Capíulo 8

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Llegó la Navidad,y con ella,el famoso día del amigo invisible de la clase. Y yo me acordé del año anterior,en el que le había tocado a César.

-Marta,me has tocado tú-dijo él.

-Vale,¿y mi regalo?-repliqué yo.

-Pues... ese es el problema,me lo he dejado en casa.

-Muy bien César,eres genial ¿eh?-dije yo dándole una palmadita en la espalda.

-Lo sé-respondió sonriendo-podemos quedar mañana y te lo doy.

-Vale.

Y al día siguiente,quedamos en la puerta del colegio,para que me diera mi regalo.

-Tenemos que ir a mi casa porque lo tengo allí-me comentó.

-Puuf...vale...

Cuando llegamos,me dio mi esperado regalo(por fin)que resultó ser una colonia que olía muy bien,por cierto.

Debo decir que en ese momento César no me gustaba,ni siquiera me atraía un poquitín,simplemente tenía unos ojos bonitos,y era más o menos guapo,pues muy bien. Pero no me gustaba.

La cosa es que sí,sé que lo del amigo invisible le toca a cada uno de casualidad,y no se elige quién quieres que te toque,pero supongo que a raíz del amigo invisible de ese año me empezó a gustar,aunque no se lo dijera hasta más o menos pasado un año.

Navidad del año pasado,época feliz para muchas personas de este mundo por no decir que para todas,para mí también lo era. Pero sabía que echaría mucho de menos a César durante las vacaciones.

El último día de curso,me sentí muy feliz,porque hablé mucho con él,y el hecho de hablar con él,aunque fuera un simple ''hola'',me hacía feliz.

Pero cuando empezaron las navidades,le extrañaba un montón y era horroroso pasar los días sin él. Por lo menos aunque en el colegio no me hablase,le veía,y veía su sonrisa y era feliz.

Además,que por la vergüenza que sentía,no es que no saliera a la calle por miedo a encontrarmelo,pero me daba cosita verle y no saber cómo actuar. ¿Qué hacía? ¿Feliz Navidad,hola o bajaba la mirada y ni le saludaba?

Llegó Nochevieja. A las ocho más o menos,cuando me dirigía a cenar con mi familia,vi a César por la calle,de lejos,en el portal de una casa. Giró la cabeza hacia mí,y supongo que me vio perfectamente como yo le vi a él,puesto que se metió corriendo en el portal,imagino que para no saludarme,o eso imaginé en su momento.

Así que,en Nochevieja estuve jugando con mis primos,y hablando con mi familia,y lógicamente me sentía genial,porque estaba con las personas más queridas de mi vida. Pero a la vez pensaba en él. Estuve toda la noche pensando en él. Pensando que quizá no me había querido saludar,o quizá ni me vio,y se metió al portal porque tenía frío.

Pensando,que César había sido la última persona de mi clase a la que había visto antes del Año Nuevo,y ni siquiera había tenido un momento para felicitárselo.

El error de una carta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora