capítulo 6

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Así pasó el resto del curso. Nos hicimos muy amigos Charles y yo. Jugábamos mucho y quedábamos mucho.

Llegó el último día de curso.

-Por una vez en mi vida no quiero que se terminen las clases.-dijo Charles mirando la hoja en la que estaba dibujando un pájaro.

-Por una vez en mi vida, yo tampoco-dije.-pero podremos quedar en verano, ¿no?

-Yo me voy al campo, y luego de viaje.-dijo él, enfadado.

-Bueno pues podemos pensar que este tiempo va a ser para pensar lo que a pasado este curso.

-Joder, yo no quiero tener que dejar de verte Angie, para mí esto va a ser una puñetera tortura.

-No pienses en eso. Piensa que vas a pasarlo bien con tu familia, y que vas a conocer cosas y lugares.

-Prefiero estar contigo.

-Yo también.-dije, bajando la cabeza.

Él me abrazó, y yo apoyé la cabeza en su hombro.

-Te lo prometí, ¿recuerdas? Nunca nos vamos a separar.

-Y nunca te voy a olvidar.-dije yo.

-Yo a ti tampoco.

-Que bonita pareja.-graznó alguien por detrás.

-Pierdete Alison.-dijo Charles.

-Que penita me da que tengáis que dejar de veros en verano, es una pena la verdad.-siguió diciendo la puta.

-Creo que no as escuchado a Charles, Alison. Pierdete.

-¿O sino que?

-O sino te voy a reventar esa cara de puta que tienes.-amenazó Charles.

-Si ya, como si te atrevieras a acercarte a mi...-Charles se levantó,y Alison salió corriendo.

-Uf, no la soporto.-dijo Charles, volviendose a sentar.

-Yo creo que le gustas.

-¿Yo? Que va. Además me da igual. Es una puta.

-En eso te doy la razón.-sonreí.

Al rato sonó la campana que indicaba que era hora de irse a casa todo el verano.

Charles y yo bajamos. Antes de salir por la puerta, él se paró.

-Vamos, ¿no?-dije.

-Ven un segundo.

Me acerqué a él, y me abrazó.

-Hoy estas muy cariñoso.-bromeé.

-Es que no quiero irme.

-Charles, tenemos que irnos.

-Prometeme que me llamarás.-suplicó él.

-Claro, y tú enviame una postal.

-Te traeré un regalo.-dijo él, volviendome a abrazar.

-No hace falta tonto.

-Si... además me gusta pensar que te gustaría de regalo.

-Que te quedaras conmigo, pero eso no puede ser.

-No, pero si puedo pensar en ti.

Le di un beso en la mejilla, cogiendole por sorpresa, y le sonreí.

Luego cogí la mochila horrenda de flores, y me marché.

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