capítulo 20

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- Hipo - dije tratando de despertar lo

- ¿que pasa?

- ¿estas cansado?

- no - dijo Hipo y se levantó - pero ya me tengo que ir

- pero...

- ¿que?

- ¿porque no te quedas a dormir?

- ¿quedar me a dormir?

- si - dije con una sonrisa - es que ya es tarde y...

- oye tranquila no tienes que hacer esto

- Hipo

- ¿segura?

- si solo será una noche nada malo puede pasar - dije con una sonrisa - el departamento tal vez no sea grande pero si quieres te puedes quedar en mi cuarto

- y tú ¿donde dormirás?

- pues pensaba que también en mi cuarto pero en el piso

- Astrid no puedo dejar que hagas esto

- pero...

No pude acabar la frase ya que Hipo me tomo de las manos

- yo me dormiré en el piso y tú en la cama

- yo...

No podía decir nada, me sentía tan incómoda al estar cerca de el, con sus manos acariciando las mías, con sus ojos viendo los míos no quería que acabará ese momento pero... Mis nervios me traicionaron y me separe de el

- bien vamos

No pasará nada en una noche, además Hipo es amable y me respeta no creo que sea de esos chicos que se meten a la cama de una chica y la violan.
Bueno espero que no sea así

Fuimos a mi cuarto y saqué unas cobijas muy cómodas para colocar las en el suelo.
Hipo sin pensar lo dos veces se acosto y se durmió profundamente, yo solo sonreí y me acosté en la cama.
Y me quede dormida, pero fue tan poco ese tiempo que me desperté y ví a Hipo no te que estaba temblando.
No me gustaba la idea de que durmiera en el suelo, pero ¿que podía hacer?

- Hipo...

- ¿sigues despierta?

- si

- ¿que pasa?

- ¿tienes frío?

- si algo

- no está bien que te duermas hay te vas a enfermar

- si pero

- pero nada - dije y me levanté para sentar me en el piso a su lado - tienes que dormir en algo más caliente te vas a enfermar

- tú no te puedes dormir en el suelo también te puedes enfermar

- ni modo que nos acostamos juntos - dije bromeando​ pero al razonar lo que dije me sonroje y miré a Hipo - no yo no quería decir...

No acabe la frase porque Hipo me tomo de la mejilla su mano fría temblaba, poco a poco su mano pasó a mí nuca cuando lo sentí no pude evitar alejar me un poco, pero aún así cuando me acostumbré a su tacto me acerco a el asta que nuestros labios chocaron.

El beso era tan tranquilo, pero empezó a tomar velocidad siento más apasionado, reaccione y me separe de el.

- Hipo...

- lo siento - dijo soltando una risa - creo que me deje llevar

- si creo lo mismo - dije con una sonrisa

- pero...

- ¿que?

- no estaría mal - dijo Hipo y se acercó a mí - ver asta donde llegamos - dijo Hipo y me beso de nuevo

No sabía que hacer es que es mi primera vez y en este momento estamos solos eso no es problema.
Respondí el beso y en cosa de segundos estábamos más pegados, mis manos acariciaban su pecho, estaba tan marcado, noté que Hipo no se quedó atrás con las caricias pues metió su mano por mi falda lo cual hizo que me pusiera nerviosa.

Nos separamos del beso y cuando vio donde tenía su mano la saco de inmediato pero yo lo detuve

- tranquilo Hipo

- es que Astrid yo...

Me acerqué a su oído

- me encantó - le susurré para después besar su cuello

¿que estaba haciendo?
No tenía idea pero sentía algo que no había sentido quería estar con el, quería sentir lo a mi lado.
Quería saber que solo estábamos el y yo.

Hipo se puso nervioso y me separo de él para después parar nos, el no lo dudo y me beso el cuello pegando me a la pared.
Sus manos pasaron de mi cintura a mi espalda.

Pero los dos nos miramos y nos separamos

- yo... Yo... - dije sonrojada - no se que

- ¿decir?

- si eso

- yo tampoco Astrid... No creo que

- ni yo pero es que...

- ¿que?

- no quiero hacer otra cosa que no sea esto

Hipo no me contestó, los dos estábamos muy nerviosos.

- yo tampoco quiero - dijo al fin

- ¿entonces?

- bueno, ¿quieres continuar?

- solo si tu quieres - dije muy sonrojada

Pero ninguno hablo, nos quedamos callados.

- Creo que mejor ya me duermo - dije y me acosté en la cama - buenas noches

No me dijo nada
Me acosté boca abajo estaba sin ideas, pero de pronto sentí que me acariciaban la espalda, y después sentí besos que iban de mi nuca a mi retaguardia.
Me puse muy nerviosa.

- Astrid... - escuche una voz - ¿segura que quieres? - me susurró al oído y después lo mordió suavemente

-... Si

las trillisasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora