Capítulo I. Pt 2

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Justo a un costado de esa tienda, había otra donde vendían zapatos. JungKook​ necesitaba con que caminar, no podía andar descalzo por la casa ni las calles. El menor escogió unos pares de zapatos, entre ellos. Converse, Vans, Nike y Puma. Fueron las marcas seleccionadas por el menor.

Al igual que en la otra tienda tuvieron que pagar todo. Al ver que en ambas manos no cambian las bolsas, la pelinegra decidió ir a dejarlas en el auto.

—JungKookie, quédate aquí hasta que yo vuelva. —Kook asintió con una gran sonrisa, se sentó en la banca que había cerca de allí, esperando a su nonna.

La mayor se dirigía a el auto con rapidez, no quería que Jungkook se quedará solo en un lugar que no conoce. Rápido guardo las bolsas de compras en el equipaje del auto. Y a igual velocidad regreso al lugar donde había dejado a Jungkook.

El cual había sido rodeado por varias personas, mujeres y muchachas en su mayoría. Las mujeres adultas, pedían que el pequeño tuviera una cita con sus hijas, e incluso le ofrecían dinero. En cambio las niñas que estaban allí, le pedían su número de celular. Jungkookie lucia desesperado y sus ojitos se cristalizaron al no comprender lo que aquellas mujeres querían decir.

La mayor, preocupada corrió hasta donde estaba el gatito. Y al notar que una de esas jóvenes hormonales quería quitarle el gorrito, corrió más rápido, con muchísima suerte logró detener la mano de esa joven y la empujó lejos del pequeño.

—¡Nonna!

Tomo a JungKook de la mano y se lo llevó corriendo hacia otro lugar. La gente que estaba a su alrededor, quedaron confusas por la precipitaba acción.

—Jung...Kook. —Tomó una gran bocanada de aire—... Debiste irte de... Allí.

—¡Nonna! ¡Gracias!... No sabía qué hacer. —El gatito abrazo a la mayor con fuerza, restregando sus mejillas en la curvatura del cuello de la mayor. La cual devolvió el abrazo.

—JungKookie... ¿Qué haré contigo?...—La mayor sonrió y acomodó el gorrito—. Mi lindo gatito, tan tierno y bonito. —Le dio un pequeño beso en él hombro y lo guió hacia él auto.

Había sido suficiente adrenalina en un día, especialmente para Kookie que casi había llorado por culpa de esas mujeres.

Inconscientemente paro en un lugar donde vendían móviles, compró él más nuevo y moderno. Lo guardó en su cartera y siguió de la mano con Jungkook. Al llegar al auto, Kookie se subió con cuidado de no dañar o rasgar nada.

—Kook, toma... —La pelinegra le dio la caja con él móvil.

—¿Que es?

—Un regalo de mi parte. —Le sonrió y Jungkook emocionado abrió él regalo que le había hecho su nonna. Se encontró con una pantalla táctil y un raro artefacto.

—¿Esto se come?

—Jaja... Te lo explicare en cuanto lleguemos a casa.

—Nonna... Gracias por el regalo. —Sonrió y se abalanzó para darle un beso en la mejilla. Con un notable sonrojo se desprendió de ella y se dedicó a mirar la carretera.

El camino era bastante largo, el departamento era en el centro y el centro comercial quedaba al norte de la ciudad. Era bastante tiempo para llegar. Jungkook se encontraba un poco cansado por el ajetreado día que habían tenido. Así que sin querer sus ojos se cerraron y cayó en un profundo sueño. La mayor fijó su vista en la carretera hasta que el tono de llamada de su móvil comenzó a escucharse, paro el auto en un orilla y atendió la llamada.

—¿Hola?

—Hija mía, ¿Como estas? —Escucho esa chillona y aguda voz y su ceño se frunció.

—Bien ¿Que quieres?

—No tienes que ser maleducada con las personas y menos con tu madre. —Su ceño se frunció más y relamió sus labios— ¿Ya... tienes con quien casarte?

—¡Dios, mama! —espeto en el micrófono del móvil—. ¿Cuando entenderás que no quiero estar atada con alguien que no amo?

—Sabes que hay muchos buenos candidatos y lo mejor es que son guapos y tienen dinero.

—Mamá, aunque tengan todo el dinero del mundo no recibirás ni un solo centavo.

—Ya sabes que es para mantener a tu hermana.

—Desde que papá y tu se separaron, no trabajas y me pides dinero. —Suspiro y continuo—. No te seguiré dando dinero... quiero que sepas, pediré la custodia legal de YunHee.

—¿Q-que?...

—Lo siento mucho, no quiero que tenga la misma vida que yo tuve...

—¡Te di la mejor vida que alguien pudo tener! —La señora gritó exaltada por el móvil—. ¡Llena de lujos y las mejores cosas!

—Puede que sí, pero algo me falto; Amor.

—El "amor" no sirve en este mundo...

—Firmaste tu sentencia de muerte, cuando te quedes en la calle, no vengas llorando por misericordia. Adiós.

Corto la llamada y salio del auto furiosa.

—¿¡Por que tiene que ser una perra?! ¡Demonios! —Suspiro y se tranquilizo lo más que pudo, se sentó en el suelo con el rostro entre sus rodillas. 

Fijo su vista en el horizonte que estaba en frente suyo. Un hermoso paisaje de blancas nubes y un río. Un sonido de algo rompiéndose la sacó del trance. Era Kook, al parecer había despertado y había salido a buscarla. Se sentó al lado de su nonna y restregó su cara con su hombro, pidiendo mimos.

—¿Que sucede, nonna?

—Es mi madre Kookie, no te preocupes.

Con esas palabras se quedaron en silencio, observando su alrededor, lleno de flores de todos los colores. Hermoso. Igual que Kook, el cual la abrazó y dio un tierno beso en su mejilla.

—Nonna. La quiero mucho. 

 

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My Cute Kitty | Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora