Soy Gilipollas

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CAPÍTULO 4:

En el camino a casa, no puedo ni siquiera mirar a Elliot. Mi mente recuerda el encuentro del baño y cada vez que intento volver a la realidad y veo a Elliot, siento que voy a vomitar. ¿Qué ha pasado? ¿Qué he hecho? ¿Qué hemos hecho?

Ya no es el hecho de que cada vez que nos veamos, la situación termine volviéndose incómoda o tensa, sino que terminamos sobre los labios de la otra. ¿Y lo peor de todo? Que estamos engañando a gente que no deberíamos de estar engañando. No sé si Emily le habrá dicho algo a Paige, pero yo aún no le he dicho ni lo de la noche anterior a Elliot. ¿Cómo voy a poder decirle algo sobre lo que ha acabado de pasar a penas un par de horas atrás? Estoy metiéndome en un terreno demasiado peligroso.

Elliot me mira, sonríe, pero nota que algo me pasa. Veo que quiere hablarme, hacerme hablar, pero no se decide. Finalmente paramos en un semáforo y vuelve a intentarlo. Esta vez si me pregunta.

-¿Estás... bien?

-¿Perdón?- ni siquiera llego a escucharlo.

-Que si estás bien. Desde que salimos de la fiesta, estás que no estás.- me muerdo el labio- Alison, sabes que me puedes contar lo que sea. Y si esto es sobre la pelea todavía del viernes...

-No... no es sobre ello- en realidad, casi me había olvidado de la pelea- Solo fue el momento, nada más- hacía tiempo que estábamos intentando ir de viaje y Elliot solo ponía excusas, en realidad, se veía hasta tonta la pelea cuando la ponía de aquella manera- solo estoy un poco cansada, nada más. Ha sido una semana muy larga y solo quiero descansar, ¿sabes?

-Entiendo- aprieta de nuevo el acelerador y se pone en marcha- ¿Sabes? ¿Por qué no pasamos mañana todo el día juntos? Tengo el día libre y quizás podríamos así ponernos al día, ¿sabes?

¿Ponernos al día? Creo que eso podría ser una idea peor que lo que pasaba.

Sin embargo, quizás así podría ayudarme a centrarme de una vez por todas. Pasaríamos tiempo juntos y podría darme cuenta finalmente de lo que me pasara. Podría recobrar esa llama o la pasión, como la gente suele llamarlo; que nos llevó a estar juntos.

-Claro, será interesante- respondo aceptando.

-Perfecto- alarga su mano y toma la mía, besándola- Veremos una película, podríamos ir al parque, a pasear y hablar, como solíamos hacer a lo primero de salir, ¿no crees?- asiento- Te quiero, Ali.

-Yo también te quiero.

Sin embargo, con un médico, nunca sabes las cosas como van a ser. Aquella noche llegamos y aunque antes de irnos a dormir me promete el mejor día de mi vida, a la mañana siguiente no está. En su lado, solo hay una nota:

Lo siento, cariño. Hubo un accidente y me necesitan. Prometo volver a la tarde. Te quiero – Elliot

Era demasiado bueno para ser verdad.

Aun así, no dejo que el momento me hunda.

Me cambio de ropa nada más desayuno y salgo a correr. Hubo una época, después de que dejara el futbol, desde que se volvió una competición entre Paige y yo; en la que todos los días salía a correr, me ayudaba en la época de los exámenes a poder relajar la mente y así centrarme mejor. Aquel día, quizás, me podría ayudar de nuevo a volver a concentrar mi mente de nuevo.

La calle está repleta de gente aquel día. La gente aprovecha el buen tiempo fuera, en sus jardines. Algunos salen incluso a correr y las familias, los papas y los grupos de amigos simplemente lo aprovechan para salir y pasar tiempo juntos. Me quedo mirándolos y no puedo evitar sentir la añoranza de la familia. Sin papá y mamá aquí, Elliot en el trabajo y con Jason recorriendo el mundo, no es que pueda celebrar los domingos como es debido.

Por un puñado de besos //EMISON// (Completada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora