Pelirrojas para James

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—¡Mamá! ¡No encuentro mi escoba! —grita Mac bajando las escaleras en busca de su madre con Sirius Black detrás de ella.

—Relájate, Mac, debe estar por aquí —le intenta tranquilizar su amigo, ganándose una mala mirada de la pelirroja.

—Cállate, Black, adoro a esa escoba, y no es posible que desaparezca así porque si.

Su discusión continuó hasta el enorme patio trasero de los Evans, donde se encontraron a Matt, Jere y Candy jugando en las posiciones de cazadores.

—Aún no entiendo porque Matt no está en el equipo de su casa, es un muy bien cazador —comenta Sirius sentándose en uno de los columpios que había en el patio de los Evans.

Sirius desde el verano de primero a segundo había prácticamente escapado de su casa para ir con los Evans, siendo que eran prácticamente vecinos y sus casas estaban a una calle de distancia.

Clarisse Evans nunca puso objeciones por eso, Sirius era un muchacho muy amable y carismático desde el primer día que lo conoció, y dado a que se llevaba tan bien con casi todos sus hijos, siempre le tenía una de las habitaciones de invitados lista para él. Pasaba la mayoría de las vacaciones de verano y navidad en su casa, así que prácticamente era un hijo más.

—¡Matthew Evans! —le gritó su hermana pelirroja ignorando por completo al Black.

Matt escuchó el grito y no tardo en bajar y ponerse a un lado de su hermana.

—Siento tomarla sin permiso, Mac, no creí que te molestaría —le respondió Matt, sonando verdaderamente arrepentido, pero sin quitar su sonrisa de la boca.

—Y no me molesta, pero avísame, que me da un patatús cuando no la encuentro.

En ese momento aparece la madre de los quintillizos en las puertas corredizas que dan a la cocina.

—¿Ya están listas sus cosas para Hogwarts? Mañana no quiero estar con prisas.

Mac y Matthew asienten, siendo que ambos ya habían preparado sus cosas días antes, pero Jeremiah y Candace ni siquiera se preocuparon en bajar de sus escobas, sino que volaron directamente a sus habitaciones.

Clarisse negó con la cabeza para si misma, antes de dirigirse a donde estaban la pelirroja y los pelinegros.

—Sirius, cariño, creo que también es hora de que te vayas a tu casa, para que puedas terminar de alistar tus cosas. Sabes que en navidad tu habitación te estará esperando —le dice Clarisse con una mirada maternal.

—Gracias, Señora Evans, si, me iré enseguida. Nos vemos en la estación.

Mac y Sirius subieron por el baúl de éste para acompañarlo a cargarlo hasta la puerta de Grimmauld Place.

—Nos vemos mañana, Siriusin —le dice Mac abrazándolo.

—Espero sobrevivas un día sin mi, Evans —le dice en broma este, haciendo que Mac lo alejara de golpe, para después dar la vuelta y volver a su casa, lista para volver a Hogwarts.

[...]

—¡Remus Lupin!

La pelirroja corre hacia la espalda de su amigo, y como ya estaba acostumbrada a hacer con todos sus amigos, se cuelga de su espalda bajo la queja de Lupin.

—Algún día me romperás algo, Mac —dice Mac tomando las piernas de la chica para sujetarla bien.

—Te lo arreglo con un hechizo, eso no es problema.

Saludó a Peter con mucha efusividad, para después encontrarse con el ceño fruncido de Sirius.

—¿Que? —le pregunta ella aún en la espalda de Lupin.

Otra Pelirroja en Howarts (James Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora