El resto del fin de semana transcurrió normal, este finde no había habido carrera por el mal tiempo y se pospuso para el siguiente sábado.
No volví a ver a la princesita, supongo que me estaba evitando por mi comportamiento del viernes, pero joder... no quería que ese gilipollas la tocara y mucho menos que la besara y llegasen a más. Cuando me dijo que quería el número de mi amigo Marcos quise estrangularme en ese mismo instante, pero cuando dijo que quería hacerlo conmigo... un nerviosismo se apoderó de mí, y no se por que.
Hoy es miércoles y la princesita ha pasado toda la mañana fuera, así que me he vuelto a colar en su casa, para hacerle la comida e intentar que así me perdone. Hablando de la reina de Roma...
Minerva: ¿¡Otra vez tú!?
Sergio: Escúchame por favor... te he hecho la comida para pedirte disculpas, ya sabes, por lo del tío ese.
Minerva: ¿Ha-has cocinado para mi? Sergio... no tenías que
Sergio: Si que tenía que hacerlo, me metí en tus planes con ese chico, pero es que no me gustó ese chico, quiero decir apenas lo concías.... - rascándose la nuca.
Minerva: Bueno el ya da igual no me ha llamado y tampoco creo que lo vaya a hacer. Ven vamos...
Sergio: ¿A-a dónde? - otra vez el puto nerviosísimo.
Minerva: A comer jajajaja.
El resto de la tarde la pasamos comiendo y hablando de todas las cosas que se nos venían a la mente, Minerva es realmente una muy buena chica. Pero para cada buen momento tiene que haber algo o alguien que lo estropeé y ese alguien se llama Luis.
*Llamada telefónica*
Minerva: ¿Si?
Luis: Minerva, soy Luis, el chico de la otra noche
Minerva: Aaah hola Luis, ¿qué tal estás?
Luis: Jajajaja pues bien te llamaba para preguntarte si esta noche quieres que quedemos los dos solos, ya sabes...
Minerva: ¿Quedar esta noche?... Pues verás es que hoy ya tengo planes, lo siento.
Jódete Luis, me prefiere a mí juasjuasjuas
Luis: Ah vale, pues otro día será. Adiós.
Minerva: Adiós.
*Fin de la llamada telefónica*
Sergio: ¿Qué ha sido eso?
Minerva: Nada
Sergio: ¿Le has dicho que no por mí?
Minerva: Nop
Sergio: ¿Entonces...?
Minerva: Va a haber tormenta esta noche, y no quiero salir.
Sergio: Tor-tormenta...
Minerva: ¿Te dan miedo?
Sergio: Pff.. claro que no. Creo que ya es hora de que me valla.
Minerva: Valep, hasta mañana.
Sergio: Adiós princesita - besando su mejilla.
....
Narra Minerva...
Son las doce de la noche y el sonido de alguien llamando a la puerta hace que me despierte, pero al abrirla me sorprendo al ver a un Sergio en pijama totalmente empapado acompañado de un perro blanco tampién totalmente empapado a causa de la tormenta que está cayendo fuera.
Minerva: Por dios Sergio, pasad adentro.
Sergio: Gracias... - ya dentro de la casa- ¿Puedo dormir aquí? Por favor... me dan pánico las tormentas y a Loba también.
Minerva: Claro, pero primero venid a secaros, el cuarto de baño es esa puerta de la derecha iré a buscar algo que te puedas poner y algo donde esta bolita de pelo mojado pueda dormir...
Sergio: Princesita... - Minerva se vuelve - gracias.
Minerva: No te preocupes, no es nada.
A ver, algo que se pueda poner Sergio... ~ Alguno de los pantalones de deporte de él... ~ Solamente porque es una ocasión especial...
Sergio: ¿Princesita puedo pasar?
Minerva: Pasa... - Oh dios mío, ese cuerpo debería ser pecado capital, madre mía de mi vida - Toma esto puede que te sirva, y ahora a por la cama de esta monada - tocando la cabeza de Loba, a lo que esta mueve la cola y le lame la mano.
Sergio: Vaya... has conseguido lo imposible, le caes bien a mi perra. Ella suele odiar a todas las mujeres menos a mi madre claro.
Minerva: Será por que llevas a muchas a casa y ninguna le muestra afecto.
Sergio: Apartir de ahora solo habrá una más a parte de mi madre....
Minerva: ¿Te has hechado novia? Vaya...
Sergio: No, pero me gusta mucho una chica, y... voy a pedirle salir.
Minerva: Ah, me alegro... Bueno tú casa es como la mía, así que ya sabes donde está la habitación de invitados, buenas noches. - entrando a su habitación y cerrando la puerta.
Sergio: Bunas noches princesita y gracias. - al otro lado de la puerta.
Minerva: Hasta mañana... - susurrando mientras llora.
No, pero me gusta mucho una chica, y voy a pedirle salir...
Cuando terminé de cerrar la puerta, me pegué llorando toda la noche, no podía creer que estuviera llorando por esas palabras, pero de cierta forma me dolía, y no sabía por qué.
Cuando amaneció, salí de la cama y me encerré en el baño para asearme y hacer de mi aspecto algo más decente, cosa que no he conseguido. Cuando salgo del bañp, lo primero que aprecio es un maravilloso olor a café y tostadas, y cuando llego a la cocina, lo primero que veo es a un descansado Sergio, preparando el desayuno, mientras Loba lo observa atenamente esperando que caiga algo de comida.
Sergio: Buenos días princesita... ¿estás bien?
Minerva: No es nada, solo he pasado una mala noche, pero ¿acaso te importa?
Sergio: Solo preguntaba, no tienes buena cara. Pero tranqula, ya no me volveré a preocupar más por ti.
Minerva: Yo no te he pedido nunca que te preocupes por mí, y la verdad tampoco me importa si te preocupas o no por mi. No eres nadie.
Sergio: Me alegro de que el sentimiento sea mutuo, Loba vámonos... Hasta nunca vecina. - cerrando la puerta de la casa de un portazo.
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El vecino del bloque 42.
Teen FictionSergio un chico de 21 años, fanático de las motos, mujeriego, egocéntrico y el mejor corredor de las carreras ilegales de la ciudad Minerva una chica de 19 años, recién llegda de Nueva York donde ha deidido dejar todo atrás para comenzar una nueva v...