LA MUERTE DEL LADRÓN

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A la mañana siguiente me sentia extraño, me sentia... diferente... no sabria explicarlo, sentia una sensacion de enojo y a la vez de confusion, me sentia cansado, como si hubiera corrido un maratón de 10 km... pero algo era cierto, ya no estaba solo yo en mi mente... lo sabia... podia recordarlo. Tuve un leve escalofrio que recorrio mi espalda y senti una gran necesidad de apuñalar a alguien, de sentir el calor de su sangre recorriendo mis manos, de ver sus ojos suplicando piedad, de escuchar sus gritos que parecerian musica para mi, de matarlo lenta y dolorosamente hasta que pagara por todos los males que habia hecho, tenia ganas de matar al que le robo a Erika, ahora sin saber (o sin querer averiguar) sabia exactamente donde se ocultaba aquel sujeto, sus facciones y su rumbo diario,

-Vamos por el muchacho- dijo esa voz grave y ronca que recordaba con exactitud.

Busque mi ropa en mi ropero y agarre unos pantalones negros entubados y una camiseta roja, cuando iba saliendo de mi cuarto vi una caja que estaba forrada completamente de negro, traia escrito de rojo "para Matt" asi que volvi a entrar al cuarto y habri la caja.

Dentro venia una sudadera blanca y una nota de mi madre, habia salido en la noche y me dejo la sudadera para cubrirme del frio... ella no volveria hasta dentro de una semana.

-que extraño... ella no suele salir tan tarde... pero bueno... ha de ser para su trabajo- pense.

Extendi la sudadera en mis manos y la vi por un momento, de la nada, del brazo izquierdo vi una mancha de sangre, avente a la cama la sudadera y la mire por un minuto, despues la agarre de nuevo y la revise, la mancha se habia ido.

-Solo fue una ilusión- la voz ahora mas familiar volvio a salir de mi mente -pontela, la necesitaremos-

Me mire en el espejo y me gusto el conjunto de colores que llevaba, se veia solo blanco y negro, busque mis zapatos y sali a buscar a mis amigos para decirles que ya sabia donde estaba el ladrón

-no les cuentes la verdad de como lo sabes- dijo la voz en mi cabeza

-jamas lo haré, esto se queda acá- señale a un costado de mi cabeza. Y sin mas sali de mi casa.

Al salir de mi casa me encontré con josé y me comento que Chris se habia adelantado a ver a Erika, asi que nos apuramos en llegar a su casa. Cuando llegamos Erika y Chris estaban en el patio delantero riendo, jose los saludo y Erika se me quedo mirando muy raro.

-¿que pasa?- pregunte muy extrañado
-te vez... diferente- entre cerro los ojos y me miro de arriba hacia abajo
-me siento diferente- sonrio y cambio rapido de tema -¿que crees que encontre?- dije al momento de acercarme un poco y sonreir un poco fingido
-n-no se... otro juego maligno, porque si es asi no cuen...-la interrumpi
-encontre al que te robo-
-¿es enserio?- dijo Chris con los ojos como platos
-si, se donde esta y como es-
-y como lo lograste- pregunto José ansioso
-bueno...-

-No les digas nada de lo que paso-

-¡Investigué!-solte las palabras antes de que sospecharan algo
-oye que buena- dijo Erika -entonces podremos ir con la policia y hacer que lo arresten- Erika se emocionó mucho
-no es tan facil... es decir, sera mejor que uno vaya... para no exponer a los demás- me sentia nervioso, sentia algo mas que solo las ganas de matar por mi cuenta al sujeto, queria hacerlo sin interrupciones.

-¿y quien irá?- preguntó José
-yo iré- respondi lo mas rapido que pude -no quiero que los dañen-
-por favor Matt ¿crees que alguien nos haria daño?-
-no quiero arriesgar a nadie, por eso ire yo y es la ultima palabra-

Nadie dijo nada, asi que les pedi que no me siguieran y que regresaria con las cosas de Erika sin un razguño.

Regrese a mi casa y tome el cuchillo mas afilado que pude y al ver mi reflejo en la cuchilla, vi algo con lo que me acostumbraria despues, vi ese rostro que estaria conmigo hasta el final de mis dias, vi la mitad de mi cara normal y la otra mitad no parecia la mia... Era la cara de un loco total, el ojo completamente abierto y la sonrisa marcada permanentemente. Guarde el cuchillo en el bolsillo de la sudadera y sali de mi casa lo mas rapido que pude.

Al llegar donde creia que vivia el ladron, me encontraba en una de las calles mas pobres de toda la ciudad, su casa parecia a punto de derrumbarse, despintada, con flores marchitas y un fuerte olor a gasolina y alcohol. Me acerque a la ventana y vi al bastardo, sentado en un sillón bebiendo una botella de wisky puro, parecia perdido en la nada... decidi entrar sigilosamente por la parte de atras de su casa. Cuando logre entrar me acerque a el lentamente, mientras sacaba el cuchillo percibi el olor a wisky cada vez mas fuerte, y de la nada el ladrón dijo.

-¿al fin vienes por mi no, Jeff?-
-¿Q-que...? ¿Como...?-
-No eres el único que lo conoce niño... Pero no importa, si buscas las cosas de tu amiga ahi estan- señalo a un mueble gastado por los años y a punto de caerse a pedazos -Tomalos y vete-
- no solo vemgo por eso y lo sabes- no sabia que habia dicho, sentia mis labios moverse pero mi voz iba cambiando hasta que tuve esa voz grave y ronca, junto con la cual mi respiracion empezo a acelerarse -he venido a matarte por hacer tanto daño- rie freneticamente y me acerque a su sillón solo para enterrarle el cuchillo en la mano izquierda y hacer que el ladron gritara y se retorciera del dolor.

-¡Agh! ¡Que demonios haces maldito!- su voz parecia apenas un chillido para mis oidos -¡te di lo que querias ahora largate demonio!-

Volvi a reir pero esta vez mas suave y le dije mirandolo a la cara.

-Yo no soy un demonio... soy un angel de la muerte que vino a exterminar escorias como tu y los de tu clase- saque el cuchillo de su mano y se lo enterre en las costillas para luego volver a sacarlo y apuñalarlo en el estomago, solo sentia una sensacion agradable al ver como su respiración se hacia cada vez mas lenta hasta que finalmente murio. Tome las cosas y me fui de la casa.

Al llegar a mi casa me quite la sudadera que estaba llena de sangre de las muñecas y el pecho y la guarde muy bien para que nadie la viera, despues me preocuparia por eso. Sali de la casa y fui a ver a Erika para devolverle sus cosas.

-¡Hey! ¡Llegaste!... ¿como las conseguiste?- dijo Erika con emoción
-el ladron no estaba asi que las tome y sali de ahi, no paso nada- dije con toda la calma del mundo
-bueno no paso nada y estas bien, eso es muy bueno... gracias- me abrazo y me beso la mejilla
-de nada... Me tengo que ir hablamos luego-
-vale-

Sali de su casa y me fui corriendo a la mia, queria darme un baño, me sentia completamente lleno de sangre y ahora me daba asco, sabia que esa no seria la ultima vez que asesinaria... pero cada vez seria mas facil pasar este trago amargo.

MENTE PSICOPATA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora