Así pasó el resto del curso. Nos hicimos muy amigos Charles y yo. Jugábamos mucho y quedábamos mucho.
Llegó el último día de curso.
-Por una vez en mi vida no quiero que se terminen las clases.-dijo Charles mirando la hoja en la que estaba dibujando un pájaro.
-Por una vez en mi vida, yo tampoco-dije.-pero podremos quedar en verano, ¿no?
-Yo me voy al campo, y luego de viaje.-dijo él, enfadado.
-Bueno pues podemos pensar que este tiempo va a ser para pensar lo que a pasado este curso.
-Joder, yo no quiero tener que dejar de verte Angie, para mí esto va a ser una puñetera tortura.
-No pienses en eso. Piensa que vas a pasarlo bien con tu familia, y que vas a conocer cosas y lugares.
-Prefiero estar contigo.
-Yo también.-dije, bajando la cabeza.
Él me abrazó, y yo apoyé la cabeza en su hombro.
-Te lo prometí, ¿recuerdas? Nunca nos vamos a separar.
-Y nunca te voy a olvidar.-dije yo.
-Yo a ti tampoco.
-Que bonita pareja.-graznó alguien por detrás.
-Pierdete Alison.-dijo Charles.
-Que penita me da que tengáis que dejar de veros en verano, es una pena la verdad.-siguió diciendo la puta.
-Creo que no as escuchado a Charles, Alison. Pierdete.
-¿O sino que?
-O sino te voy a reventar esa cara de puta que tienes.-amenazó Charles.
-Si ya, como si te atrevieras a acercarte a mi...-Charles se levantó,y Alison salió corriendo.
-Uf, no la soporto.-dijo Charles, volviendose a sentar.
-Yo creo que le gustas.
-¿Yo? Que va. Además me da igual. Es una puta.
-En eso te doy la razón.-sonreí.
Al rato sonó la campana que indicaba que era hora de irse a casa todo el verano.
Charles y yo bajamos. Antes de salir por la puerta, él se paró.
-Vamos, ¿no?-dije.
-Ven un segundo.
Me acerqué a él, y me abrazó.
-Hoy estas muy cariñoso.-bromeé.
-Es que no quiero irme.
-Charles, tenemos que irnos.
-Prometeme que me llamarás.-suplicó él.
-Claro, y tú enviame una postal.
-Te traeré un regalo.-dijo él, volviendome a abrazar.
-No hace falta tonto.
-Si... además me gusta pensar que te gustaría de regalo.
-Que te quedaras conmigo, pero eso no puede ser.
-No, pero si puedo pensar en ti.
Le di un beso en la mejilla, cogiendole por sorpresa, y le sonreí.
Luego cogí la mochila horrenda de flores, y me marché.