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John Cattermole despertó afuera de un edificio, el cuál cuando John abrió los ojos completamente pudo ver con claridad que era la estructura más lujosa que habia visto en su vida, de color blanco azulado, parecia construida de cristal, de unos 50 pisos pensó, mientras miraba hacia arriba, el cielo que se habia tornado negro por la tormenta que se avecinaba.

Miraba confundido hacia los lados, donde veia a gente correr sujetando sus sombrillas, con el cuerpo pesado se puso de pie y tocó el hombro de un jóven que llevaba un atuendo muy extraño y parecía apresurado.

- Disculpe, ¿me podria decir qué hora es?

- 3:30pm - respondió el jóven de mala gana y siguió caminando apresuradamente.

- Estúpido - dijo  John, sabiendo que el jóven no lo escucharía.

Debo apresurarme a ir a casa pensó, empacar mis cosas y emprender el viaje que he pensado, iré a Francia a vivir mis últimos días con mi tía abuela Georgiana me olvidaré de todo.

De repente se detuvo en seco, se sintió tonto pués luego de haber ido a casa de su ex prometida Katherine, ¿se habia desmayado en la calle? Rayos, no recordaba cómo y por qué habia aparecido tirado a mitad de la calle, quizas fue otra molestia de mi enfermedad y algún alma poco sutil me dejó ahí, creyó él.

A medida que pasaba de largo las calles se dió cuenta de algo, ¡estaba pérdido!

¿Qué voy a hacer? se preguntó, y se inmutó un segundo al ver que la gente llevaba ropa extraña, en especial las mujeres y ¿qué era eso que llevaban pegado a la oreja y por qué hablaban solas?

Las nubes negras dejaron caer todo su peso sobre aquel lugar, John al no tener un paraguas corrió entre la multitud que corría a toda prisa a refugiarse bajo el techo de un local de comida con un rótulo con letras amarillas ,con un olor bastante peculiar, lo que le hizo recordar que tenía hambre.

De repente, escuchó a un anciano gritar en una esquina cerca del restaurante

- ¡Por favor no me mates! Toma todo lo que tengo, pero no puedo darte este reloj.

El asaltante usaba un pasamontañas negro, era bastante alto, casí tanto como John y con una voz estremecedora le dijo al anciano, mientras sostenia una pistola en su cabeza apuntando a este.

- Viejo estúpido, dame todo incluyendo ese máldito reloj o te voy a matar aquí mismo.

John frunció el seño

-Oye tú, miserable, vas a dejar en paz a ese anciano si no quieres que descargue toda mi ira sobre tu delgaducho cuerpo.

- ¿Ah si? Y ¿quién mierda eres tú, superman o alguno de los vengadores? JAJAJAJA mejor alejate antes que te vuele los sesos, contestó el asaltante mientras bajo la pistola de la cabeza del anciano mientras se partía de risa.

Sin pensarlo y de manera rápida, John lo tomó por el cuello y le dio con el puño en la cara varias veces, su corazón roto al fin estaba descargando su ira y tristeza.

Lo que más le molestaba a John era que el lugar estaba lleno de personas y ninguna movió un dedo para ayudar al anciano, si algo detestaba nuestro protagonista era la cobardía.

Momentos después llegó la policia, luego de hacerle unas preguntas a John y al anciano, se llevaron al delincuente.

- Muchacho, no tengo palabras para agradecerte lo que hiciste, en verdad gracias - dijo el anciano, aún pálido por el susto.

- Aja, es algo que haria por cualquier persona, contestó John aún enojado frunciendo el seño.

- ¿Hay algo que pueda hacer por ti? ¿Venias al restaurante verdad? Dejame invitarte a comer algo, ¿qué dices?

Separados por el tiempo #Worlds2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora