Enlazados por una lagartija

Capítulo 8

Annabelle se apoyó en la pared y se cruzó de brazos. Ethan la miró con una media sonrisa que quería ser tranquilizadora, su amiga parecía a punto de perder los nervios.

-Antes de nada, ¿cómo se te ocurre prohibir a tu hermana ver a su mejor amigo? – dijo con voz temblorosa tratando de sonar segura.

-¿Te lo ha dicho Luna?

-No, me lo dijo Aureth. Tyler, sé que es él es el tipo de chico del que todo hermano mayor quiere separar a su hermana pequeña, pero es su mejor amigo. No le hagas eso a Lu. Sabes que se necesitan el uno al otro.

-¿Qué ha pasado? – preguntó Ethan con curiosidad.

-Aureth va a jugar con mi hermana.

-¿Y tú qué sabes acerca de sus sentimientos? – replicó Annabelle -. ¿No te dijo que ella le gustaba? ¿Crees que es fácil decir eso, que no era más fácil buscar cualquier excusa?

-Son críos – replicó Tyler.

-Por eso no puedes prohibirles estar juntos. Son amigos desde hace años. Y tu hermana ya no es tan pequeña, sabe lo que hace – Annabelle fingió que creía completamente en sus palabras.

Tyler suspiró y se llevó una mano a la cabeza.

-Luna no me cuenta nada, es difícil protegerla si no me deja acercarme a ella – admitió.

Annabelle sonrió con ternura, sorprendiendo a ambos. Parecía más tranquila.

-Puede que no tenga hermanos pequeños, pero sé lo que sientes. Tyler, los vigilaré, déjame eso a mí – le guiñó un ojo -. Pero no los alejes así.

Tyler asintió a regañadientes.

-Bueno, ahora me vais a decir por qué os besasteis, ¿no?

Annabelle y Ethan se miraron, recordando que Zayan estaba fuera, que tenían que afrontar lo que habían hecho de una manera u otra. Ethan se acercó y le dio la mano a su amiga, quien lo miró sorprendida. Él le dedicó una sonrisa.

-Porque estamos saliendo – Tyler arqueó las cejas -...o eso es lo que tiene que creer Zayan.

-¿Qué?

-Ethan, ¿estás seguro de esto? – preguntó Annabelle, ignorando a su otro compañero.

Su amigo le dio un suave apretón.

-Voy a protegerte, eso es lo que importa.

-Neizan os va a matar – comentó Tyler.

Annabelle se mordió el labio.

-¡Es verdad, Neizan! Va a creer que soy una mentirosa.

-Yo hablaré con él – suspiró Tyler -. Pero tú vigila bien a Luna, ¿vale?

Annabelle asintió, los nervios desaparecían poco a poco de su cuerpo. La mano de Ethan parecía transmitirle más confianza y sentía como cierto calor le recorría el cuerpo, en especial las mejillas.

-Por cierto, ¿por qué pareces tenerle tanto miedo a Zayan?

-Es una larga historia... y tenemos que entrenar.

Tyler se encogió de hombros y entró al hangar. Ethan le dio un suave apretón a su amiga, quien le dedicó una sonrisa.

-Gracias.

Los dos salieron del hangar tras Tyler. Zayan, sentando en el banco frente a la puerta, los miró con el ceño fruncido. Neizan observó sus manos confuso antes de que Tyler se acercase y le susurrase algo al oído. Annabelle lo miró con una expresión de disculpa y él le dedicó una sonrisa suave. Ethan soltó su mano para coger el barco, darle un beso en la frente y salir del hangar en dirección al embarcadero. Annabelle suspiró. Sabía que no era lo correcto sentirse tan feliz por una actitud fingida pero... no podía evitarlo.