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[Dedicado a @bextifulsecret porque no sé cuantas veces ha leído esta fic y siempre comenta. Te adoro, reina ]


—Hogar, dulce hogar.

Yaser suspiró mientras estacionaba su camioneta frente a las puertas de la cochera. Zayn rodó los ojos desde el asiento trasero y subió el volumen de su iPod, acariciando el cabello de la dormida Safaa sobre su regazo.

Observó a sus padres bajar de la todo terreno y empezar a descargar el maletero, Waliyha a su lado tecleaba furiosamente en su telefono, un par de minutos después, ella se fue.

—Saf —murmuró agitando un poco a la menor —Llegamos a casa, enana, despierta.

Su hermanita murmuró algo inentendible antes de sentarse y bostezar, adormilados ojos grises lo miraron logrando que riera.

—¿Dormiste bien? —quitó sus auriculares. Safaa asintió, demasiado adormilada como para articular alguna frase.

Zayn abrió la puerta y salió, ayudandola a bajar, ella se tambaleó un poco antes de ubicarse así que la tomó por los hombros y la guió hasta su casa, una vez dentro Safaa corrió en busca de su madre. El moreno recogió su maleta a un lado de la puerta y subió a su habitación. Se lanzó sin cuidado sobre el colchón y suspiró, había extrañado su cama– demasiado, compartir habitación con sus primos nunca había sido de su agrado, ni siquiera cuando era pequeño y se veía obligado a participar de sus pijamadas.

Planeaba dormir por los siguientes veinte años de su vida; después de todo sus padres habían decidido volver a Londres antes y lo habían levantado muy temprano, horas de viaje junto a una hiperactiva Safaa habían sido la cereza del pastel. Sin embargo, Zayn se había sentido ansioso todo el tiempo que pasó en Bradford y sabía perfectamente a qué se debía.

Miró la hora en el reloj despertador junto a su cama y se puso de pie, retiró la campera de cuero y la camiseta que llevaba puestas y caminó hasta su armario para buscar una polera gris y un beanie del mismo color para ocultar su desastrozo cabello. Zayn salió de su habitación nuevamente, necesitando finalmente ver a una y nada más que a una persona, a pesar de que sólo eran las ocho de la mañana.

—Zayn, ¿a dónde vas? —la voz de su madre lo detuvo cuando estuvo apunto de abrir la puerta principal. Suspiró.

—Ya vuelvo.

—Mirame cuando te estoy hablando, Zayn —Trisha regañó. El moreno rodó los ojos y giró, al mismo tiempo su padre salía de la cocina y se colocaba junto a su madre —Te hice una pregunta, ¿a dónde vas?.

—Te respondí. Dije que ya vuelvo. —volvió a girar dispuesto a irse, pero fue su padre quien lo detuvo esta vez.

—Zayn, acabamos de llegar, espera al menos que podamos desayunar juntos.

—No quiero desayunar, lo que quiero es salir de aquí, ¿es eso tan difícil de entender?.

—Esa no es forma de responderle a tu padre. —Trisha regañó. Zayn estaba a nada de perder la paciencia.

—Está bien, —Yaser susurró para su esposa y acarició su espalda con cariño, entonces se dirigió a su hijo —Sólo dile a tu madre a dónde vas, para que no se preocupe, ¿podrías?.

—Voy a ver a Liam. —respondió tajante y salió sin esperar una respuesta. La cabeza le explotaría si no hablaba con alguien pronto, además, moría de ganas de besar y abrazar a su novio.

Joder, que aun no podía creerse el medio espectáculo que había montado el día del juego. Zayn sabía que era un poco egoísta con sus cosas y que nunca le había gustado compartir, pero aparentemente también era un bastardo posesivo y celoso. Él había formado una gran y cursi idea en su mente para cuando le pidiera a Liam oficializar las cosas, pero todo se fue al caño cuando vio a su chico demasiado efusivo con otro tipo. En fin, él no se arrepentía, después de todo Liam había dicho que sí.

Don't Talk to Me  »ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora