!? —Ruggero abrió los ojos como platos y se dio un facepalm mental. ¿¡Como diablos se había olvidado de algo tan importante como el cumpleaños de su hija!?.
—¿Qué? Yo…perdón se me paso…solo es que tenis una junta y…perdón —Karol bufó.
—Pídele perdón a tu hija no a mi, y hoy tendrá su fiesta de seis años ¿Entendiste?.
—¿¡QUÉ!? Pero Karol, vos sabes que llego siempre cansado del trabajo y… —Karol lo cortó.
—Nada Ruggero, NADA, te olvidaste de su cumpleaños, ahora te la bancas. —y sin más colgó.

Ruggero aventó el teléfono hacía alguna parte de su oficina y se maldijo mil veces por haberse olvidado de él cumpleaños de su hija. Se maldijo por cumplir al pie de la letra todo lo que decía Galaxia. Porque así era Ruggero Pasquarelli era el único que dañaba la relación con su familia.

Desvió la vista encontrándose con un sobre, como todos los demás.

“Y poco a poco abres los ojos ¿Ya te diste cuenta? ¿Ya lo hiciste? Te diste cuenta que ya no quieres estar cerca de ellas. ¿Por fin? Me das risa Ruggero, es tan increíble como se puede ser tan masoquista, totalmente increíble”

—Galaxia

Ruggero solo aventó la carta hecho bola junto a su teléfono y tapó su rostro con ambas manos.

Últimamente todo le salía mal.

Sombras #A2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora