Sirius VS McGonagall

1.4K 106 29
                                    

James y Mac salieron de la enfermería con la energía y los ánimos al 100, y junto con Sirius sentían que eran los reyes del mundo... pero existía Remus que se estaba encargando de mantenerlos a raya.

—Dejen de correr —exclama Remus jalando del cuello de la camisa a Sirius y James.

—Pero llegaremos tarde a Transformaciones y recuerda que es la clase de Minnie —le reclamó Sirius.

—La profesora McGonagall, Sirius —lo corrigió Remus—, y ella entenderá que lleguemos tarde: estábamos en la enfermería y además es el primer día, es fácil que nos perdamos.

Los cuatro caminaron hasta el aula de Transformaciones, la cual, por fortuna de los tres, aún no había empezado.

—Esto es asombroso, llegamos unos minutos tarde y Minnie aún no llega —comenzó Sirius al entrar—, solo está un gato en su lugar.

—Yo no estaría tan segura, señor Black.

Los cuatro voltearon asustados. Donde hacia dos segundos estaba el gato, ahora estaba la estricta profesora McGonagall.

—¿Decía, señor Black?

—Usted se ve extraordinaria el día de hoy, querida profesora.

—¿Que excusa tiene para haber llegado tarde?

—James y Mackenzie estaban en la enfermería por un accidente en la clase de Pociones. El profesor Slughorn nos dijo a Sirius y a mí que fuéramos con ellos. De camino aquí, nos perdimos —dijo Remus con respeto a la profesora.

—Bien, lo dejaré pasar esta vez. Siéntense, la clase estaba por comenzar.

Peter les estaba haciendo unas señas para que se sentarán en los lugares junto a él. Remus se sentó a un lado del chico y James a un lado de Remus. Mac y Sirius se sentaron atrás de Remus y James respectivamente. Mackenzie estaba al lado de un chico rechoncho y un poco perdido: Frank Longbottom.

—Hola, Mac —saludó Frank—. ¿Te encuentras bien? Te veías fatal saliendo de pociones.

—Gracias, Frank, estoy genial.

Le sonrió al chico y volteó la mirada nuevamente a la profesora.

—En mi clase se necesitan más cosas que solo movimientos de varita. Se necesita disciplina, orden y esfuerzo.

Y convirtió el escritorio en un enorme cerdo que sorprendió a todos en la sala. Después de otro toque con la varita volvió a convertirlo en escritorio.

Mac y Sirius se voltearon a ver con una enorme sonrisa emocionada en el rostro. ¡No podían esperar a comenzar a hacer eso!

Pero claro, ambos se dieron cuenta de que no iba a ser tan fácil como creían.

McGonagall los puso a convertir una cerilla en un alfiler, cosa que a toda la clase les pareció imposible. Mac asomaba su cabeza hacia Remus para intentar hacer lo mismo que él, cosa que no funcionó, ya que cuando Remus logró que su cerilla fuera plateada y puntiaguda, Mac solo había hecho que la mitad de ella cambiara.

Mac volteó a ver a Sirius, que... no entendía que estaba haciendo.

Sirius estaba exagerando sus movimientos, acercando su varita una y otra vez a la cerilla mientras con la otra movía sus dedos como si pudiera hacer cambiar la cerilla con ellos, además de unos extraños gestos con la cara.

—¡Black! ¿Qué se supone que estás haciendo?

Sirius dejó de hacer el ridículo y miró a la profesora con cara seria.

Otra Pelirroja en Howarts (James Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora