Capítulo 7

81 5 0
                                    

Desde ''el día de la carta'' todo fue a peor.

Al principio,yo no me preocupaba demasiado porque pensaba que todo pronto volvería a la normalidad.

Pero a medida que iban pasando los días,lloraba más y más,puesto que veía con mis propios ojos que nuestra amistad se derrumbaba poco a poco.

Recuerdo incluso un día,poco después de darle aquella nota,en el que por la calle,yo estaba en una acera y César en la de enfrente,nos vimos perfectamente y ninguno de los dos nos saludamos.

Al mirarnos,podíamos habernos saludado con la cabeza,pero en vez de eso,yo me limité a bajar la mirada,más que nada por vergüenza y él,no sé lo que hizo. Simplemente no saludó,cosa de la que tampoco sé el por qué.

Y mi vergüenza hacia él aumentaba día tras día,y yo intentaba quitármela,porque sinceramente,veía una gran idiotez tener vergüenza a un chico,que hasta ahora,había sido un buen amigo. Pero no se quitaba,sino que seguía creciendo.

Supongo que en parte,creció más,porque él dejó de hablarme.

A veces yo,no era vergüenza lo que sentía. Era miedo a molestarle. Eso que no tenía con ningún otro chico,porque me daba igual lo que pensaran de mí,incluso porque tampoco pensaba que les fuera a molestar,con César sí lo tenía. Un miedo espantoso. Y ese miedo,hizo que a todos o casi todos los chicos de mi clase les hiciera bromas,tonterías,les diera abrazos e incluso les gritara cosas como ''tío bueno'',y a César no. Además,el sentir que él pasaba de mí,me hizo preguntarme una cosa. ¿Y si pasa de mí porque le molesto y no quiere que le moleste? Así que como creía que era por eso,le dejaba en paz.

También creo que a César no se lo hacía,por miedo a que me mirara raro,porque si cualquier otro chico me miraba raro pasaba un poco,pero cuando César me mirara con cara de ''¿qué haces loca?'',de hecho alguna vez lo hizo,sabía que me iba a sentir mal,muy mal. Y las veces que lo hizo,me dieron unas ganas impresionantes de ponerme a insultarle,a decirle que no sabía cuánto me fastidiaban a mí esas miraditas de asco que a veces me echaba y me entraban unas ganas enormes de llorar. Pero ni le insultaba,ni le gritaba,ni lloraba. Me limitaba a dejarlo estar y a seguir adelante como podía. De hecho una de las frases que más me repetí ese año fue la que da nombre a la famosa canción de Los Beatles, ''Let It Be'',déjalo estar.

También pienso,que si nunca le gritaba ni me enfadaba con él,y siempre le acababa sacando una sonrisa,por mucho que me hirviera la sangre por dentro,era porque no podía estar enfadada con él. Porque sabía que si nuestra relación ya estaba mal,y no hablábamos,si me enfadaba con él y le dejaba yo de hablar a parte de por vergüenza por enfado,sabía que nunca jamás hablaríamos.

Y si tampoco me enfadaba con él,era porque le quería,y porque,aunque él y todos creyeran que era una simple tontería de adolescente,y yo ahora mismo también lo pienso,en el fondo por decirlo de alguna manera,yo le amaba.

El error de una carta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora