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Sombras: Destrucción 3

“Y al final recuerdas que las sonrisas también se pueden fingir, y lo haces solo para aparentar la felicidad que dices tener”

—Galaxia

Karol dejó caer la carta al suelo y se sentó en el mismo. ¿Cómo era posible que Ruggero solo finja felicidad? ¿Cómo? Si se ve tan feliz al jugar con su hija, cuando sale con ellas por un helado ¿Cómo?

¿¡Quién era esa tal Galaxia!?

—No es posible —susurró para sí misma.

Claro que no, ella solo se estaba haciendo ideas tontas en la cabeza, tal vez y esa carta no era más que una simple broma y ella lo tomó a lo serio. Solo una broma, si eso debía ser.

—Mami —Karol dio la vuelta y miró a su pequeña de 5 años que sonreía. Ella era el fruto del amor de Ruggero y ella. No creía capaz a Ruggero de fallarles.
—Dime cariño ¿Que sucede? —la pequeña hizo un pequeño puchero.
—Papi no recordó mi cumpleaños, solo se fue con su traje así muy formal y no me dio ni los buenos días ni el feliz cumpleaños. —la castaña dejó de sonreír y empezó a pensar.

¿Y si la tal Galaxia tenía razón?

Sombras #A2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora